Fonte Boa, 24 de Diciembre de 1941
Queridas madre y hermanas,
Espero que gocen de la mejor de las saludes. Como les informe en mi anterior carta, seguimos avanzando por la Amazonía brasileña, hace unas horas hemos llegado al poblado de Fonte Boa. Mi alférez Alex Miranda, alías 'Locochon', nos ha informado que pasaremos aquí la Navidad.
Estoy muy agotado, me han salido callos en los pies de tanta marcha y el barro nos llega hasta los tobillos. El tren de provisiones cada vez esta más extendido, nos han dicho que a partir de ahora viviremos de la tierra casi exclusivamente, es complicado llevar suministros por la jungla.
Hoy por suerte no me toca hacer guardia, podré dormir más de 3 horas al fin.
Los locales siguen ofreciendo casi o ninguna resistencia ante nuestra ocupación, pareciera que no les importara que estén bajo ocupación, pero bueno, ¿igual que podrían hacer simples civiles?
Los que sí ofrecen algo de resistencia son los nativos, mas los despachamos con relativa facilidad, unos cuantos disparos y huyen despavoridos. Sus arcos y lanzas de madera no son rivales para nuestros rifles.
Ninguno de estos grupos causa mayor inquietud para mi batallón, sin embargo, lo que sí causa angustia es la ausencia del ejercito brasileño, sigue sin haber señal de este a pesar de ya haber transcurrido 3 meses desde que nos adentramos a su territorio. Es extraño, tengo un mal presentimiento. Sea como fuera, mi batallón esta listo para hacerles frente en cualquier momento y vencer.
Solo espero que esta guerra termine rápido, apenas pasaron algunos meses desde mi adiós y ya quiero volver a verlas, esta será mi primera navidad sin ustedes. Al menos aquí tengo todavía a Adrian y a Máximo, por suerte nos asignaron al mismo escuadrón, han sido un gran apoyo en todo esto. Díganles a sus familias que ellos están bien también.
Eso es todo por ahora, les prometo escribirles pronto.
Un fuerte abrazo,
Su amado hijo y hermano, Juan Diego Aquino.