7. Va de puta pena

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La sangre me está hirviendo

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La sangre me está hirviendo. Aprieto mis puños a ambos lados de mis costados para que ella no note lo cabreado que estoy. Odio a ese Hugo. Lo odio con toda mi alma. Y su madre es una hija de puta. Tengo que calmarme porque lo único que tengo ganas es de romper algo. Hacerle creer que la culpa fue suya, cuando ese gilipollas cogió el coche por iniciativa propia. 

- Dime algo, Juancho –desvío mi mirada hasta posarla de nuevo en la suya. Su rostro luce muy  preocupado, mordiendo su labio inferior, el cual le tiembla ligeramente.

- Mejor que no Tali, porque todo lo que te vaya a decir,  no va a ser bueno -le contesto procesando cada una de sus palabras e intentando no enfadarme más de lo que estoy. 

-Lo soportaré, créeme.

Permanezco callado unos buenos segundos pensando en que responderle. O por lo menos darle mi opinión de lo que pienso. Empiezo a entender todo. La expresión de su rostro cuando el cabrón ese apareció en el estudio. El que se fuera cuando estuvimos juntos. Y que no quiera referirse a él como su novio. 

- No puedes estar con una persona que no quieres. Ni obligada. Es tu vida. Ni por esas mierdas de tierras -le contesto una vez sopesadas cada una de mis palabras. 

- Lo sé. Pero no te puedes imaginar lo mucho que mi madre me presiona -intenta explicarse ella, siendo algo que no alcanzo a comprender. 

- Joder Tali, y...¿Qué harás cuando él se entere que estás embarazada?

Natalia aprieta sus labios y se lleva una de sus manos a la cara. Se aparta una lágrima que ya bajaba por su mejilla, con sus temblorosos dedos.

- No lo sé. Es que...todo esto ha sido tan repentino que no he pensado en nada... -me dice al borde del llanto. No quiero verla así. Ya ha sufrido bastante, o está sufriendo, para que encima yo la esté presionando. Cojo su mano y entrelazo sus dedos con los míos ante su sorpresiva mirada

- En algún momento tendremos que tomar decisiones, ¿no crees? -el tono de mi voz es ahora calmado, pues es lo que quiero de ella, que esté tranquila. No seré yo otro cabrón que la presione. 

OVERTIMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora