Capitulo 11. Ojo del huracán.

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La noticia de la "relación" entre Alex y Luke seguía siendo un tema candente en los medios y las redes sociales. Alex se encontraba en medio de un torbellino de emociones. Por un lado, estaba feliz de estar con Luke y no lamentaba que su relación fuera pública, pero por otro lado, la atención mediática y las especulaciones constantes lo abrumaban.

En su escuela, la situación no era diferente. Sus compañeros de clase lo miraban con curiosidad y, en algunos casos, con envidia o admiración. Los rumores se extendían como un incendio forestal, y Alex se sentía incómodo bajo el escrutinio constante de sus compañeros. Aunque había amigos que lo apoyaban incondicionalmente, también había quienes lo juzgaban y cuestionaban su decisión.

Alex intentaba mantener la cabeza en alto y no dejar que las críticas lo afectaran, pero a veces era difícil. Cada vez que se sentía inseguro, recordaba la mirada amorosa y comprensiva de Luke, y eso lo reconfortaba.

Mientras tanto, Luke estaba en su base militar, lidiando con su propia versión de la tormenta mediática. Había sido testigo de la atención de los medios y sabía que su relación con Alex se había convertido en un tema de conversación en todo el país. A pesar de su formación como Coronel y su experiencia en situaciones complicadas, esta era una prueba completamente diferente.

Luke se mantenía firme en su compromiso con Alex y su relación, pero también se preocupaba por el impacto que esto podría tener en la carrera de Alex y en la seguridad de su familia. Pasaba horas hablando con los altos mandos militares y el servicio secreto para garantizar que se tomaran las medidas necesarias para proteger a Alex y su familia.

A pesar de la distancia que los separaba, Luke y Alex se apoyaban mutuamente en este momento de desafío. Se comunicaban constantemente por teléfono y videoconferencia, compartiendo sus pensamientos y emociones, y reforzando su compromiso el uno con el otro.

La sala de operaciones del Cuartel General de Washington DC estaba sumida en una tensa calma. Luke Morrow, el Coronel a cargo, estaba absorto en su trabajo, tratando de enfocarse en la amenaza a la Casa Blanca y el espía que aún se les escapaba. Las imágenes de las noticias y las redes sociales que mostraban su "relación" con Alex seguían atormentándolo, pero sabía que ahora tenía un deber aún más urgente.

En ese momento, la puerta de la sala de operaciones se abrió de golpe, y el Ministro de Defensa, el cargo más alto del Ministerio de Defensa de los Estados Unidos, entró con una mirada de furia en sus ojos. Todos los presentes en la sala se pusieron de pie al instante, mostrando respeto ante su llegada.

—Ministro—, saludó Luke con respeto.

El Ministro de Defensa, un hombre de mirada severa y tono autoritario, se acomodó frente a Luke. —Coronel Morrow, parece que estás en el centro de una tormenta mediática. He estado siguiendo las noticias y no puedo evitar preguntarme si todo esto no está desviando tu atención del objetivo principal de la milicia.

Luke mantuvo su compostura mientras respondía, —Ministro, le aseguro que mi compromiso con la seguridad de nuestro país sigue siendo inquebrantable. Lo que sucede en mi vida personal no afecta mi deber como Coronel.

El Ministro frunció el ceño. —Pero las redes sociales están en un alboroto por tu relación con el hijo de la presidenta. ¿Cómo podemos confiar en que tu juicio y liderazgo no estén comprometidos? —dijo el Ministro con voz fría—, me pregunto si alguien aquí todavía recuerda cuál es nuestro objetivo principal. Nuestra misión es salvaguardar la integridad y seguridad de todos los ciudadanos de los Estados Unidos. ¿O están tan distraídos por las noticias recientes que han olvidado su deber?

Luke mantuvo la calma a pesar de la presión abrumadora. —Ministro, entiendo la gravedad de lo que esto conlleva. A pesar de todo lo que esta sucediendo, estamos trabajando sin descanso para identificar y neutralizar la amenaza a la Casa Blanca. Pero también somos conscientes de la importancia de la seguridad de nuestro país en todos los aspectos.

Unidos por el Deber... Y el corazón | Alex Claremont-Díaz & Luke Morrow Donde viven las historias. Descúbrelo ahora