Harry Styles || Butterfly Tattoo

Capítulo 6

-Peyton, quiero que sepas que lo que tu padre te dijo anoche es por tu bien.

-Pero yo no quiero un tutor mamá -me senté en una de las sillas de la cocina y tomé una tostada.

-Necesitas subir tus notas -puso un jugo de naranja en frente de mí.

-¿Y quién te asegura que con cabeza de apio voy a lograr subirlas?

-¿Con quién? -dejó de lavar la loza y me miró con una mueca.

-Con cabeza de apio -respondí obvia.

-Si escuché claramente que dijiste cabeza de apio...¿Pero quién es... -sonó el timbre.

-Voy -me bajé de la silla y fui hasta la puerta.

-sonó el timbre otra vez- ¡Dije que ya voy! -grité en dirección a la puerta.

-¿Y a ti se te perdió tu casa? -le dije abriendo la puerta.

-¿Se te olvidó que ahora tengo que hacer de profesor de una niñita de cinco años? -hizo una mueca de fastidio.

-No me quiero amargar tan temprano -cerré la puerta en su cara.

-¡Son las tres de la tarde! -gritó desde el otro lado de la puerta.

-Exacto -reí.

-¿Quién era? -mamá salió de la cocina mientras comía una tostada.

-¡Nadie! -grité mientras subía las escaleras hacia mi habitación.

Entré en mi cuarto, abrí mi ropero y saqué una blusa deportiva y unas calzas. No soy fanática del deporte ni ejercicio, para nada. Pero si quiero mantener una figura que me agrade, tengo que hacer deporte. Todos los días hago una rutina de una hora que me mantiene en forma, o eso creo.

Entré al baño y cambié mi hermosa pijama por lo que escogí del armario, prefiero mil veces la pijama.

-salí del baño y alguien abrió la puerta de mi habitación- ¿Con que no era nadie?

Mi madre estaba de pie en mi puerta con una cara que me indicaba que otro castigo viene hacia mi, y a su lado, estaba mata de apio mirándome con los ojos entrecerrados, intenté aguantar una carcajada, ya lo he dicho, me provoca risa hacer enojar a la gente.

-Yo no había visto a nadie -me senté en mi cama mientras buscaba el reproductor de música y mis audífonos en el velador.

-Entonces déjame decirte que bien ciega estás -se acercó a mí y me quitó mis aparatos de las manos- tu padre dijo que estudien en la terraza. Dirígete de inmediato hacia allá -se giró hacia cabeza de apio- Peyton te dirá donde es, le diré a Alice que les lleve algún aperitivo -le dedicó una gran sonrisa a Harry y se fue.

-¿La pequeña no logró salirse con la suya?-

-Cállate y vete al jardín, que mientras más rápido comienzas con tu estúpida clase, más pronto terminará -lo tomé de la oreja y bajamos las escaleras mientras se quejaba de el dolor que le producía que le presionara ese lugar, cosa que no me importó.

-Dios, ¡Suéltame la oreja! -se soltó de mi agarre cuando llegamos al jardín. Lo ignoré y tome asiento en una de las sillas de la mesa que se encontraba a un lado de la piscina, la cual debía de estar congelada. Cabeza de apio se sentó en frente de mí, con su cara de amargado y su bolso, del cual sacó muchos libros que tenían a simple vista demasiadas páginas -que ni muerta voy a leer- abrí los ojos sorprendida por la cantidad de libros.

-¿Qué te sucede? -encarnó una ceja.

-¿Me ves cara de biblioteca?

Me ignoró y tan solo negó con la cabeza y suspiró pesadamente. Reí, no entendía la razón por la cual se enojara tanto. Tenía buena familia, buena situación económica, buena universidad y era joven

"Y también guapo"

Cállate perra.

En fin, no le encontraba la razón para ser tan amargado.
En eso llegó Alice con una jarra de jugo, y un plato con galletas. Debía de tener unos 21 años, era alta, rubia ,delgada -y hueca-. Como la típica Barbie.
No estudiaba ni nada, trabajaba aquí para poder pagar su sueño de irse a Estados Unidos a comenzar la carrera para ser actriz, o algo así comentó mi madre.
Luego de dejar la bandeja en la mesa, pronunció un hola coqueto hacia cabeza de apio, quien lo único que hizo fue sonreírle pero con una sonrisa de esas que no llegan a los ojos, y dirigió su atención nuevamente al libro que estaba leyendo.

-¿Cuál es tu nombre? -se mordió el labio mirando hacia cabeza de apio.

-Peyton -respondí.

-No te digo a ti -sonrió falsamente y rodó los ojos- ¿Cuál es tu nombre lindo? -miró a cabeza de apio.

-levantó la mirada- Harry -dijo cortante y devolvió su atención al libro.

-Que lindo nombre. Un lindo nombre, para un lindo hombre -le guiñó un ojo, bufé, esta chica no sabe lo patética que se ve.

-Y dime Harry, ¿Eres de acá? -Dios, ¿Por qué no te la llevas.

-No -levantó la mirada- de mi casa -sonrió falsamente y nuevamente dirigió su mirada lo que sea que esté leyendo.

-Que gracioso eres -se puso algo incómoda con el comentario de cabeza de apio- me refiero a si eres de Lon... -quédate callada hueca.

-¿Puedes dejarme a solas con mi novio? -la interrumpí.

¿Yo dije eso?

"No, el vecino"

Cállate intrusa.

No sé por qué dije eso, definitivamente algo que comí hoy me hizo mal, muy mal.
Levanté mi mirada hacia cabeza de apio, tenía una expresión sorprendida plasmada en su cara y el ceño levemente fruncido, creo que no debí haber dicho lo de hace segundos.

-¿Tu novio? -no respondí-
P-p-perdón s-señorita Peyton -¿Y esta se volvió tartamuda o qué?- M-m-me retiro -acomodó la bandeja y se fue prácticamente corriendo mirando hacia abajo, se moría de vergüenza. No me importa.

-Okey -espetó cabeza de apio algo incómodo- voy a ignorar lo de hace un rato y continuaremos ¿De acuerdo? -asentí- ¿Con cuál materia comenzamos?

-Por mi ninguna.

-bufó- ¿En cuáles estás reprobando?

-Lengua, matemáticas e historia, -hice una pausa- creo -sonreí orgullosa.

-Trae tu libro de matemáticas -ordenó.

-Ni sospecho donde puede estar -me acomodé en mi asiento.

-En estos momentos no me importa tener que llamar a tu padre -sacó su celular- así que por tu propio bien, ve a buscar ese maldit...

-Uy. Cuida esa boca -lo interrumpí.

-Voy a llamar a tu padre -desbloqueó el aparato y comenzó a marcar.

-¡No! -grité ya harta- voy, voy, voy, voy -espeté mientras me levantaba y me dirigía hacia dentro de la casa por ese maldito libro.

Cabeza de apio podrido.

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Hola bellezas!🙆
Nuevo capítulo😄 gracias a todas las que leen, significa mucho para mí☺️
¡Voten y comenten✨!

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