Candy corría hacia la segunda colina de Pony*, liberando sus sentimientos reprimidos junto a Clin, vio una columna de humo de entre la hierba, sonrió feliz de encontrarla aquí ya que se había molestado en traer algo para arreglar este problema territorial de una buena vez.
- Terry Grandchester - gritó levantando a la famosa Grandchester de su lugar en el césped asustada, ella se saco el cigarro de la boca
- Tarzan pecosa - saludo burlándose de ella - Que susto, creí que era la hermana Grey haciendo una inspección ¿Que haces aquí?
- ya te dije que no me gusta que fumes - le arrebato el cigarro, lo lanzo contra el césped y lo piso con coraje, busco entre su falda - toma, traje esto para ti - una armónica brillante pero sencilla le fue extendida a la joven inglesa
- ¿una armónica? - la tomo solo porque era difícil decirle que no a Candy – ¿Quieres un beso indirecto?
– ¡Terry! – regaño – haces y dices cosas imposibles
- no te enojes, la tocare si tu quieres
En efecto Terry empezó a tocar con sensibilidad y buen gusto. Candy se sentó a su lado admirando el sol.
¿acaso le tenía envidia?
Eso estaba mal, era un pecado, la hermana María se lo diría, pero no podía evitar querer algo que tenía Terry, aunque no sabía bien que era.
¿Su belleza?
¿su talento?
¿Su inteligencia?
¿su carácter?
¿O tal vez era, esa capacidad de expresar tristeza sin preocuparse por lastimar a otros?
Pensó en Annie, su llorona hermana, pensó en lo difícil que era llorar por ella, decirle lo mal que se sentía, tener que ocultar su dolor a todos. La melodía de Terry acompaño un par de lágrimas, por fin sintió que podía llorar, ahí en la falsa colina de Pony, bajo el gran árbol junto a Terry. Luego de dejar caer unas cuantas lágrimas que se secaron pronto escucho las campanas de la segunda y última clase de la tarde.
- Adiós Terry - se levantó, sacudió la ropa y sonrió de nuevo - recuerda: tienes que ir a clases de acuerdo.
- tal vez vaya a clases tocando la armónica - se dijo luego de verla correr.
Se puso de pie y camino a paso lento.
- . . . hace tiempo que yo quiero decirte - ¿esa era la voz del catrín?
Parece que no puede deshacerse de él en este día tan loco.
- Basta Archie, no digas nada - interrumpió Candy y sin mirarlo corrió.
No sé despidió, no gritó, no sonrió, tan solo corrió asustada cubriendo sus oídos
- Candy - la llamo, tropezando con la hierba
- ¿Tú otra vez?
*
Archie había dejado el edificio apenas supo por Paty O'brien que Candy había ido al bosque, había tenido un día muy loco, demasiado en realidad. Se encontró con Terry Grandchester sobre un árbol, le prestó ropa, faltó a clases, lo castigaron, vio otra vez a Terry en la biblioteca, tuvo una reunión con sus primos, recibió a Annie en el colegio y finalmente, tomo una clase de economía aburrida a morir.
Si, suficiente.
Decidió que estaba bien saltar la última clase si era necesario, pero como ya le habían pasado tantas locuras se arriesgaria a una última: le diría a Candy lo que sentía por ella.
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Grandchester, la rebelde Lady. (Candy Candy fem Terry)
Fiksi Penggemar¿Por qué nadie lo ha pensado? El rebelde caballero inglés que todos conocemos, tendría otra historia si hubiera sido una chica. ¿se imaginan al pobre Duque mandando a su hija al colegio de monjas más estricto de Inglaterra solo para descubrir que ni...