42. ¿Que somos?

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Di que fuiste hecha para ser mía

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Di que fuiste hecha para ser mía...

— Kaia.

— Charles.

Es lo único que sale de mi boca porque ni yo sabía que hacía acá o más bien, si lo sabía pero temía a los resultados.

— ¿Todo bien?

— Sí. — respondo simplemente e intento ver detrás de él para ver si hay alguien pero solo termino viendo sus manos. — ¿Salías a algún lado?

— Sí pero no. — susurra confuso mirando su celular para finalmente mirarme a mí, provocando que alce mi ceja ante su confusión. — Es decir, no.

— Genial, ¿Puedo pasar? — pregunto algo insegura para mirar por el pasillo, no quería que nadie me viera. — O quizás solo deba...

— Solo pasa ¿Sí?

Río suavemente para entrar a su habitación, es más grande que la mía claramente aunque sé que probablemente él se haya encargado de mi habitación, dado a que tenía todo lo que quería.

Menos a él.

— ¿Y a qué debo el honor de tu visita?

¿Cómo le podía decir aquello que no sabía explicar?

— Te vi muy callado al final de la cena, pensé que quizás te había pasado algo.

Y era la verdad, bueno en parte porque quizás si sabía el motivo de su silencio, más a pesar de mi intento de estar con otra persona, simplemente no pude y aquí estaba.

— Estoy bien. — asiente con una leve sonrisa para sentarse en el sofá de su habitación. — ¿Qué tal el chico del trago?

— Bien, supongo. — respondo sentándome a su lado para terminar sacando mi chaqueta. — La verdad es que no lo sé, no ocupe su número.

— ¿Y qué haces acá? — pregunta curioso provocando que alce mi ceja sin entender, es decir, me acerco a él y actúa como si quisiera que me fuera. — No es que quiero que te vayas, solo que...

— ¿Estás celoso?

— ¿Qué? — pregunta confundido provocando que sonría divertida.

— Si estabas celoso del chico.

— ¿Por qué lo estaría?

— ¿Entonces no te molesta si me acuesto con otros? — preguntó divertida notando como su cara se vuelve seria y su mirada demuestra lo mucho que odia esa idea. — Es bueno saberlo...

Canturreo divertida para levantarme nuevamente, pero antes de poder alejarme, su mano se encuentra envolviendo mi muñeca suavemente provocando que lo mire confundida. No obstante, la confusión se convierte en una sonrisa triunfante cuando él tira de mí para chocar nuestros labios en un beso profundo, a medida que su mano se envuelve en mi cabello para tirar de él suavemente separándonos.

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