𝗡𝗘𝗜𝗚𝗛𝗕𝗢𝗥𝗦 | arthur leclerc.

32 ⌇ SHUT UP, CHARLES.

━━━━━ 𝐍𝐄𝐈𝐆𝐇𝐁𝐎𝐑𝐒;
❛CÁLLATE CHARLES.❜

𝐃𝐄𝐃𝐈𝐂𝐀𝐃𝐎 𝐀
ilovearthl

     ANTONELLA YA HABÍA SALIDO DE VACACIONES DE LA UNIVERSIDAD, un semestre más y oficialmente se graduaba. Estaba ordenando sus cosas para ir al cumple mes de su sobrino Adrien, era increíble que hacía poco todos estaban en el hospital esperando a que Less diese a luz pero ahora, su sobrino ya estaba por cumplir un mes. Hacía días que no veía a su novio, ya que él solía irse de viaje por las carreras de fórmula tres, Nella no había podido asistir debido a sus exámenes finales, pero todo el fin de semana estuvo pendiente tanto de su cuñado Charles como de su chico.

Lo extrañaba demasiado, aunque tan solo eran un par de días que no se veían, de igual manera. Estaba acostumbrada a estar con él, que los dos durmiesen juntos, hiciesen la cena juntos... que cuando él se iba de viaje a una carrera, lo extrañaba demasiado.

Y sabía que Arthur estaba de la misma manera que ella, porque ni bien había pasado una hora cuando los dos se habían despedido del otro, ya el rubio estaba mandándole mensaje diciendo que la extrañaba.

Nella bajó las escaleras, sus padres estaban trabajando como de costumbre, ordenó algunos trastes que habían en la cocina para luego lavarse las manos y buscar la toalla para secarse las mismas. El timbre de la casa sonó, ella frunció el ceño, miró su teléfono para ver si era Sophie pero no vio ningún mensaje, lo cual era raro porque no había quedado en verse con nadie, al menos no a plenas nueve de la mañana, empezó a caminar para asomarse por la ventana, su corazón se aceleró al ver a ese rubio que tanto le gustaba allí parado, fuera de su casa.

Soltó un chillido de emoción sin ser inevitable y corrió a abrirle la puerta, abalanzándose a darle un abrazo a Arthur que estaba igual de nervioso que ella, y era tan lindo que cada vez que los dos se viesen después de no hacerlo por días compartieran el mismo sentimiento: los cosquilleos en el estómago, el ritmo cardíaco acelerado... era simplemente maravilloso.

—¡Amor! —Nella se separó para mirarlo—. ¿¡Qué estás haciendo acá?!

—Le pedí al gps que localizara al amor de mi vida y me trajo a tu casa ¿qué opinas sobre eso, princesa? —le guiñó un ojo, Nella soltó una risita, sintiendo sus mejillas arder, le dió un golpe en el hombro.

—¡Ay, amor! —él se inclinó a robarle un beso, haciéndola reír— de verdad, no me habías dicho que ibas a venir.

—Es que quería que fuera una sorpresa mi niña —besó su frente, mientras que le tendía una cajita y Nella la tomaba frunciendo el ceño—. Te he traído algunos de tus dulces favoritos, mi amor.

—Oh Arthur —ella hizo un ligero puchero, abriendo la caja y viendo efectivamente de sus dulces favoritos y una notita con dibujos de amor diciéndole lo mucho que lo amaba— te amo tanto, de verdad.

—Te amo mucho mi princesa —los dos unieron sus labios en un beso, sonriendo en medio del mismo.

Al separarse, Nella acarició la mejilla de él.

—De haber sabido que vendrías te hubiese preparado algo. ¿Ya desayunaste, amor? —quiso saber, el rubio hizo una mueca, estaba apunto de decirle que sí, que lo había hecho, pero apenas vio que Nella alzó una ceja soltó una carcajada, negó— ven, vamos a prepararte el desayuno.

Ella lo tomó de la mano, jalándolo hacia la casa y yéndose a la cocina mientras que dejaba la cajita sobre la isla. Amaba lo demostrativo que Arthur Leclerc solía ser con ella todo el tiempo, la manera en la que siempre expresaba su amor sin miedo a parecer intenso, porque después de todo de eso se trataba, de expresarla a la persona que amas lo mucho que lo haces, y eso era algo que Arthur y Nella solían tener en cuenta.