Único

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Tuvo que hacerle caso a todas las alertas en su cabeza cuando Heungmin lo empujó a uno de los baños y devoró a diestra y siniestra sus labios, lo tomó del cuello buscando llegar hasta su cabello, tirando y presionando más fuerte. Por su parte apenas pudo torpemente sostener su cintura, era un toque inexperto, curioso pero sobre todo caliente. Todo, absolutamente todo su ser desprendía llamas enviando electricidad a sus venas cada vez que el coreano encontraba una nueva forma de hacerlo suspirar, ¿desde cuándo su cuerpo es tan maleable?

Su pecho subía y bajaba con inestabilidad. En un punto llegó hasta la pared del baño y sus manos temblaban contra el frío azulejo. Cuando cruzaron miradas sintió como se le aflojaban las rodillas. Heungmin peinó su pelo hacia atrás, verlo sonreír con los labios hinchados le desbocó el corazón.

Tal vez tuvo que ser firme y establecer un límite pero la razón le traicionó con ferocidad cuando Son le limpió con el pulgar el brillante rastro de saliva que posaba en sus comisuras. Deseó que fuera la última vez pero se encontró a sí mismo con ojos suplicantes cada vez que el coreano se le acercaba, al final se convirtió en un pasatiempo.

Besó a un chico y le gustó tanto que estaba dejando que se repita todos los días, como a Sonny le gustaban las cosas dulces sus labios siempre le saben a azúcar, a miel, a vainilla. Se volvió adicto y está dejando que se consuma en su pecho de manera desgarradora.

Pero la codicia y la tentación lo llevaron a otros labios. No eran melados ni esponjosos, no hubo chispas ni burbujas, fue tosco, torpe y no tuvo sentido. Contarle a Sonny lo sucedido tampoco fue una decisión muy inteligente, le ganó el optimismo de esos encuentros sin otro nombre más que atracción desmedida, y pudo ser un comentario irrelevante que quedaría olvidado después de perderse en la esencia del otro, pero no lo fue. No le gustó en lo absoluto los ojos que juzgaron su accionar. Heungmin era bastante celoso y se enteró de la peor manera.

Tuvo que olvidarse del subidón de azúcar y de los suspiros ahogados en algún rincón vacío. Se quedó sin besos por andar de bandido, se portó mal y fue castigado. Y Heungmin era un grandísimo hijo de puta por sonreírle de esa manera cuando estaba luchando contra la abstinencia, porque nada cambió, los roces, los abrazos, las miradas cargando un anhelo desenfrenado seguían allí, y era peor que nunca porque Heungmin Son era malditamente bueno en eso de hacerse desear.

Lo intentó, una y mil veces, buscó el contacto, el tanteo, que su mirada suplicante avivara la chispa que lo mantuvo ebrio de pasión. Ni siquiera le importaba si lo veían fracasar en su intento, había cámaras apuntando a su desespero, captando como en cada acercamiento el coreano le corría la cara, y aunque le encantaban los cachetes de Sonny, ellos no eran su objetivo. No terminaba de entender si la burla en su sonrisa le enojaba o lo dejaba más atontado.

Lo que sí sabía es que iba a perder la cordura.

ㅡHeungmin.ㅡ Le frenó el paso. Detestaba lo preciosa que le quedaba la camiseta nueva.ㅡ ¿Cuánto más? Vos querés esto tanto como yo.

Probablemente se veía como un pelotudo pero ya no podía fingir que no extrañaba sus besos. Son lo pensó, haciéndose el lindo con sus manos en la cadera, murmurando un tierno hmmm mientras él se desvanecía en la espera. Se estaba dejando manejar por el hombre más bonito que pisó la tierra y no se arrepentía un carajo. Era un juego dónde Sonny dice y él obedece.

ㅡPor cada gol.ㅡ ¿Eh? Tener que sostenerle la mirada liquidó todas sus neuronas.ㅡ Por cada gol que hagas vas a tener un beso.

Verdaderamente era un hijo de puta.

La sentencia fue clara, no había lugar para las quejas. Lo dejó en posición difícil para no decir irremontable, partidos pasaban y aunque con la mayor de las predisposiciones intentaba acercarse a su cometido no podía olvidar que lo suyo en el campo es otra cosa, no fue seleccionado para consagrar y no iba a arriesgar a todo su equipo por más que quisiera reventar el arco a bochazos.

Beso a beso • CutisonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora