Las semanas pasaban y cada día sentía como su novio era cada vez menos atento o le negaba las muestras de cariño.
Durante los partidos siempre buscaba su mirada y nunca la encontraba. Los días se volvían más fríos y solitarios al igual que las palabras.
Lo que antes eran dulces poemas que llegaban a sus oídos ahora no eran más que secas palabras que endurecían su corazón.
Cuando metía un gol ya no lo buscaba, sino que celebraba solo.
Estaba regresando a su casa manejando por su cuenta, ya que hace poco había sacado su licencia de conducción y Robert había ido por su propio camino. Todo esto que estaba sucediendo con el polaco hacía que su corazón doliera y se rompiera de apoco. Ya que, aunque todos vean a un niño lleno de ira, en verdad Pablo era muy sentimental y afectuoso.
Llegó a la casa que compartía con su pareja y aprovechando que este no había llegado se pusó a llorar para desahogarse llamó a Pedri y Ansu, pero ninguno contestó.
Se sentía solo, no tenía en donde apoyarse ni alguien para desahogarse. La gente era muy cruel con Él, simpre lo insultaban y le decían que no era más que un niño inmaduro. Tenía sus problemas de ira y ansiedad, pero los calmaba junto a su Polaco, pero ahora, la situación era distinta.
Recordó su tiempo en la Masía, en la cuál tenías que luchar para ser el mejor, si no, te regresarían a tu casa. Solo eran niños que luchaban y extrañaban sus casas.
Por las noches solía llorar extrañando a su madre y a su hermana, se abrazaba a la almohada y lloraba. Lloraba pensando en que nunca sería lo suficientemente bueno para que los entrenadores lo suban de categoría. Lloraba porque se sentía solo. Lloraba por su amigo Ansu, que ya había sido subido de categoría. Lloraba por pena.
Recordando todo eso se sentía insuficiente.
Insuficiente para la afición, insuficiente para su familia, insuficiente para su pareja.
No era capaz de mantener una simple relación, tal vez por la presión del mundo. Él solo quería sentirse bien pero parecía imposible.
Sintió como tocaban el timbre y supuso que era Robert, así que se secó las lágrimas rápido y bajó a abrir la puerta.
Al ver a Robert parado ahí, se puso de puntillas para darle un beso, el cual el Polaco con facilidad esquivó. Pablo reprimió sus ganas de llorar y lo siguió a la sala.
Robert se paró firme y habló:
-Esto se acabó Pablo, no podemos seguir y punto.
-P-pero Robert yo- tu me gustas y yo te g-gusto, no? ¿Que hice mal? No fui un buen novio?
-Tu solo eres un adolescente enamorado y tonto. ¿En serio creíste que me iba a fijar en ti? No fuiste más que algo para pasar el rato, yo sigo con Anna.
-Eres taan ingenuo Pablo... no se cómo creíste que en verdad éramos algo..
De pronto sintió como todo se hacía pequeño y pesado y abrió los ojos.
Preocupado se despertó llorando dio cuenta de que estaba en su cama, pero sentía las manos de alguien en su cintura. Se dio la vuelta para ver que era Robert.
-Pablo, ¡ESTAS LLORANDO? FUE OTRO DE TUS PESADILLAS???
Pablo asintió cerrando los ojos y dejandose abrazar.
-Estarás bien pequeño, llora todo lo que quieras, sabes que yo nunca te dejaré.
-P-Pero y-yo
-No pablo shhh Mírame.
Lo sujetó de la barbilla para que lo mire
-Eres el chico más lindo, genial, cariñoso y único que he visto, no me importa nada de lo que hayas hecho ni nada, yo te seguiré amando igual Pablo. Y sobre tu ansiedad, tenemos que llevarte a terapia,
-Robert yo
-No te preocupes Gavi, sé que el camino será largo, pero estaré aquí para recorrerlo juntos.
Pabló sonrió y se acercó a los labios de Lewan.
-Te amo Robert, eres lo que más me hace feliz en este mundo.
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Nunca escribo lewavi pero bueno.... aquí está
KukuFran