Capítulo 2 || The Prince

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The Tornado — Owl City

Every fiber in me screamed out, but I couldn't make a sound.

Es frustrante vivir la vida sin vivirla. Sí, los aprecia más allá de la relación casi parental que ellos tenían desde hace mucho con él, pero la sobreprotección hacía sus días tediosos y abrumadores. Nadie fuera de aquel castillo sabía realmente que él no era hijo de aquellos reyes. Si, constantemente se rumoraba como una teoría sin confirmar, pero si la gente supiera la verdad entonces probablemente todo el tiempo que pasaron ocultándolo sería en vano. No quería que nada malo les pasara a Shadoune y Quackity por culpa suya... O de alguien más, lo suficientemente estúpido como para romper la cobertura y exponerlos a todos.

El joven de desordenado cabello negro rara vez se quitaba la capucha y la máscara, sólo lo hacía estando completamente solo o en compañía de aquellos reyes que cuidaban de él. La máscara contaba con propiedades mágicas, pero ese aspecto igualmente era sabido sólo por aquellos de plena confianza, él era un refugiado y si algo le sucedía se podría desatar un desastre demasiado pesado. Y aunque entendía los motivos de su ardua protección realmente añoraba por poder salir sin limitación alguna a explorar sus aislados lugares favoritos. Por eso es que la noticia del reclutamiento hizo su sonrisa brillar, sabía que en parte era la forma de cumplir su simple capricho de aventurarse a aquello que tanto llamaba su atención sin tener la constante compañía de sus guardianes de la realeza o derivados, ahora contaría con una compañía que conocería el reino y a la gente, alguien con quien tal vez incluso podría entablar una amistad.


⁺ ˖ ࣪ ˖ ࣪ . ִֶָ˖ ࣪ . ִֶָ 。゚•┈୨『 ♫ 』୧┈•゚。⁺ ˖ ࣪ ˖ ࣪ . ִֶָ⁺ ˖ ࣪.


Tal vez la vida sería mucho más simple si le gustara el cielo más que la tierra, pero era imposible. Esa mañana se despertó temprano, siempre solía hacerlo, así el día le duraba más. Ya era rutina suya cambiarse a ropa más cómoda, cepillarse el cabello y mantener cerca de sí su capa y su máscara. Lo hacían sentirse seguro por si alguien entraba repentinamente a su habitación, cosa que nadie hacía por la muy estricta regla de protegerlo. Él era el único que no soportaba esa ley, o al menos hasta donde sabía.

Sentarse al borde del gran ventanal sería un sueño de no ser por los barrotes para evitar caídas, lo tenia todo en esa habitación. Menos libertad. Al menos hasta esa mañana, donde se sentó pacientemente a esperar, esperar, esperar... Su guitarra haciéndole compañía con suaves melodías que acompañaba tarareando, siempre componiendo y experimentando, dejando a su hábil oído musical hacer el trabajo de llevarlo exactamente por donde buscaba ir. Siempre era algo nuevo y fresco, algo...

Tres toques a su puerta lo sacaron de su mente y detuvieron su lenta melodía acústica, se acomodó la capucha y la máscara. Ya estaba expectante del novato que era la llave a su "liberación", por lo que no le sorprendió abrir la puerta y encontrar al joven que había visto presentarse al día anterior. "Spreen" había captado que era su nombre, un chico de un cabello negro profundo con una franja blanca, acompañado de unas curiosas orejitas afelpadas y ojos desafortunadamente cubiertos por gafas negras, no insinuaba mentalmente que no pareciera un caballero apto, pero le dio hasta un toque de ternura pensar que se encontraba frente a un híbrido de oso.

Había escuchado mucho de él, específicamente porque su familia consideraba que era un individuo apto para la tarea de hacerle guardia y compañía mientras él finalmente disfrutaba de aire fresco. Era gracioso el contraste, él estaba eufórico de verlo, el caballero definitivamente no soportaba estar ahí.

—Quiubo, Spreen, ¿cierto?— Saludó con la comodidad de la informalidad. —Hoy tenemos un largo día por delante, espero que te guste el pescado.— Sintió una minúscula necesidad de dar alusión a su plan principal del día. Había encontrado hace tiempo ya un río, pero no se le permitía acercarse lo suficiente para poder sentarse a escuchar la corriente melodiosa e inhalar el suave y fresco aroma a humedad. Ahora que tenía compañía adecuada estaba más que emocionado por ir a tratar de pescar o simplemente pasar el rato.

The Only Exception || MisspreenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora