Son pocas las veces que he sentido un miedo tan paralizante que mis piernas han dudado en hacerle caso a las órdenes impuestas a mi cerebro.
La primera vez fue cuando mi padre, un ex capitán de la marina de Corea del sur, me obligo a enfrentarme a la dura vida independiente cuando yo solo tenia seis años. Un estúpido hombre y pésimo padre que creía que dejarme solo en casa llevando el luto de mi madre me haría ser fuerte.
La segunda vez fue cuando conocí a Do Kyungsoo, su imagen pulcra y perfecta se ha quedado grabada en mi corazón. Él simplemente era todo lo que mi lobo anhelaba, un hombre fuerte, independiente, decidido, inteligente y por sobre todas las cosas, seguro de si mismo. Sentí terror porque no creía que alguien como él se fijaría en mi, por supuesto que mi chico fue el primero en dar el paso hacia mi. Joder, hasta mi voz tembló cuando le devolví el saludo.
La tercera vez fue cuando me encontraba de pie frente al padre de una pequeña iglesia en Japón, podía notar la hermosa sonrisa de mi prometido y mis piernas simplemente se movían como gelatina. Trataba de recitar en mi mente los votos, pero finalmente el pánico me hizo olvidarlo, obligándome a improvisar un pequeño discurso.
Y ahora, en este momento no solo estoy jodidamente asustado sino que me encuentro enojado. No importa si después de esto me expulsan de las fuerzas navales. Nada en esta vida tiene sentido si no siento el pequeño lobo de pelaje negro que se llama Do Kyungsoo contra mi pecho.
Podía aún escuchar la alarma de seguridad de mi navio y como algunos de mis hombres murmuraban entre ellos. Era la primera vez que me veían tan desesperado, era la primera vez que incumplia el protocolo de las fuerzas navales. Poniéndome en sus zapatos, yo también estaría nervioso si fuese ellos.
—Son libres de marcharse si eso desean, se que estamos yendo a aguas peligrosas… pero si me quedo de brazos cruzados… perderé a mi esposo —, gruñi mostrando mis dientes.
Un alfa enojado podía imponer miedo en los demás, y aunque nunca había usado la biología para sacar ventaja en mi trabajo este era un caso de vida o muerte y lo menos que me importaba era contener mis agitados sentimientos.
—Capitán—, Jongin. Un excelente amigo se paró justo a mi lado, mis manos sudaban pero como pude mire su rostro. Un joven marinero de piel canela, su cabello rubio brillo con los rayos del sol. — Somos conscientes del peligro, pero no vamos a fallar. Vamos a rescatar al capitán Do, a su familia y a nuestros amigos.
—Jongin tiene razón— mencionó Sehun, el mejor tirador de su generación y un ídolo en redes sociales debido a su belleza.
Los mire y asentí agradecido. Mis ojos se desviaron a la foto que tenía sujeta en mi mano, mi hermoso esposo estaba sonriendo. Entre sus brazos estaba nuestro primer hijo y podía apreciarse su abdomen abultado.
Fruncí las cejas ante la maldita idea de que una bomba enemiga me quitara a mi familia.
Temprano en la mañana mi amado esposo se despidió de mi dándome un cariñoso beso en los labios, acarició mi cabello y susurro un "nos vemos en la tarde". Algunos pilotos realizarían pruebas en mar abierto, sería algo de rutina para la nave Grulla, mi esposo como un Omega bastante orgulloso quiso llevar a nuestro hijo quien estaba deseando desde su cuarto cumpleaños conocer el mar del este.
Tal vez debi de hacerle caso a mi mal presentimiento, pero lo deje pasar.
Cuando llegue a la base militar lo primero que me sorprendió fue la gran cantidad de personas del área administrativa corriendo de un lado a otro, alarmas sonando en cada cubículo y como los chicos bajo mi cargo evitaban mi mirada.
—Repito. Alerta. — Salí de mi ensoñación para poner atención al monitor junto a nosotros, los radares detectaban la presencia de dos naves no identificadas.
—A babor, no vamos a gastar tiempo y armamento en esas naves. Nuestra prioridad es localizar a Grulla.
Los marineros respondieron con un estridente "si, señor". Respire hondo, guarde la foto en mi bolsillo y caminé con pasos firmes hasta el cuarto de equipamiento.
El Lateral Ruso era el nombre de un navío pirata de las costas del este que tenía la maldita peculiaridad y gusto insano por arremeter contra embarcaciones de todo tipo, sanguinarios y desalmados que no dudaban en asesinar a mujeres, hombres, niños y ancianos por igual.
Habíamos estado trabajando arduamente para capturarlos, pero los desgraciados eran lo suficientemente rápidos para atacar, asesinar y desaparecer como fantasmas en el aire antes de que uno de nuestras embarcaciones llegará al punto demarcado.
Comencé a ponerme mi chaleco, un 3330 que era capaz de salvarme la vida en caso de un ataque con francotirador. Ajuste mi casco y guantes antes de recibir el "desollador", un prototipo militar en el cual estaba trabajando hacia un par de años. Funcionaba como un rifle habitual, solo que el casquillo se alojaba en el objetivo y después estallaba.
No había podido usarlo en una batalla real, pero vaya que iba a disfrutar de ver a esos malditos piratas volar en pedazos por todo el casquete del barco.
—Capitán, detectamos una señal en clave morse. Parece ser un pedido de auxilio de Grulla.
Mire al marinero, un inteligente y joven chico que estaba prestando su servicio.
—Prosigue.
—Norte detrás del monumento de piedra. Menciona además que usted sabrá a qué se refiere.
Abrí mis ojos, coloque mis manos en mi cadera y reí con fuerza.
—Joder, Do Kyungsoo...
Asentí. Fruncí las cejas y caminé hacia el puesto de control del Dragón Negro.
—Estamos en la dirección correcta. Aumenten la potencia de los motores.
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BATTLESHIP|| ChanSoo [Terminada]
FanfictionEl capitán del acorazado "dragón negro", Park Chanyeol es reconocido entre la fuerza militar naval por ser calculador, intrépido, inteligente y comprometido a su trabajo. Por ello resultó ser una sorpresa para todos cuando el hombre puso en marcha...