Yokozawa y Takano

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Ahora que recordaba, cuando habia dejado de lado los momentaneos sentimientos oscuros y habia encontrado luz entre sus brazos-brazos, que eran un consuelo temporal porque asi lo queria él, Takano- no lograba encontrar aquel punto que le decia que lo queria mas, quiza la naturaleza de su relacion habia sido solo de compartir una unica, agradable y acalorada cama. Y aunque de eso no habian hablado en su momento, se sobreentendio porque Takano habia tenido las agallas de poner las cartas sobre la mesa y ambos habian aceptado sin mas ni son. 

Quiza habia soñado con ese momento, muchas veces; pero olvidaba muy facilmente, sin contar que ambos tenian alcohol en las venas cuando lo hicieron. 

Yokosawa siempre habia sido muy amable conmigo, me trataba como un amigo muy bueno, como si no le importara tomar en sus manos la responsabilidad que yo representaba. En cuanto a mi, yo estaba deshecho, no comia, no dormia, me iba bien en clase de milagro; todo se junto y termine tendido en el suelo, nadie me pisoteo y yo no entendia porque. Era despreciable, merecia lo peor, ni mis padres, ni mis ausentes amigos, ni mis inutiles padres habian sacado la cara por mi. Porque yo, yo solo valia si los demas lo veian-mi valia. Y fue en una de esas noches, en los que el dolor era demasiado y la necesidad crecia con cada vaso de licor, lo tenia enfrente; Yokozawa me observaba fijamente, directo a mis irises, parecio leerme el alma; intenso, demasiado intenso; yo no apartaba la mirada. 

-Masamune-susurro, levantando sus manos hasta rodear cada mejilla con sus dedos, con los pulgares- que estaban libres- recorrio, casi tiernamente las profundas ojeras que habia bajo sus ojos.-¿No has estado durmiendo bien, no es cierto?

No respondi. Pero él vio algo en mi mirada, y cuando nuestros ojos conectaron, supe lo que iba a pasar y lo conscenti totalmente, lo queria; queria lo que estaba a punto de pasar y se lo hice saber, inclinandome un poco, rodeando sus manos con las mias y le bese, profundo, tanto como las olas del mar, como el mar mismo.  

Yokozawa lanzo un leve suspiro y se entrego al beso con tanta pasion y confianza como las ganas que tenia de tener a Takano debajo de el, calido.

Yokozawa finalizo el beso, pero se aseguro; al abrir los ojos de que Takano estuviera lucido. Sonrieron, y suspiraron, poniendose en pie de las sillas altas y con los abrigos colgando del antebrazo, salieron del pub. Ninguno de los dos intento acercarse al otro, Yokozawa habia pensado, para si mismo, que tomar su mano seria un gesto de cuan serias y profundas eran sus intenciones, pero casi por instinto mantuvo su mano colgando languidamente a su lado; por algun motivo sabia que Takano no estaba ni en la correcta disposicion ni en animo para aceptar que ese amigo suyo, era en realidad un amante que queria convertir aquella relacion en algo, serio y duradero. 

Subieron al taxi, sentados en el asiento trasero. Por un momento parecio que habian vuelto a ser uno, y luego el otro. Pero los ojos de Takano estaban nublados, mas alla de la tormenta, mas alla de la presion, se avistaba una lujuria que salia desde el centro de su pecho, inundando su sangre. Por instinto, miro directo hacia el espejo retrovisor del auto y se encontro con que los ojos azulados de Yoko lo observaban de una manera muy penetrante, le sonrio, desafiandolo pero su amigo no respondio. 

Cuando se apearon del auto, la paga algo revuelta, Yokozawa en un  gesto de valentia tomo la mano de Masamune y lo guio a su hogar. Takano solto un risita, y miro hacia la puerta con el cariño y ternura con el que debia mirar a Yokozawa, era tan amable, tan cariñoso y entregado. Volteo a mirarlo para decirle que mejor lo dejarian para otra ocasion pero Yoko parecio mirar mas alla y lo atrajo para un beso de calma, dulce y entregado. Ambos sonrieron y entraron al apartamento de Yoko. 

