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Era martes cinco de diciembre

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Era martes cinco de diciembre. Había pasado una semana desde que Gakushū había ido a casa de Karma para realizar su proyecto. Había pasado una semana desde que Asano Gakuhou había regañado, por primera vez, a su hijo por una razón no académica.

-Buenos días -saludó a su compañero de equipo.

-Hey -saludó el pelirrojo con su sonrisa impecable, logrando que el contrario lo imitara de manera inconsciente.

Había pasado una semana desde que Asano Gakushū decidió desobedecer, también por primera vez, a su padre cuando este le dijo que cuidara sus amistades y se alejara de Akabane.

-Llegaste temprano -comentó-. No olvidaste el proyecto, ¿verdad?

-Oh, tienes que confiar en tu equipo, Gakushito. El proyecto ya está en nuestra mesa -apuntó una de los stands de segundo año.

El gimnasio del edificio principal de la preparatoria era idéntico al de secundaria, y se llenaba igual de rápido de alumnos corriendo de un lado al otro cuando se trataba de la feria de ciencias. Un evento organizado cada final de trimestre con el objetivo de presentar los proyectos de ciencias -biología, química y física- de primero, segundo y tercer año. La feria duraba todo el día escolar; no había clases y los padres de los alumnos estaban autorizados a ir y ver los proyectos de sus hijos. Era todo un suceso.

-¿Vendrán tus padres? -preguntó el peli naranja con genuina curiosidad.

-No -negó con la cabeza, bajando la mirada-. Están en un crucero, ¿recuerdas?

-Cierto -suspiró, rememorando lo que Akabane le había comentado días antes-. Supongo que solo le haremos la demostración a los familiares de otros alumnos -dijo y el pelirrojo asintió, mirando a cualquier otro lado que no fueran los ojos de Gakushū.

El resto del día fue difícil para ambos. Mostrar su proyecto había sido la parte sencilla; ¿Ver a sus compañeros ser felicitados por sus padres y familiares? Ouch. Sobre todo cuando el director estuvo en la feria, saludando a los alumnos y a sus padres, asegurándose de que el evento se desarrollara sin ninguna falla. Como siempre, al Asano mayor le gustaba que las cosas fueran perfectas y la feria estaba estratégicamente planeada una semana después de la feria de secundaria para que el hombre pudiera acudir a ambos eventos sin problema.

No pasó desapercibido para Karma como su compañero de equipo cruzó miradas con su padre y el mayor, voluntariamente, decidió ignorar su demostración. A pesar de eso, no dijo nada; aunque a él no le afectaba en lo absoluto, era seguro que el oji violeta ya se sentía lo suficientemente mal por ello.

-¿Qué tenemos por aquí? -preguntó un profesor que no reconocían, seguido de algunos padres de familia curiosos por ver su proyecto y ambos chicos pusieron sus mejores sonrisas faltas antes de comenzar su presentación.

La feria pasó rápido y fue todo un éxito. Había padres felicitando a los profesores de ciencias por donde miraras, y el director no se quedaba atrás recibiendo halagos por montones sobre lo bien organizado que había estado el evento.

1.11 [Karushuu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora