La sonrisa en su rostro era cuidada, así como su atuendo. Si algo bueno tenía su infancia, era aquello. Sus ojos viajaban por el mapa de Prythian, considerando las opciones en silencio. El mejor sitio era Bajo la Montaña, pero incluso ella tenía cierta sensación de rechazo, no quería ni imaginar a los Señores de Prythian. Mordió su labio inferior. Los sitios más cercanos eran la Corte del Atardecer y la Corte del Invierno, ambos sitios donde había cierto aire de tranquilidad.
Se apartó del mapa, tomando pluma, tinta y papel, escribiendo los nombres de los Señores en cuestión. Era sencillo, pero el tiempo estaba en contra, por lo que le habían dicho. Volvió al mapa, contemplando las marcas que señalaban a los castillos. Si tenía que ser estricta con las distancias, creía recordar que en la Corte del Atardecer era posible ver el Medio. Quizás podrían hacerlo allí, si a su Señor no le molestaba.
Resuelta, volvió a la mesa, dejando la carta con el nombre del Señor del Invierno a un lado, ya le enviaría una nota para pedirle su asistencia. Había escrito dos líneas cuando llamaron a la puerta. Extrañada, dejó la pluma en el tintero, rodeó el escritorio y abrió, encontrándose con Feyre llena de marcas en el cuello cuyo origen no era difícil de adivinar. Cierta diversión se apoderó de ella, así como el instintivo respeto por ser quien era. No era oficial, pero Morrigan podía verlo, tan claro que sería de imbécil no aceptar una verdad tan evidente. Sonriendo, dejó pasar a su Señora, quien admiró momentáneamente el espacio antes de quedar parada en medio de aquella sala.
—¿Ya has elegido un sitio para la reunión? —preguntó, admirando el mapa que ocupaba la pared oeste.
—Sí, creo que podemos pedirle al Señor del Atardecer que nos reciba en su palacio.
Feyre asintió con la cabeza, diciendo que era realmente una buena propuesta. Morrigan aguardó, sabiendo que no era eso lo que había ido a decirle.
—Estaba pensando... mi padre tiene su mansión principal en el Medio —empezó—. Sé que suena a imposición, pero ese sería un terreno neutral y no es...
No hacía falta que terminara la oración. Morrigan consideró la opción por un momento.
—¿Puedes conseguir una respuesta rápida de él?
—Puedes llamarlo desde la casa que tiene aquí —ofreció. El ceño de Morrigan se frunció momentáneamente antes de recordar el sitio donde había visto a las tres hermanas reunirse. Sin nada más que acotar, Feyre se despidió.
—Por cierto, Feyre —dijo cuando ya se estaba marchando. Ella la miró con una ceja arqueada, sus ojos azul intenso brillando ligeramente—, traten de no hacer tanto escándalo con Rhysand.
La carcajada que salió de su garganta la siguió incluso cuando se deshizo en un montón de sombras. Al ritmo que iban ellos, bien podrían tener un heredero en cualquier momento.
No sabía en qué momento se quedó dormida, pero despertó al sentir que Lucien se tensaba y su corazón latía con fuerza contra el suyo. Abrió los ojos de inmediato, buscando cualquier amenaza antes de que sus ojos se posaran en Norrine, quién intentaba incorporarse. Tambaleándose sobre sus pies en un primer momento, se acercó a ella, rodeándola en un abrazo. Pudo sentir el alivio de Lucien como si fuera propio, haciendo que algunas lágrimas cayeran por sus mejillas.
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Una Guerra de Rosas y Espadas #PGP2024
Fiksi PenggemarVALQUIRIAS DE PRYTHIAN 1 Las Valquirias cayeron en la Guerra Negra, perdiéndose en la historia. Nada queda de ellas más que los recuerdos de quienes estuvieron en ese entonces. Sin embargo, si se mira entre las sombras, por el rabillo del ojo, quizá...