Alexander Hound enfrenta un complicado desafío: reincorporarse a la universidad luego de pasar un año entero internado en el hospital. Como está por cursar el último ciclo académico, sus escasos conocidos ya se han graduado, así que solo le queda re...
Hace poco, por azares del destino (o tal vez sea cosa de la Mano del Demiurgo), empecé a experimentar con la generación de imágenes mediante el uso de inteligencia artificial. Al comienzo era por simple curiosidad, solo por probar que tanta capacidad poseía la AI (ya sé que en español sería IA, pero "AI" me suena más a nombre), pero terminé dando forma a personajes que vagamente podría asociar con mis obras. Por dicha razón, intenté llevar la cuestión al terreno específico de la presente obra y, para mi sorpresa, el resultado fue mejor de lo esperado.
Una cosa es cierta: la AI no es capaz de expresar exactamente la forma en la que imaginé a mis personajes. Mi primera intención fue darles un estilo "realista", pero a la pobre máquina le resulta un tanto complicado lidiar con ese modelo. De todas formas, esta obra es de fantasía, de modo que tuve que resignarme (aunque lo cierto es que no es que me guste tanto cómo se ve el mundo real) a utilizar un estilo más... ¿cómo de decirlo? Animesco, eso.
He aquí otra cuestión. ¿Por qué decidí incluir estas imágenes generadas por AI en un especial al final de todo y no en RECURSOS ARTÍSTICOS? Simple: no creo y nunca creeré que una inteligencia artificial sea capaz de producir "arte". Puede realizar obras interesantes, estéticas e incluso impresionantes, tal vez incluso más bellas de las que sería capaz un humano sin talento de genio, pero es no es arte. No hay sentimiento, no hay arte, solo hay una aplicación de algoritmos. Artificial todo, a fin de cuentas. Dejando mi perspectiva de lado, también considero que RECURSOS ARTÍSTICOS debe estar reservado a material que yo haya "ganado" en algún sentido, ya sean premios de concursos o los magníficos dibujos de blasones nobles que recibí de Io.
Ya me fui por las ramas, seguro es una estrategia del Demonio de Laplace para desviarme del tema central y así aburrir a los lectores.
Ya sin más dilación (realmente me gusta esa frase), empecemos con el show.
Nirvana
La rubicunda, infantil, amargada y deprimente protagonista (¿o co-protagonista?) de la historia. Su versión base fue relativamente fácil de conseguir, solo necesitaba que sea una joven rubia vestida negro con cara de desconfianza:
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
