Capítulo 14.

288 21 4
                                    

Luego de que Thiago se fuera de allí sin que Brady o Eliot pudieran siquiera llegar a decirles algo, ambos chicos se encontraban molestos, en especial Brady por la única razón de que alguien que no conocía le estuviera dando órdenes como si fuera su jefe, y mucho menos que estuviera rondando a Ian.

—Como me dieron ganas de partirle la cara y borrarle esa sonrisa perfecta —gruño Eliot—. Deja que me lo encuentre mal parqueado, que mi puño tiene un viaje directo a su rostro.

Brady no escuchaba para nada a Eliot, nada más quería ir a donde Thiago y hacer que comiera la tierra que sus pies pisaban. En eso sintió que alguien lo tomaba del brazo y con una expresión de enfado, además de gruñir, al mismo tiempo se giró para ver a la persona que lo tocaba sin su permiso, dándose cuenta de que era su hermana Lina.

—A mí no me gruñas, Brady —regañó-

Se suponía que ella ya debería de estar en la mansión de la manada y no allí en el Instituto Universitario.

—¿Qué haces aquí? —cuestionó a Lina.

—Tenía que dar unas tutorías a unos estudiantes de primeros semestres —dijo mientras se acomodaba el cabello—. Supuse que por tus prácticas saldría al mismo tiempo que tú y no me equivoque.

Los dos siguieron viéndose por unos minutos para que luego Brady retomara su vista a donde la tenía antes de que Lina llegará hasta donde él.

—Mejor vámonos ya, Brady —Eliot se unió a la conversación—. Otro día te vas a poder desquitar con ese tipo.

Al escuchar aquello Lina miró confusa a ese par, no pudo preguntar a lo que Eliot se refería, debido a que caminaron directo al carro de Brady. Subieron a este y fueron primero hasta la residencia de Eliot, en el transcurso del viaje Lina no había dicho nada, estaba esperando a que estuvieran ellos dos solos. Ya en el camino de regreso a la mansión no pudo contenerse un segundo más y soltó su pregunta.

—¿A qué se refería Eliot?

Brady apartó la vista del camino y miró de reojo a Lina.

—¿Para qué quieres saber? —contestó—. Olvídalo y no le prestes atención a las cosas que él dice.

—No me respondas con otra pregunta y luego restando importancia a ello —regaño—. Dime a lo que Eliot se refería.

«Pero qué mujer tan curiosa y entrometida.», pensó Brady en sus pensamientos. Cómo detestaba cuando Lina quería saber todas las cosas y peor aún en las que ella ni siquiera participaba.

—¡Bien! —dijo ya frustrado—. Antes de que llegaras vi a Jean discutiendo por lo que fui a detenerla para que no le hiciera daño a Ian —Lina prestó el doble de atención después de escuchar el último nombre—, ya cuando logré que se fuera intente hablar con él, pero evidentemente no me quiso escuchar.

—Yo tampoco te escucharía luego de ser tratado como basura.

—¿De qué lado estás? —eso sí que lo lastimó.

—Del lado de la justicia.

Brady trató de que las palabras de Lina no le afectarán. —Como te decía. Ian no me dejo hablar, me dejó allí como si fuera nada y justo cuando iba a seguirlo un chico me lo impidió —el enojo volvió cuando lo recordó

—¿Cómo era? ¿Qué te dijo? —para Lina se volvía más interesante cada vez que seguía contando—. Me hubiera gustado estar allí para ver la cara que debiste de poner, no todos lograr hacer que te enojes de esa forma.

—Sigue adulando a ese tipo y no te cuento nada —gruñó—. Dándote una descripción es de mi estatura, de piel blanca, pero muy pálido y de cabellos negros.

RevelaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora