-Me haces mal...- Guapoduo~

-Lo se Cellbit-

-estos últimos días Roier ha estado raro. Siempre es demasiado misterioso pero está vez no puede ocultar su nuevo actuar, se que no debería decir esto. Pero, extraño al Roier de "antes."—

—¡Cellbo!—

-Los autos frenaban al ver al chico de pelo castaño cruzando sin ningún cuidado. Sin miedos, no como antes.—

-¿Que paso?-

Te llame y no contestaste...-

-Mire sus ojos ignorando totalmente lo que me decía sus bellos ojos estaban delineados pero uno estaba demasiado rojo...—

-¿Qué te paso en el ojo guapito?—
-Apunte mi ojo derecho para indicarle—

-No me paso nada... Solo me caí—
- Mintió -

-¿A dónde vas?—
-Pregunto ladeando la cabeza mientras se acercaba a mi cara.-

-Voy a... Trabajar.—
- Mentí, sin remordimientos —

-¿Quieres que te acompañe?—
-Raro, Roier nunca me acompañaba a mi trabajo. Aunque fuese mentira...-

-Estoy bien así, gracias. Te ves algo inquieto, ¿Pasa algo?—
-Tome sus manos demostrando mi preocupación, no me importa que tan raro nos viera la gente. -

Desde esa fiesta, has estado diferente. Tu espíritu ha estado apagado e inquieto, y ya no te reconozco en lo absoluto. Sabes que algo te hicieron esa noche, pero no te lo quieres admitir. ¿Qué te pasó en esa fiesta que tanto te transformó?

- Suspiré y saque un cigarro de mi bolsillo para encenderlo, y finalmente ponerlo en mis labios.-
-No puedes ,perdón—

-Oh, bueno...—
-Vi como sus lágrimas amenazaban de salir de sus ojos... Pero ¿como lo llevaría a mi trabajo si era todo una mentira?-

-No,no llores Mi amor por favor...—
-Le seque las lágrimas que finalmente corrieron por su mejillas.—

-Esta bien...—

-Realmente no iba a mi trabajo, iba a mi casa. Si quieres podrías venir.—
-Sin otro segundo más de conversación Roier empezó a caminar a mi lado mientras mi cigarro se iba terminando.-

-Te amo.—
-eh?—
-Te dije que te amo.—
-Yo también te amo—

-Llegamos a mi casa y prepare dos tazas de té, me hubiera preparado una de café y otra de te pero me pareció bonito tomar lo mismo que mi novio.—

-Dos tazas de té -—
-Crei que no te gustaba el té..—
-Yo haría todo por t-
-Me estaban llamando.-
-Suspire y colge-
-Yo haría todo por ti—
-repetí-
-Vi una sonrisa dibujarse en la cara de Roier mientras aparecía el rubor en su nariz-

-Habia caído la noche. Le ofrecí a Roier hospedarse en mi casa a lo cual nego.
Nunca lo hacía, solo cuando era algo urgente.
Lo deje pasar esta vez...-

-Adios guapito—
-Adiós Gatinho!—

-Salio y volví a mi rutina diaria, llamar a alguien-

-Empeze a llamar-

-Hola~...—
-Hola, podrías venir a ya sabes..—
-Estoy algo ocupadita ahora pero iré en cuanto pueda!—
-Bueno, te espero...—

-Empeze a recoger la mesa y observe con cuidado la taza de Roier, un corazón con un diseño de telarañas dentro.-
-¿En serio quiero esto?—
-lave la taza y sonó la puerta-

-Era esa chica que conocí en la fiesta de año nuevo, me beso por estar algo borracho pero tampoco me puedo negar...-

-Hola!!—

-Hola—

-Se acercó para abrazarme pero termino oliendome-

-Hueles dulce, y a cigarro.—

-El perfume de Roier.-

-¿En serio?—

-La chica rio y me dió un beso en la mejilla para después dirigirse a la habitación -

-siento que te acuestas con otra. Tu olor, las tazas...—

-Desvie mi mirada algo avergonzado.-

-No lo entiendes...—

-¿Entender que?—

-Tu... ya nada. No quiero nada más contigo.
En serio.—

-Ah, e-esta bien.—

-Lagrimas, ya había hecho llorar a dos personas en un día.-

-La chica se fue lo más rápido posible-

-Amar es complicado supongo, pero quiero tener mis ojos en un chico bonito, no tengo idea el porque decidí hacer esto...—

-Alguien había entrado-

-¡Ya saldré! Se me olvidó una cosa.—

-guapito espera!—

-Vi una chica llorando salir de aquí, ¿es tu prima?¿ O algo?—
-Roier mientras guardaba unas llaves se quedó paralizado pensando en algo que ya sabía que era.-

-Roier discúlpame en serio...—

-No tengo tiempo para guardar rencores a gente que amo. —

-A que te refieres?—

-Que me iré pronto, a mi casa.—

-Roier en serio disculpame—
-Abraze a Roier y empeze a escuchar unos sollozos-

-No se por que lloro. Yo ya sabía de esto.—

-¿A que te refieres?—

-Ya sabía con quién te andabas juntando.—
-Trato de soltarse del abrazo y al lograrlo salió caminando cruzando la puerta principal, si lo seguía no tendría sentido. El volvería a mi supongo-