-Masamune-susurro sobre sus labios, Takano se pego mas a su pecho y saboreo sus labios, acariciandolos con los propios, sintiendo profundamente la manera en la que Yoko parecia enviar calidas y ardientes olas de placer. Sus lenguas, cansadas de la batalla- se presionaban una contra la otra, reconociendose y entregandose al momento. Cerraron la puerta tras de si, Masamune acaricio sus hombros, quitandole el gaban. Le beso el cuello a la altura de la yugular y empezo a quitarle boton por boton, la camisa de trabajo. 

LLegaron a la cama, y como Takano iba de espaldas a dicho objeto, cayo sentado pero pronto a las gentiles manos de su amigo lo empujaron hasta que termino recostado, con la cabeza apoyada sobre la almohada. Yoko le sonrio con ternura, él sonrio de vuelta y cuando iba a soltar la palabra prohibida; este volvio a besarle y esta vez, con la decision firme de querer sentirlo contra su piel, Takano- despojado de su camisa por aquellas palidas y calidas manos-empujo por la cintura a Yokozawa hacia abajo, de tal forma que su calidez toco, por sobre la ropa la dureza de Yoko. Levanto las caderas de la cama para darle espacio al ojiazul de retirar sus ultimas ropas, y cuando el acabo con las suyas, se recosto encima de Masamune, nunca retirando la fuerza de sus antebrazos, pero la calidez de su  pecho, tocando el propio, lo volvio lentamente loco. Lo besaba como si pudiera extraer la cura para su sed, acariciaba los costados de su torso, con lentitud su mano se dirigio hacia su intimidad y lo rodeo con la palma completa, aprentando, subiendo y bajando; Yokozawa lo miro con los ojos entrecerrados, enfebrecidos y nublados de puro placer. Se empujo contra la mano de Takano, y le siseo al oido que aquello tenia que terminar pronto. Masamune se rio, y le beso el lobulo de la oreja, diciendole que entonces se apurara, pero que lo hiciera lento. Cosa que, por supuesto, no estaba en discusion. 

Yoko tomo por las piernas, por los muslos a Masamune, lo beso en la boca y ambos, mirandose a los ojos, sonrieron y si, Takano respondio si a la pregunta no dicha por Yoko. 

Takano se escondio en el cuello de Yokozawa, aunque sonreia, son el asi seria siempre. Sin embargo, para este paso siguiente, Yoko no podia hacerlo si no miraba a Takano a la cara. Este ultimo suspiro, y se dejo ver. 

-Mirame a la cara, Masamune, siempre-le dijo suave cuando dejo ir su boca. 

-Si, solo...solo besame, por favor

-Como ordenes

Ambos se rieron. Pero, con toda la seriedad, Yoko levanto sus piernas, acariciaba arriba y abajo los muslos de Masamune, realemente no sabian quien estaba mas nervioso. Ambos se sonrieron con calma, y mientras se veian a los ojos, Yoko empezo a empujar. 

Takano entrecerro los ojos, a medida que sentia a Yoko empujar y empujar, se le curvaron los dedos de los pies, su palida piel, tomaba un color rojizo, ardiente. Soltaba suaves gemidos, jadeando, arqueo el cuello, con la cabeza echada hacia atras. Realmente, Yokozawa era un hombre espectacular. Cuando Yoko estuvo totalmente envuelto por las calidas y acogedoras paredes de Masamune, dejo caer lentamente de sus hombros las piernas de su amigo para evitar doblarlo por la mitad y hacerle algun daño. 

Se recosto sobre su pecho, unidos aun. Y en un abrazo, el rostro y cabeza de Masamune encerrados por sus antebrazos. Sus labios, orejas y frente, justo en frente del oido de Takano. Yokozawa empujaba y salia, empujaba y salia, pero nada de ello se habria sentido igual si los dos no hubieran estado abrazados al otro como si la vida se les estuviera yendo a traves de esa sangre ardiente, a traves de aliento, a traves de latidos del corazon. El empujaba pero Takano no sentia que se separaran en ningun momento, ambos, juntos se mecian hacia arriba, hacia abajo. Y Yokozawa siempre estaba pendiente de que lo estuviera disfrutando, asi como Takano lo hacia. 

-Te amo- susurro levemente en el oido de Masamune.

Takano solo cerro los ojos un momento. Porque no habia otra persona en la tierra al que le diria te amo si pudiera y esa persona, ese hombre, no era Yokozawa. 

Lo siento.

Realmente.

Lo siento. 

Fin.

Gracias por leer! Hasta la proxima.

:)

-Esta es una historia de no ficcion. Para que quede claro.