Sigo observando a mi odiosa como se mueve por todo el lugar admirando el paisaje.
- Yo matándome por ver que te podía impresionar y al parecer, eres más sencilla de lo que creí.
- Yo aprecio las buenas intenciones y no soy tan exigente con los presentes, pero sí con las acciones.
- No encuentro nada que no me guste de ti.
- Ya lo encontrarás — reímos — ¿Pareces cansado? — respiro profundo.
- Un poco, fue una semana bastante pesada, más los viajes, creo que relajarme en este hermoso lugar contigo me está funcionando.
- Mm, entonces regresemos a la habitación, para que duermas.
- No, señora; es tu cumpleaños y debemos celebrarlo a lo grande.
- Connor, me hiciste una sorpresa maravillosa, me trajiste a los Roques, me has complacido en todo, me diste una cena deliciosa y me cantaste cumpleaños bajo un montón de estrellas. Es un cumple a lo grande, ya es hora de descansar.
- ¿No quieres ir a otro lugar? ¿Un bar? Bailas, bebes, te diviertes — se aferra a mi cuello.
- Lo que hago en un bar puedo hacerlo aquí sin tanto escándalo y esquivando idiotas que se acercan para conquistarme. Puedo beber, bailar y disfrutar de tu compañía justo donde estoy — la abrazo.
- No eres tan odiosa una vez que bajas tus defensas y me permites entrar en tu vida.
- Bueno, te has ganado conocer ese lado de mí.
Seguimos caminando hasta llegar a la habitación. Aún me sorprendo de que se haya abierto conmigo y me esté mostrando otra parte de ella que nadie conoce.
- La decoración está tan bonita que no me quiero acostar en la cama — me dice admirando los cisnes con toalla rodeados de un corazón igual, dos globos de corazones en la cabecera, una bandeja con una botella de champán y pétalos de rosa.
¡Demonios, son pétalos de rosa! ¿Cómo no me fijé? Idiota, nada me sale bien — ya las quito.
Charlotte me toma de la mano y hace que la mire.
- ¿Por qué vas a dañar la decoración?
- No es lo que pienso quitar — sonríe acariciando mi mejilla.
- Llevan ahí desde que llegamos — soy un idiota.
- No me fijé, debo ser más cuidadoso, dije que hicieran un detalle de cumpleaños para mi novia, pero nada de flores, fui claro.
- ¿No habías dicho que no mandaste hacer nada de esto? — diablos, piensa antes de hablar; se ríe — oye, solo son pétalos y muy pocos para resaltar la belleza.
- Te trae malos recuerdos.
- Hoy no. Hoy tú opacas todos mis malos recuerdos, pero la botella debe estar caliente.
Volteó y la toco — un poco, mejor la meto en la nevera — me mira con esos ojos tan brillantes, seductores, sexy. No vayas por ahí.
- ¿Te quieres dar un baño o voy primero? — pregunta.
- Ve tú, las mujeres se toman su tiempo — agarra su maleta — yo buscaré algo que hacer.
- Dormir. No demoraré nada, para que te des un buen baño, mientras revisa tus mensajes y ver si esta vez no hay foto de nosotros — mi hermana ya debe tener los últimos acontecimientos.
ESTÁS LEYENDO
Bajo la lluvia de estrellas.
RomanceTodo lo que tengo lo he conseguido por mis propios méritos, he llegado a dónde estoy por mi esfuerzo, mi decisión y como la mayoría dice, mi pésimo carácter. Odiosa, soberbia, seria con el defecto o la virtud de decir las cosas como la pienso y sin...