Capítulo #1

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Abrí los ojos "otro dia de mierda" después de todo lo que añoré para que se acabara el ciclo sin fin de inconcedible relación. Sabía bien que hoy sería otro monotono y sin sentido día más. Día donde sería incapaz de gritar a los cuatro vientos como realmente me siento. Donde me refugiaría en mi celular, reprimiendo mis anhelos, uno de esos días que se repiten los 365 del año.

Después de todo, no quería verme sufrir con helado, frente al ordenador mientras lloraba por la inminente perdida de una amistad si me confesaba. Porque sí, temo que si le confieso mis sentimientos a mi amigo, Sebastian, todo el mundo que construimos por mensaje terminaría en un abrir y cerrar de ojos.

Mientras que él es un 10, yo... nunca seré suficiente para él. Sería estupido pensar que un chico tan perfecto como él, se fijaría en alguien como yo.

Aunque mi cerebro supiera que sería imposible, mi corazón tenía la esperaza de que él aún así me correspondiera. "Vaya inconcedible deseo".

Sabrina se vistió, y salió directo hacia la parada de su transporte, el cuál demoraba una considerable cantidad de tiempo hasta llegar a su colegio. Durante este trayecto, imaginaba escenarios en donde ella y Sebas eran una pareja.

Cuando ingresó por la gran puerta principal del tan pretigioso como exigente colegio estudiantil, se encaminó hacia las escaleras. Para mi sorpresa, hoy había llegado tarde, ya que mientras me hacia un cuento en mi cabeza el autobus ya había pasado por su parada, bajando luego de cinco calles abajo.
Subí las escaleras de a dos escalones, mentalizandome que tenía evaluación de Lenguas Extranjeras en la primera hora. No podía llegar más tarde de lo que ya.

Sabrina estaba tan concentrada en pisar bien escalón por escalón, que no se dio cuenta que un chico bajaba justo enfrente suyo, cargando libros que le tapaban la visión.

De un segundo al otro esos libros se habían caído. El impacto fue tan fuerte que Sabrina había perdido el balance. Por suerte, el joven alcanzó a sotenerla antes de que acabara como los libros. A Sabrina no se sorpredió con la agilidad de este, sino con la persona en si ¡Era Sebas! Hacia tiempo que no se encontraban tan cerca del otro, hace seis años para ser exactos. En cuanto Sabrina recobró la cordura, se separó de inmediato y salió apresurada. Dejando así a un desconcertado Sebastian en medio de las escaleras y un buen de libros por recoger.

Aunque asisitieran al mismo colegio, era ironico como nunca se hablaban en persona. Sabrina lo evitaba y él respetaba su decisión. Troste.

Recupero el aliento de correr hasta mi clase y empizo a completar mi exámen con mucho empeño "Tanto como mis ganas por conversar con Sebas". Al cabo de un rato de haberlo terminado, giro mi cabeza en dirección a la venta viendo a otros existir hasta que identifico una silueta familiar acercandose y pasar frente al bendito cristal que nos separaba. Tan pronto como lo identifico, pienso suplicante "Por favor, Tierra TRAGAME".

Por supuesto, los astros actúan oponiendose a mi camino de tener una vida tranquila, uniendose para que diera la casualidad de que aparezca la última persona que esperaba ver, Sebas. Él chico más aplicado, me saluda con la mano y yo, en vez de responder como cualquier colegiala, me ruborizo de la verguenza. Al rato de pensarlo lo suficiente, alzé mi brazo para corresponderle el saludo y al bajar mi brazo, empujo accidentalemente mi botella de agua dejándola caer directo el suelo para derramar su contenido. Para cuando arreglo mi enchastre, Sebas ya no estaba ahí, ni nadie, solo yo, mi dañada imagen y el timbre del recreo contra el mundo. (En mi opinión, pase mucha vergüenza).

Al cabo de una hora, finalize mi exámen, sali al recreo para dar una meticulosa revisión a mis apuntes "NoOOo, hice todo maaal, no era there is, era there are" había fallado en algo tan simple

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⏰ Última actualización: May 27 ⏰

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