New World Coming

Prólogo

Hubo un momento en dónde todo quedó en total silencio.
Lo recuerdo bien, después de todo solo han pasado tres meses.

Cuando la madre comadreja me lanzó un último hechizo, cuándo entendí que mi vida había terminado en el cumplimiento del deber.
Mi señor, en un acto de pura benevolencia es que salvó mi vida cortando ese hechizo alejándome por la ventana en dónde lamentablemente golpee a tal velocidad que mis ojos se cerraron.

Al despertar un escuadrón de Aurores me rodeaba. Mi varita en la mano de la mamá comadreja y mi amo... Desaparecido.

Pero eso ya pasó. Los días se hicieron horas y las horas meses.

-Bellatrix... Black- Lee mi nombre al actual ministro, Kingsley Shacklebolt. Baja la hoja en dónde lee, se quita unas gafas de media luna las cuales lucen estúpidas al igual que él -Para ser honesto con todos en esta sala. Considero que alguien como Bellatrix no merece un juicio. Sin embargo, este lugar debe dejar ir barbaries del pasado-

La sala se llena de murmullos propios de un juicio.
Rostros que en mi vida vi charlan entre ellos, todos estos... Magos y brujas. Despojos de lo que quedó del ministerio.

Levanto la mirada esperando encontrarme con una cantidad considerable de Dementores sobre mi cabeza. Pero no hay ni uno solo.

Cierro los ojos.
Espero ¿Qué espero? La clara sentencia, si lo que dicen es verdad lo seguro es que terminaré pudriendome en Azkaban o si tengo suerte en un calabozo en dónde como mínimo no habrá hordas de hambrientos Dementores.

Si, eso suena bien.

-Sé que sonara a locura, pero... Considero que la señorita Black podría sernos de utilidad- una voz vieja, rasposa y anciana hace callar a todos por igual. Incluso yo le miro sin sorpresa al ver a un viejo de larga barba y frondoso bigote blanco.

-No seré un auror- digo con asco -Prefiero el beso de un Dementor a ser un auror. Incluso para ustedes debe ser una idea tonta-

-La idea del auror suena tentadora, señorita Black- responde acariciando su barba con lentitud -Pero no, ya tenemos mucho con el señor Malfoy. Aunque admiro su visión, no. Lo que propongo es que la señorita Black sea un... ¿Cómo dicen los Muggles? ¡Prototipo! Si, eso. Un programa corto de rehabilitación a la sociedad-

Murmullos una vez más. No debo ser la única que cree que es una estupidez, incluso ser auror suena mejor ahora.

Kingsley parece pensarlo, soba su barbilla y muerde la parte de abajo de sus labios como si estuviera pensando que comprar para la cena en lugar de juzgar a la gran terrateniente del señor tenebroso.

-Es una idea bastante buena señor Donovan, si la señorita Black logra tener una rehabilitación nuestra gente sabrá que el nuevo ministerio busca el progreso sobre lo demás. Los que están a favor, levanten la mano-

"¿Qué mierda las pasa?"- pienso viendo que la gran mayoría voto a favor, solo un grupo de cinco se negó. Debe ser una maldita broma.

-Bien, ahora dicho. Debemos buscar a la persona ideal para esta tarea-

-Tengo pensado eso, si me permite señor Ministro- habla el viejo con gracia. Kingsley asiente y deja la palabra -Pensé. Que un caso como este debe tener a lo mejor, a alguien que sea el valor andante, pero que al mismo tiempo sea inteligencia pura. Propongo a la señorita Hermione Jean Granger para el cuidado de la señorita Black-

¡Nueva historia!
Es la primera vez que publicó algo de Harry Potter, así que espero no cagarla.

Si eres lector mío, ya sabrás más o menos que si bien habrá romance. Tendremos más cosas que ver más allá de los besos.

Ojalá les guste está historia UwUr ❤️