XIII

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Actualidad

Pov Wyatt

─Su Majestad, su majestad.... Wyatt – me llama Marcelo captando mi atención, lo miro – se está haciendo tarde, debe terminar de alistarse para salir – me dice, yo regreso la mirada a la placa del nicho donde descansan los restos del cuerpo de la única mujer que he amado en mi vida.

Clio, mi bella Clio

No hice lo suficiente, no me moví lo suficientemente rápido, tampoco tuve la fuerza suficiente para liberarme de los guardias que me sujetaron para que dejara de lastimarme, porque no me estaba dando cuenta y al fijarme tampoco me importo, mis manos estabas casi des hechas.

Llenas de muchas heridas y también muchas quemaduras, más no me importaba quería sacar a Clio de ahí abajo, pero no me dejaron y cuando la sacaron, tuvieron que reanimarla, fue llevada de emergencia a un hospital, después mi madre hizo los arreglos para que fuera enviada al extranjero para que fuera atendida por los mejores especialistas.

Quería ir con ella, quería estar con ella, acompañarla, pero no podía, no podía dejar, no en medio de todo el desastre que se había armado con el ataque al castillo, la gente estaba histérica, triste, molesta, preocupada, todo por la muerte de mi padre y quien sería el siguiente en tomar el trono.

Al también terminar herido y más preocupado por lo que le había pasado a Clio que por mi propio bienestar, mi tío pensó que sería su oportunidad de tomar el trono, a mí aún me faltaban dos meses para cumplir los 18 por lo que no podía asumir el trono aún, pero no estaba muerto y mi madre tampoco.

Mi madre al casarse con mi padre obtuvo el título de reina consorte, lo que significa que en ella, en ausencia de mi padre, podía asumir la responsabilidad del reino o en este caso tomar el control parcial y calmar o más bien controlar al parlamento para que mi tío no lograra volver a todos en contra de mi asenso al trono.

Tuvimos mucha ayuda de Enzo, no lo puedo negar me avergüenzo también, porque casi lo deje morir, ese día, porque él también estaba en la oficina de mi padre ese día, también quedo muy herido de no ser por un guardia que lo encontró, hubiera muerto también ese día.

En fin, él fue de mucho apoyo para mi madre mientras ellas estuvo el trono de nuestra nación, también me dio buenos consejos para el momento en el yo tomara posesion de este, no niego que estaba nervioso y aunque tampoco se lo decía a nadie, ni siquiera a mi madre, tenía miedo, no me sentía preparado, temía no estar a la altura del legado de mi padre.

No quería decepcionar su memoria, su legado, tampoco dejaba de pensar en Clio en como estaba ella, yo me comunicaba con su madre todos los días para preguntarle como estaba, incluso llegue a llamarla varias veces al día, para saber cualquier cambio o pequeña mejora que podía a haber con ella.

En esos dos meses no pude ir a verla, mi madre no dejaba que saliera del castillo y que tuviera guardias conmigo todo el tiempo, habían matado a mi padre y esa persona también intento hacerlo conmigo solo que no lo logro y lo peor de todo era que no sabíamos quién era, además de que lo más seguro era que estaba vivo.

Justo por eso mi madre tomo esas medidas, desconfiaba de mi tío, yo lo hacía, aún lo hago, también mis heridas debían de sanar, lo hicieron con el tiempo, peo las cicatrices que dejaron me acompañaran él esto de la vida y entonces ocurrió mi mayor miedo y pesadilla en la que he vivido los siete últimos años.

El día de la coronación, a pocos minutos de ir con el obispo y tomar oficialmente mi posición como rey, la señora Marixa, llamo a mi madre y le contó que los doctores declararon a Clio con muerte celebrar, ella ya no estaba en este mundo.

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