Capítulo 28: De bromas y supervivencia.

619 58 2
                                    

Capítulo 28

De bromas y supervivencia.

La última cucharada de mi cereal coincidió con el primer pito del carro que aparentemente estaba estacionado fuera de mi casa. Reconocí el pito a penas lo escuché pero, el tono de mi teléfono me confirmo quien era.

Mamá bajaba las escaleras mientras se arreglaba los aretes -¿Tu amigo que no es tu amigo te vendrá a recoger y dejar todos los días? Porque eso sería una buena idea teniendo en cuenta el clima. No espero que mueras congelada en medio camino a clases. Muy trágico.

Y así pueden ver de donde saque mis sobrerreacciones extremas.

-No me vendrá a recoger ni a traer. Iré a decirle que se vaya.

-¡Heather Weiss! No te he criado así, no debes ser una malagradecida. El chico tal vez solo quiere ser una buena persona... Hay que invitarlo a que pase alguna vez.

-¡No, madre! ¿Si acepto que me lleve me prometes que no lo invitaras a pasar?

-Tal vez... -evita mi mirada mientras se mira en el espejo.

-¿Tal vez? No estoy aceptando un "tal vez".

-Está bien -me mira a través del espejo-, parece que me has quitado la autoridad de madre aquí.

-Pensé que eso quedo claro hace casi dieciocho años atrás.

-¡Dieciocho! ¡Oh, por Dios mi bebé cumplirá pronto dieciocho!

-Oh, madre. No tengo tiempo para ocasiones sentimentales ahora, tengo a Romeo esperando afuera. Tal vez en la noche hagamos una maratón de nostalgia.

-Suena justo. Bueno, fuera, no dejes a Romeo esperando -me guiña un ojo.

Tengo ganas de quedarme explicando que estaba bromeando, pero a veces las personas simplemente no entienden mi humor. Y explicar una broma, pierde la gracia. Así que dejemos que mamá piense que Cole es mí Romeo por la mañana.

-Adiós, mamá.

-Adiós, querida.

-Sabes, pensé que habíamos terminado con esto del transporte -digo subiendo al carro.

-Primero, no soy tu transporte. Segundo, eso fue el año pasado, nuevo año, nuevas oportunidades.

-Oh, dios no me vengas con esa basura del año nuevo. Odio eso.

-Lo sé, por eso lo hago -sonríe maliciosamente.

-¿Debería sorprenderme?

-No, en realidad no.

-Bien, porque no lo estoy. Ahora, ponte feliz porque has sido elegido como mi chofer oficial.

-Ya me estoy arrepintiendo -hace una mueca.

-Que pena, ahora que me estaba acordando, después de clases quiero que me lleves al centro comercial a comprar un par de...

Detiene el carro desprevenidamente. -Heather, bájate de mi carro.

Me rio de su expresión, en serio es épica.

-¡Cole, si en serio me crees así deberías no se conocerme más!

-Bien, pues intentémoslo -pone el carro en marcha de nuevo.

Miro fijamente las calles llenas de nieve derritiéndose por la tormenta de la noche anterior, la máquina Quitanieve en la intersección que acabamos de pasar y una señora cargando a sus dos pequeños hijos con unos grandes abrigos acolchados. Regreso la mirada a Cole.

Heaven, Hell, HeatherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora