Extra 1/3: Zetsu y la Rosa

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Antes que nada, no pretendo ofender a nadie, ya que en este cap tendra involucrado la Rosa de Guadalupe, serie la cual veo con MissaSinfonia, y no quiero ofender a los creyentes. Sin nada más que decir, empezemos el extra.

Y otra cosa, contiene mucho relleno. 

—¿Como pudo hacerme esto? Sasori, te amé como una rosa en mi pecho, o sea, el corazón. Me refiero a que tu eras mi motivo para todo ¿y así me respondes?
¿Engañandóme?

El bicolor estaba sentado sobre una roca, con Obito (el de 15 años) debajo de ella.

—Ya pareces el viejo cuernudo de Madara.— comentó el adolescente, lo cual le saco una pequeña y corta sonrisa a la planta.

—¿Volvemos a la cueva? —preguntó.

—Vaaale.

Ambos se levantaron y se dirijieron a la base, donde se encontraron a Pain mirando Telenovelas.

—¿Esa no es esa serie sobre milagros? —preguntó una vez más el bicolor.

—Milagro es que me hayan mencionado en este puto fanfic.— respondió el perforado.

Hubo un leve silencio, un tanto incómodo.

—Adiós. —se despidió el de la cara rajada, (no, no me refiero al Harry PottaH).

—Yo me voy igual. —se dirijió de nuevo a la salida.

—Zetsu —llamó el ojicebolla—. ¿Te puedo asignar una misión?

—¿Qué?

—¿Puedes averiguar porque hay 3 Tobis? Oh bueno, Obitos.

—Supongo que no tengo nada mejor que hacer... ¿cuanto a que es culpa de la cobra gay?

—No apuesto una mierda porque obviamente es él.

—Vaaale.— dijo mientras se lo tragaba la tierra.

Llegando a la aldea de Orochimaru

—Al fin.

El bicolor se puso a mirar por los alrededores hasta dar con donde estaba aquel ser tan inhumano y con su asistente el Harry Potter albino.

—Muy bien. Kabuto, pásame la muestra de ADN.

—¿De quien exactamente? —preguntó el cuatro ojos.

—La de Sasori, idiota.

—¿La de Sasori? Pero... que Orochimaru no se lo quería follar?—pensó en su mente el espía— Uyyy.... Te lo mereces, puta rata.

—¿Donde esta el sacrificio? —preguntó la serpiente.

—Espere...— el albino fue directo a un armario, sacó una bolsa, la cual contenía  una cadáver, y lo arrastro a donde Orochimaru—. Es uno de los huespedes del hotel ese.

La serpiente rió.

—Caen como ratones con sus trampas con queso.

El Jarras se rió también y luego preguntó:

—¿Y qué pensaba hacer cuando uso ese jutsu para traer al pasado y futuro de ese niño de Akatsuki?

—Alterar la linea temporal para provocar cambios radicales en el destino del planeta y que arda en algun futuro.

—Vale, ¿pero porque él cuando pudo ser alguien como Itachi-san o Pain?

—Pronto lo verás, Kabuto. Y tranquilo, luego puedo devolverlos.

—Okay, ya ví que sí es culpa de la Cobra Gay. Me voy —pensó el bicolor para luego esfumarse.

Cuando volvió a la cueva

—Pain, ¿sigues viendo esas putas series?

—¡Ay, estúpida, me asustas, burra! —gritó—. Sí, las sigo viendo. ¿Por?

—¿Puedo ver contigo? Es que va de una rosa, y a mi me gustan las rosas.

—Vale, ven y siéntate, puta planta marihuanera. —ofreció amablemente.

—Gracias, gilipollas de en cojones. —agradeció mientras se sentaba a su lado.

2 horas después

—Virgencita, te lo suplico. Ayudame a encontrar a alguien que sí me quiera de verdad.

En ese momento llega el Obito de 15 años.

—Zetsuuu... ¿qué pijas haces rezandole a un cuadro de Mía Khalifla?

—¿Quién es esa?

—Lo que yo debí haber elegido ser en vez de un puto ninja y que me cayera esa puta roca.

—Era un evento canonico.

—Sí, mis cojones. ¿Vas a responder mi pregunta?

—Le estoy rezando a la Virgencita y que pase como en la Rosa de Guadalupe.

—Ah vale. Pues nada, adiós. —se despidió mientras cerraba la puerta y murmuraba:—. Más gilipollas no se podía ser.

—Bai —volvió a mirar y...— ¿y está rosa?

Así es, era una rosa tan blanca como la nieve, como el semen, como las canas que Hidan...

—N-No puede ser.... ¡es real! ¡Y es hermosa! —la miró unos segundos con cara de enamorado —voy a hacerme una pa-.

TIMESKIP

Kakuzu llegó a la habitación de Zetsu y empezó a picar a la puerta.

—¡Zetsu, baja a comer!

—¡Voy!

Bajo a comer, comió y luego volvió a subir, pero oh, la rosa ya no estaba, porque ya había cumplido con su deber. Entonces, un viento misterioso iluminó la cara del bicolor.

—¿Ya puedo dejar de ventilarte con el secador de pelo? —preguntó el Obito de 15 años.

—No, sigue. Que hace calor.

Y colorin colorado, a tu madre me he folla- a espera así no era.

¡¿3 TOBIS?! {T/ObiDei}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora