49

218 15 10
                                    

Sigo observando a mi odiosa como se mueve por todo el lugar admirando el paisaje.

- Yo matándome por ver que te podía impresionar y al parecer, eres más sencilla de lo que creí.

- Yo aprecio las buenas intenciones y no soy tan exigente con los presentes, pero sí con las acciones.

- No encuentro nada que no me guste de ti.

- Ya lo encontrarás — reímos — ¿Pareces cansado? — respiro profundo.

- Un poco, fue una semana bastante pesada, más los viajes, creo que relajarme en este hermoso lugar contigo me está funcionando.

- Mm, entonces regresemos a la habitación, para que duermas.

- No, señora; es tu cumpleaños y debemos celebrarlo a lo grande.

- Connor, me hiciste una sorpresa maravillosa, me trajiste a los Roques, me has complacido en todo, me diste una cena deliciosa y me cantaste cumpleaños bajo un montón de estrellas. Es un cumple a lo grande, ya es hora de descansar.

- ¿No quieres ir a otro lugar? ¿Un bar? Bailas, bebes, te diviertes — se aferra a mi cuello.

- Lo que hago en un bar puedo hacerlo aquí sin tanto escándalo y esquivando idiotas que se acercan para conquistarme. Puedo beber, bailar y disfrutar de tu compañía justo donde estoy — la abrazo.

- No eres tan odiosa una vez que bajas tus defensas y me permites entrar en tu vida.

- Bueno, te has ganado conocer ese lado de mí.

Seguimos caminando hasta llegar a la habitación. Aún me sorprendo de que se haya abierto conmigo y me esté mostrando otra parte de ella que nadie conoce.

- La decoración está tan bonita que no me quiero acostar en la cama — me dice admirando los cisnes con toalla rodeados de un corazón igual, dos globos de corazones en la cabecera, una bandeja con una botella de champán y pétalos de rosa.

¡Demonios, son pétalos de rosa! ¿Cómo no me fijé? Idiota, nada me sale bien — ya las quito.

Charlotte me toma de la mano y hace que la mire.

- ¿Por qué vas a dañar la decoración?

- No es lo que pienso quitar — sonríe acariciando mi mejilla.

- Llevan ahí desde que llegamos — soy un idiota.

- No me fijé, debo ser más cuidadoso, dije que hicieran un detalle de cumpleaños para mi novia, pero nada de flores, fui claro.

- ¿No habías dicho que no mandaste hacer nada de esto? — diablos, piensa antes de hablar; se ríe — oye, solo son pétalos y muy pocos para resaltar la belleza.

- Te trae malos recuerdos.

- Hoy no. Hoy tú opacas todos mis malos recuerdos, pero la botella debe estar caliente.

Volteó y la toco — un poco, mejor la meto en la nevera — me mira con esos ojos tan brillantes, seductores, sexy. No vayas por ahí.

- ¿Te quieres dar un baño o voy primero? — pregunta.

- Ve tú, las mujeres se toman su tiempo — agarra su maleta — yo buscaré algo que hacer.

- Dormir. No demoraré nada, para que te des un buen baño, mientras revisa tus mensajes y ver si esta vez no hay foto de nosotros — mi hermana ya debe tener los últimos acontecimientos.

Bajo la lluvia de estrellas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora