Liberanos

#1- Aca es donde vivimos

||Francia, año de 1789, en la ciudad de Versalles, en ese tiempo tenía 15 años, era tan hermoso todo, enserio, adoraba salir a las calles a ver ese cielo azulado, y pues déjenme contarles un poco de quien soy||

Se encontraba un niño de cabellera bastante larga, hasta los hombros, ojos café, pero con un poco de brillo, este niño era el hijo de una familia bastante acomodada en la ciudad, exportadores de alimentos, específicamente pan, así que el dinero no era un prblema realmente, el niño vivio sus primeros años de vida bastante tranquilo, con amigos bastante juguetones como el, curiosos de lo que puede ofrecer el mundo y todas sus sorpresas.

-Señor una duda, su sombrero de que piel es-  estaba el niño frente a un hombre, algo peculiar, pero eso no importa ahora, lo que importa es que este niño era un maestro de el escape, o eso creía el realmente -Eso no te importa pequeña rata, lárgate!-

Pues en ese momento una niña choco con el señor desde atrás y se disculparon viéndose los dos asustados, estaban aterrorizados de ese hombre -MALDITOS MOCOSOS, VÁYANSE ANTES QUE LOS HAGA MIERDA A PATADAS- Exclamó el hombre logrando su cometido haciendo que los niños corrieran a un callejón, sintiéndose como un héroe según el, al revisar su saco encontró la trata sorpresa que ups...

-Christopher nos llevamos uno grande, mira cuantas monedas tiene!- exclamó la niña riendo sacando de su vestido una bolsa llena de francos franceses (La Vieja moneda franceYa pasadas un par de horas, los dos niños estaban sentados en so de su engaño -Ya se Odette, esto fue tan fácil como robarle un dulce a un ciego-

Aquellos niños, criados juntos, corrieron por los callejones jactandose de su azaña, la verdad es que no era no su primera vez, y no eran unos principiantes, llevaban haciendo eso casi diario porque querían sentir lo que era la diversión y la emoción de lo que es robar.

Ya pasadas un par de horas, los dos niños estaban sentados en un balcón con vista al pueblo, se podía apreciar como todo empezaba a despejarse -Es hermoso, no Odette?- Dijo el niño tomando la mano de Odette, un toque suave y cariñoso, demostrando la pasión y la delicadeza que sentía hacia ella, que fue devuelto con un entrelazamiento de dedos -Christopher, mi papá te matara si te ve tomar mi mano así, ya acordamos que el otro año nos iríamos a París a trabajar, solo espera un poco más- Odette se devolvía a el, acariciando su mejilla, Odette era una doncella castaña, con unos enormes ojos verdes y unos delicados labios rosados, con sus hermosas pecas, era una joya increíble.

-Ya se ya se Odette, pero no puedo hacerlo, Mademoiselle, usted me hace sentir que mis poesías te buscan desde Sant-Loise hasta Paris, enserio necesito saber, que haremos cuando vayamos a París- Acercando a la muchacha mientras le acariciaba delicadamente la mejilla y la tomaba de la cintura -Haremos lo que queramos, porque nada, y nada, nos arruinará nuestro futuro- Besando al joven, ese beso, fue el último que pudo haber disfrutado Odette.

||Ay Odette, te extrañare hibamos a ser tan felices, pero... Esa mañana aún la recuerdo con amargura, con horror, el inicio de nuestro infierno||

Esa mañana Christopher fue despertado por la muchedumbre, estaba durmiendo en un techo, al asomarse solo vio a los civiles correr por las calles con armas y banderas, no entendía lo que estaba sucediendo, pero más preocupante, sus padres estaban en esa muchedumbre junto a los de Odette, pero donde estaba ella?

-Odette... - Empezó a correr preocupado saltando a una rama de un árbol y bajando con costo, pero no importaba, corrió saltando una barda atravesando un pequeño establo, para adentrarse al mercado, empujando a la gente, la mente del joven estaba bastante perturbada, no sabía que estaba pasando, porque todos estaba tan confuso, pero lo que sí sabía es que debían irse -Con permiso necesito pas... -