amor sin contrato (Isamil).

capítulo 18: princesas.

Juan Pablo, yo creo que deberíamos ir al hospital para que les curen esas heridas a todos ustedes. Propuso mi papá acercándose lentamente hacia nosotros.

  Hay no seas exagerado pa, solamente son unos golpes y ya; para eso tenemos un botiquín de primeros auxilios en casa y mi mamá puede curarnos si ningún problema. Repliqué y el me miró seriamente.

  Suspiré pesadamente y recignado asentí con la cabeza, mi papá hechó a andar hacia el carro y todos nos fuimos detrás de él. el sabía cuánto odiaba los hospitales, no puedo creer que me estaba obligando a pisar uno.

  Llegamos al feo hospital, nos registramos y nos fuimos a la sala de espera hasta que nos llamara el doctor.

  Villamil tenemos que hablar muy seriamente. Dijo mi papá en voz suave pero autoritaria.

  Yo sé papá, se que hay muchas preguntas que quieres hacerme y te prometo que te las responderé todas y cada una pero este no es ni el momento ni  el lugar.

  Tienes toda la razón, lo siento Papo. Se disculpó y me dio un beso en la cabeza.

  Mientras esperábamos a que nos hicieran pasar al consultorio me puse a revisar el celular y en un momento, me quedé congelado al ver unos mensajes de isaza. Dicen por ahí que la curiosidad mató al gato y puedo dar fe de que eso es cierto.

  Comencé a leer uno a uno los mensajes y me quedé con muchísimas dudas a medida que iba pasando al siguiente.

  Te cuento que estoy enamorado de ti, y siento que eres la persona correcta en mi vida, para mí simplemente eres perfecto con todos los defectos que puedas tener, talvez eh llegado a ilusionarme con muchas otras personas y gracias a ellas perdí la esperanza en el amor y llevaré algunas cargas del pasado...pero cuando estás a mi lado todo es perfecto, pero también te confesaré que me arriesgo a todo sin mirar atrás.

Te cuento que pasé mi vida entera buscando lo que en ti encontré.

Tengo un corazón que está perdiendo la cabeza porque se dió cuenta que ah caído ante tus pies, busco algún pretexto para acercarme a tu lado y si me sale bien puede parecer accidental... Y por fin usaré todo el coraje que eh guardado para confesarte lo que nunca pude hablar, pero no quiero arriesgarme a perderte y que te quieras ir, porque al mirarte no se muy bien que decir.

Perdón si no se cómo hablar de lo que siento por ti,nunca quise aprender a olvidarte al darme cuenta de mis sentimientos, siendo honesto no lo quise intentar, para mí tú siempre vas primero.

  Debo confesarles que por un momento quise volver a caer ante los encantos de mi chico ensombrerado pero el dolor en todo el cuerpo y las marcas y moretones en mi cara me hicieron volver a la realidad, esa realidad que aunque yo no quisiera aceptar era así. Isaza y yo no estábamos hechos el uno para el otro y ya era hora de aceptarlo y comenzar una nueva vida sin él.

  Fuimos pasando al consultorio por fin, primero alejo y luego yo y en cuanto salimos, una enfermera me detuvo y me dijo:

  Usted es el joven Juan Pablo villamil Cortés, cierto?.

  Sí soy yo, que puedo hacer por usted?. Pregunté tratando de rendirle honor a mi segundo apellido.

  Oiga, a usted no le gustaría ser padre?. Ahora sí que esta señora estaba perdiendo la cabeza. Cómo podía ser capaz de preguntarme algo como eso?.

  Por supuesto que me gustaría pero...

  Mire sé que le va a aparecer algo muy loco pero es que necesito buscarle un hogar a unas gemelas que acaban de nacer puesto que su madre las abandonó en el hospital y no sé por qué pero en cuanto lo vi entrar por esa puerta supe que usted sería el indicado. Me quedé observando fijamente a la mujer parecía que ella tenía algo más que decirme pero no se atrevía, Así que fui yo quien decidió preguntarle lo que pasaba a lo que ella me respondió con una pregunta.