Como podria alejarme, cuando tu me pides que me quede?

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Capitulo 3 -Como podria alejarme, cuando tu me ruegas que me quede?-

Desperté con la luz del sol radiante en mi rostro… Domingo. No tengo clases, aunque si una que otra tarea pendiente. Lo único que quiero es quedarme trancada todo el día, y disfrutar de mi infeliz vida en soledad, pero el hambre le gano a la vagancia, así que me pare al baño. Me di un rápido baño y cepille mis dientes. Fui al guarda ropa y me puse los pantalones más cómodos que tenia, color rosa, con un sello que decía –PINK- en el muslo y un sweater negro, con mangas que llegaban hasta las puntas de mis dedos. Amarre mi pelo en una cola algo despeinada. Me puse unos calizos y Salí, dispuesta a buscar algo para desayunar; esperando no encontrarme con Kendall, sabiendo que desde que lo mirara a los ojos, toda la rabia se desvanecería y todo volvería a ser como antes.

Camino hacia la cafetería, vi a Kendall de lejos y me subí la capucha del sweater tratando de esquivarlo, pero Kendall me conocía mas que eso “AMELIA!” grito. Yo me hacia la sorda y caminaba mas rápido, pero pronto escuche pasos apresurados detrás de mi.

“¿Porque tanta prisa?” Pregunto cuando me alcanzo, pero como yo no baja la velocidad, ambos íbamos caminando rápido uno al lado del otro.

“Tengo hambre” mentí. Mi tono de voz más seco de lo normal.

“¿Te acompaño a desayunar? Yo también tengo hambre”

“¡Claro! ¿Porque no? Después de todo, eres como mi hermano, nunca me dejarías desayunar sola para irte a desayunar con Roxanne.” Replique en un tono rebosante de sarcasmo y camine un poco más rápido.

“Vamos AMELIA! ¿Estas molesta? Ella me pidió un aventón a casa de una amiga. Iba a regresar, lo juro! Pero luego me invito a pasar, y tu sabes lo que siento por ella… no la podía rechazar.” Molesta? No creo… celosa. Esa es una palabra mas adecuada.

“Oh si, si. Tu, siempre tan considerado! Pero di pudiste dejar sola a tu supuesta mejor amiga, el día de su cumpleaños, en un lugar al que TU insististe llevarla. Vaya! Kendall Schmidt, el verdadero caballero”

“Como que supuesta? Tu ERES mi mejor amiga! Se que estuvo mal, perdóname” tomo mi muñeca, y se paro delante de mi. Dude un segundo viendo sus ojos verdes brillar por la luz del sol, pero rápidamente entre en si y me solté bruscamente de su agarre.

“No, no te perdono” seguí caminando enojada, a paso fuerte y rápido.

“Por favor…” insistió el y al ver que lo ignoraba, me cargo y echo sobre su hombro derecho, agarrándome por las piernas. Yo golpeaba inútilmente su espalda con mis manos, pero el me superaba en fuerza, siempre lo ha hecho.

“Suéltame!” grite.

“di que me perdonas” respondió y siguió caminando.

“no! Y me vas a bajar en este mismo instante” dije forzando mi ira, cuando lo que quería hacer era reír.

“Estas muy segura sobre eso? Todo depende de ti, di que me perdonas”

“No.”

Hmm… Kendall tiene un olor especialmente peculiar hoy. A shampoo y colonia.

“Esta bien, Esta bien! Te perdono!” Me rendí, sabiendo que terminaría rindiéndome de todas formas. “pero te toca comprarme el desayuno.” Dije una vez estuve en el suelo.

“Sabes que te lo compraría de todas formas, dulzura” El paso su brazo por mis hombros, y camino a mi lado como todo un Don Juan.

“Eres un idiota”

“Sabes que así me amas, princesa” Suspire, sabiendo que Kendall ni se imaginaba la realidad de sus palabras.

El uno para el otro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora