capítulo 23. Maletas

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Moxie

Me despierto tarde ese sábado, deben ser las diez de la mañana. Anoche me desperté de madrugada por un ruido de agua y me costó dormirme después. A pesar de que hace bastante fresco, especialmente por la noche, corrí las cortinas del balcón y pude ver a Evander haciendo unos largos. Me extrañó ¿No puede dormir? ¿Qué debe estar rondándole por la cabeza para meterse en esa agua helada?

Me visto y decido bajar a tomar el desayuno. Preparo un café con tostadas y mientras tanto escucho la risa de una mujer, proviene del comedor, no puede ser otra que Natalia. Así que, como esta noche ya voy a pasar un buen rato por la maldita cena a la que Stone me hace ir, decido tomar mi desayuno en la cocina, como siempre. Henry aparece, con una bandeja repleta de bollos y un par de tazas vacías, desde el comedor.

-Buenos días, señora - saluda con una sonrisa, la cual le devuelvo.

-Buenos días, Henry. ¿Te ha tocado servir el desayuno a nuestra amiga en común? - le digo de forma irónica mientras sorbo café.

-Eso me temo. ¿le apetecen unos bollos con virutas de chocolate, señora?

Asiento, sería estupendo tomarlos a pesar de haberme zampado ya tres tostadas. Después de que Henry se deshaga de la bandeja vuelve a salir de la cocina para continuar con sus quehaceres. Puedo escuchar a Natalia hablar con Evander, le está comentando tonterías sobre sus amigas, las cuales ni me interesan. Natalia le dice a Henry que puede retirarse y, al poco rato, cuando estoy a punto de pegar el segundo bocado al bollo, la conversación cambia drásticamente.

-Anoche fue mágico. Joder, necesitaba que me follases duro, tal como tú sabes. No podía ni mover las malditas piernas, pero te aseguro que a pesar de eso repetiría tantas veces como me dejases. - la comida se me atraganta al escuchar hablar así a esa mujer. ¿Qué mierdas dice? ¿Evander se la tiró anoche?
Puedo escuchar como una de las sillas se retira, imagino que es ella levantándose y acercándose a Evander.

- Esa sala tuya es una locura. La próxima podemos usar más juguetes y ese columpio que tienes allí colgado. Te volveré a dejar follarme por todos los agujeros que quieras.

Me pongo en pie. Las ganas de comerme ese bollito de virutas de chocolate se convierten en ganas de vomitar. Escuchar a esa mujer hablar así... ¿es cierto? ¿Evander se ha acostado con ella? Las lágrimas comienzan a salir de mis ojos sin darme cuenta siquiera. Empiezo a respirar con dificultad y mi corazón duele. Salgo corriendo a la planta de arriba y tras dar un portazo en mi habitación avanzo hasta el baño y vomito todo lo que acababa de desayunar. Las arcadas continúan hasta que finalmente no queda nada en mi tripa. Me apoyo contra la taza del wc durante un rato hasta que mis lagrimas dejan de salir y me tranquilizo. Joder, no entiendo a este hombre. Me dice que me echa de menos, que no la aguanta... ¿y ahora se la folla? Comienzo a cabrearme, mucho. Cierro las manos en puños y puedo notar como mis uñas se clavan en las palmas. Me pongo en pie y me decido a lavarme los dientes. Tengo que enfrentarme a esto, porque estoy jodidamente enfadada y celosa. Después vuelvo abajo y entro directa al comedor para enfrentarme a ellos dos. No hay nadie. Comienzo a andar y al llegar a la entrada puedo ver que no hay ningún bolso o chaqueta de Natalia, así que imagino que se ha marchado.

-Buenos días - la voz de Evander me saluda y noto un nudo en el estómago.

Me giro para verlo, está claro que ve que estoy enfadada porque su cara baja su sonrisa y se pone recto.

-¿Ocurre algo?

-Primero me dices que no la soportas, que no aguantas estar con ella... y... ¿Anoche te acostaste con ella? - prefiero ir de frente y quitarme la maldita tirita de golpe. Él traga saliva mientras le señalo con el dedo, le estoy atacando directamente.

Moxie #Stone1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora