CAPITULO 11

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CAPITULO 11

Fueron pasando los días, parece que todo se tranquilizaba. Ana seguía sola en casa, mientras que Raul intentaba conquistar a su mujer de nuevo. Ella estaba viendo que había vida después del matrimonio, y que no se estaba tan mal sola. A pesar de llevar toda la vida con pareja y 5 años casada, ahora le gustaba vivir sola y no tener que rendir cuentas a nadie. Tenia una vida de lo más entretenida con clases de baile, el trabajo le iba genial y salia con sus amigas más amenudo. Le estaba cogiendo gustillo a eso de ser soltera.

Laura también estaba en un buen momento, su relación con Sergio iba viento en popa. Ya  hasta conocía a los padres del el. ¿quien lo iba a decir? la rompe-corazones de Laura ''pilladisima´´ por un hombre, ella que los consideraba de usar y tirar, simplemente servían para satisfacer su necesidades. Ahora tenia a su lado un hombre que las satisfacía con creces. Y se tubo que tragar sus propias palabras, pues decía que las relaciones eran una pantomima.

Y mientras tanto, Sara era la única que no tenia calma interior, pues  en ocasiones y demasiado a menudo, soñaba con Alex. Y no estaba del todo segura que estar lejos de el, fuese lo mejor. Pues su cuerpo reclamaba a Alex cada noche en su sueños, ese hombre le había echo vibrar con un simple beso mas que nada en su vida. Aunque también que eso no tenia mucho que ver con estar enamorada. Pues sabe que amaba a su novio por encima de todo. Aunque últimamente no estaba muy simpática con el, le respondía de forma borde y el nivel de sexo había bajado significativamente.

A lo largo de la semana habían discutido por tontería demasiadas veces, tanto que había noches que dormían separados por cabezonería de ambos, bueno más bien Sara, que era la que propiciaba esas situaciones. La convivencia estaba siendo una tortura. Los cambios de humor de ella eran de lo mas habituales.

- Sara, esto no puede seguir así, todo te sienta mal. Discutimos por tonterías- dijo Pablo con los ojos encendidos en dolor.

- Ya estas otra vez igual, ¿ a caso yo tengo la culpa?

- Puede, pues ya no eres la misma de la que me enamore. Día a día parece que vivo con una desconocida. No te entiendo. Te quiero más que a mi vida, pero yo también me canso de llegar a casa y no tener ni una buena palabra, un beso... y bueno del sexo ni hablemos, pues me huyes con escusas de lo más variadas. ¿ hay alguien?- dijo Pablo, sabiendo que esta pregunta le rondaba la cabeza hace varios días.

Sara se tapo la cara y comenzó a llorar. Cuando pudo comenzar a hablar dijo:

- No hay nadie, yo creo que no estoy bien. Estoy en un momento que me planteo muchas cosas. Yo también te quiero Pablo, pero creo que no soy todo lo feliz que puedo llegar a ser y necesito tiempo para aclararme.- respondió entre lamentos.

- Vale Sara, mejor eso a que nos machaquemos hasta matar el amor que nos tenemos. ¿quieres tiempo? yo te daré el tiempo que necesites. Y si en algún momento me echas de menos, como yo seguramente te echare de menos a ti, no lo dudes, hazmelo saber. Esto me duele mucho, pero se que esto no puede seguir así. Nunca tuvimos unas crisis igual, y no quiero perderte.- termino Pablo abrazándola.

A la mañana siguiente Sara cogió algunas de sus cosas y se dirigió al piso de su amiga Laura. Toco al timbre de la puerta y abrió Sergio, sin camiseta y a medio vestir.

- Pasa Sara, ¿ ocurre algo?- dijo extrañado al verla allí con una maleta.

- ¿Esta Laura?

- Si pasa, ya sale de la ducha.

Se sentaron los dos en el salón, y el silencio continuo, hasta que apareció Laura.

- ¿Sara? ¿ que ha pasado?- dijo muy extrañada al ver  la cara de tristeza de su amiga.

- Si, Pablo y yo nos hemos dado un tiempo, y quería preguntarte si me podía quedar un tiempo hasta que la cosa cambie. Hemos discutido mucho y necesitamos un poco de espacio.- respondió Sara, esforzándose por no llorar.

Laura la abrazo y dijo:

- Quedate todo lo que necesites, no te preocupes por nada. Me gusta que hayas recurrido a mi, además pienso que es lo mejor para los dos, el tiempo y la distancia calman las cosas, y seguro que luego os pilláis con mas ganas.

- Por eso te quieroooo, gracias. Prometo no molestar, cuando necesites estar sola con Sergio solo dímelo y me quitare del medio, no quiero ser un incordio para vuestra relación.- dijo mirando de reojo a Sergio, que puso los ojos en blanco.

- No te preocupes, cuando queramos intimidad, nos iremos a mi piso. Es más solemos estar poco tiempo aquí, hoy nos pillastes aquí de casualidad, pues estamos planteando irnos a vivir juntos- dijo Sergio cogiendo la mano de Laura.

- De eso nada, de momento vamos a seguir así. Sergio ya te lo he dicho, poco a poco. Sin presiones. Seguiré en mi piso, e iré al tuyo las veces que haga falta - replico Laura.

- Bueno, todo solucionado. Hoy es domingo vámonos por ahí a comer, ¿no?-dijo Laura a continuación.

Los tres se dirigieron a almorzar a una pizzería que había en el paseo marítimo, solían ir mucho. Después los entrantes, la pasta y un par de botellas de vino rosado. Decidieron ir a tomar un cafelito a una cafetería cercana, donde ponían unos capuchinos increibles.

Los tres de lo más divertidos, reían y conversaban. Cuando sonó el teléfono de Sergio, que se levanto y se aparto de la mesa, mientras las chicas seguían con charla.

- Hola tío, ¿que tal?- dijo Alex al otro lado del teléfono.

- Pues aquí, en la cafetería del paseo con Laura y Sara- respondo Sergio.

-¿ Sara? ¿sola, no esta Pablo?

- Uff tío, es una larga historia, pero por lo visto se están dando un tiempo, y ella se queda de momento en casa de Laura.

Al otro lado del teléfono, Alex empezó a sonreír.

- Vaya, que sorpresa. Bueno y ella¿ como esta?- pregunto entre contento y preocupado.

- Pues bien, serena. Antes estuvo llorando, pero ahora esta mas tranquila. Oye, y tu ¿por qué preguntas tanto?¿desde cuando te interesa esta?

- Si yo te contara colega, bueno. ¿ tu crees que le importara que me acerque un rato por allí? es que estoy súper-aburrido.- intento Alex parecer convincente y que no se le notase las ganas de ver a Sara.

- Pues ya nos íbamos, acercate a cenar esta noche, ahh eso si trae tus las pizzas, las dejo a tu elección. Te dejo tío, hasta luego

Colgaron y Alex no podía dejar de sonreír; parece que la historia había dado un giro interesante. Esta seria una gran oportunidad, que no podía desaprovechar. Sara sin novio, increíble pero cierto,  por fin disponible. Tampoco tuvo que esperar tanto. Ahora solo tenia convencerla que el seria la mejor elección que ella podía tomar.

YA NADA SERA IGUALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora