Después de desaparecer misteriosamente junto a su hermano mayor en la mansión "embrujada" de Agdeog, y olvidar por completo su pasado, Jungkook, quién ahora trabaja como reportero en la ciudad de Seúl, comienza a investigar "La leyenda de Agdeog." U...
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Agdeog, 02 de noviembre de 1996. Jung Eun Chae llevó al pequeño Taehyung a pasear en la famosa feria nocturna, que se llevaba a cabo en el centro de la ciudad. El pequeño se encontraba animado al ver a tantas personas, luces, flores, magos, payasos y animales a su alrededor. Hoseok los seguía a los dos como una sombra por órdenes de Tae Jung, este se encargó de que nada les faltara ni les pasara mientras se encontraban paseando en la ciudad.
«¡Lalaralara! ¡Lalarala!» Tarareaba una joven mujer, vestida con una túnica negra, mientras sostenía una de las pequeñas manos de Taehyung y leía las líneas que esta tenía.
—Eres muy bonita, noona... —dijo para ella al ver su rostro —.
—¿Te parezco bonita? —sonrió y acarició su cabello. —Tú también eres muy guapo...
Taehyung sonrió tiernamente para ella, y se dio vuelta rápidamente al escuchar la voz de su madre, quién lo buscaba desesperada. «Mamá» gritó mientras corría a sus brazos.
—¿Por qué te pierdes así? ¿No ves que hay demasiada gente? —besó su mejilla. —Me tenías muy preocupada, mi amor.
Eun Chae levantó la mirada hacia la mujer que estaba en frente de ellos, y la miró con miedo y desagrado al observar el tatuaje del nudo de bruja que esta tenía en su antebrazo.
—¿Qué hace usted al lado de mi hijo? ¿No sabe que en este lugar no es bienvenida?
—Una mujer tan religiosa como tú... —miró la cruz que colgaba de su cuello —trajo al mundo una materia muy buena.
—¿De qué estas hablando?
—Hablo del niño...—señaló —tu hijo es materia.
—Estás loca —lo cubrió de ella —.
Eun Chae escuchó gritos detrás de ella, al igual que galopes de varios caballos que se acercaban en su dirección. Rápidamente se dio vuelta para ver que estaba sucediendo, y vio como la cacería de brujas traía el cadáver de una mujer joven, y la arrastraban por el suelo en medio de toda la feria. Sin pensarlo, cubrió los ojos de su pequeño hijo de casi cuatro años para que no viera aquella escena aterradora.
Cuándo los caballos comenzaron a galopar nuevamente, y se acercaron para pasar frente a ella, desde esa distancia logró ver a la mujer que arrastraban, y esta, era la misma con la que Taehyung y ella estaban hablando minutos antes.
Eun Chae cerró los ojos sorprendida y comenzó a correr con Taehyung en los brazos para alejarse lo más rápido posible de aquel lugar. Hoseok la siguió entre la multitud, y logró alcanzarla en una esquina solitaria cerca de la iglesia.
—Mi señora...
—¡Sácame de aquí, Hoseok! —suplicó llorando. —¡Volvamos a casa!
—Deme al niño, señora... —tomó a Taehyung, y estiró la mano. —No suelte mi mano...
