Inicio: Nanatsu no Taizai

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No sabía exactamente qué era lo que me atraía hacia ellos o por qué compartíamos esta historia juntos. Éramos Meliodas, Zeldris y yo.

Desde que éramos pequeños, siempre estuvimos unidos, dos demonios y una ninfa mitad ángel y mitad hada. Aunque suene irónico, ellos siempre creían que yo era un hada. Nuestra relación era única y especial, pero las cosas cambiaron cuando cumplimos 100 años juntos... nos enamoramos.

Meliodas, aunque era un poco pervertido, siempre fue un caballero. Al igual que Zeldris. Aunque me enamoré de ambos, siempre nos divertimos juntos. Nuestro amor era correspondido y ellos sabían que tenía una relación amorosa con los dos, y estaban de acuerdo. Tenía 15 años y mi cuerpo aún no estaba totalmente desarrollado, pero tenía un pecho más grande para alguien de mi edad. Mi cabello era pelirrojo, tenía pecas y ojos verdes. Además, podía cambiar el color de mis ojos, incluso el rojo y el azul. El rojo, en particular, indicaba mi ira y mi poder. A pesar de tener poderes muy fuertes, provenientes de la combinación del rey demonio con la diosa suprema, los cuatro arcángeles, los diez mandamientos y los siete pecados, siempre fue importante para mí mantener el equilibrio y usar mis poderes sabiamente.

Cuando me enojaba, Meliodas y Zeldris solían alejarse. Ellos sabían que era mejor no provocar mi ira, y siempre reinaba la felicidad y el amor entre nosotros. Sin embargo, todo cambió cuando apareció Elizabeth. Ella se convirtió en mi mejor amiga, y nuestra conexión era tan fuerte que nos alejamos de los hermanos. Zeldris, en particular, no quería relacionarse con un ángel y se distanció de mí. Meliodas, por otro lado, mostró un gran interés en Elizabeth y se enamoró perdidamente de ella. Aunque Elizabeth y Meliodas tenían una relación, al igual que Meliodas y yo, todo se complicó aún más.

En un momento de tristeza, Elizabeth me encontró llorando y me consoló. Le conté lo que estaba sucediendo y, sorprendentemente, ella lo entendió. Elizabeth también sentía algo por mí, lo cual parecía ilógico, pero era la realidad. Mi corazón se encontraba dividido entre dos hombres y una diosa. Meliodas también lo sabía y deseaba que pudiéramos estar juntos en una relación poliamorosa. Por muy egoísta que fuera, también quería tener a los tres en mi vida, pero pronto descubriría que esto no sería tan fácil.

Justo cuando pensaba en cómo podría mantener esta peculiar relación, comenzó la guerra santa, trayendo consigo caos y distracción. Mi clan de hadas decidió no participar y en su lugar se dedicaron a cuidar y velar por la seguridad. Yo, por otro lado, me involucré y luche. Yo me involucré y luché al lado de Meliodas y Elizabeth, dando la espalda a Zeldris. Esto se convirtió en mi propia maldición.

Meliodas y yo recibimos una advertencia: una vida eterna viendo morir a nuestro ser amado. Mi error fue enamorarme de dos demonios y unirme a ellos, así como enamorarme de una diosa. Elizabeth renacería y se enamoraría de ambos, solo para morir al recuperar sus vidas pasadas y vivir vidas humanas cortas. Yo olvidaría a quién amé cuando Elizabeth recuperara sus recuerdos, pero solo tendría unos días antes.
Así fue como comenzó nuestro retorno de 3,000 años. Zeldris quedó sellado en un sello mientras Elizabeth renacería una y otra vez.

Llegó un momento en el que se unieron los siete pecados capitales y dieron vida a mi existencia. Tuve una estrecha amistad con Ban, Diana y King, aunque no me uní oficialmente a los pecados. Aún así, los ayudaba en sus tareas y misiones, y todos creían que era parte de los siete pecados, lo cual me daba paz. Aunque todos ellos son pecadores, quién lo diría. No encajaba en ninguno de ellos, así que me considero el ave fénix, el comodín. No me molesta ser todas las cosas a la vez y nada en particular. Éramos ocho pecados capitales, un secreto íntimo.

Tuve un papel fundamental en la creación de Gowther, junto a su padre. Fui quien le di un corazón y le di vida. Adoro cada parte de su evolución y me hago cargo de él, ya que él también sabe que soy su creadora, pero es un secreto.

No entiendo por qué Meliodas se pone celoso de King y Diane. Él siempre será mi niño.

Así fue como comenzó mi historia. Mis grandes amores, Lucho por qué está debilidad son ellos, no sea así. Escogeré tarde temprano a unos de ellos.

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Aurora le Vlant (Tn)

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 Renacer del Amor Prohibido - Zeldris, Meliodas y Tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora