El Hecho

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"La vida es como la niebla, hoy puede ser imponente ante ti, pero al cabo de un tiempo puede desaparecer sin dejar rastro de tu existencia. Sin embargo, en su fugacidad y fragilidad, reside la perfección de la utopía que es la vida, un lienzo efímero donde cada instante es una obra maestra en sí misma."

"

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Capítulo 2

Al llegar al Colegio del condado, lo primero que todos miraron fue el auto nuevo de Dan.

Estábamos acostumbrados a las miradas, así que no le dimos importancia. Dan provenía de una familia adinerada inglesa, los Taylor, por lo que se permitía gastos o viajes como los que había tenido. Además, era un excelente jugador de futbol americano, pero que parecía jugar lo que fuera, porque el baloncesto y la lucha también se le daba bien. Lo que sí, para muchas chicas, se convertía en el prototipo de hombre de secundaria perfecto para tener un buen romance. 

Pero pobres de ellas. Era mío. 

Eso, más el hecho de que fuéramos la pareja del momento, habían hecho que el año anterior, antes de empezar el verano, nos hubiéramos convertido en las personas más populares del lugar. Lo cual se convertía en una competencia terrible para Rebecca Grunt, la reina del colegio.

—¿Estás bien? —Me preguntó nuevamente Dan, al ver mi ceño fruncido por todas las miradas.

Era obvio, no estaba costumbrada a tanta atención. No porque me molestara, ni porque fuera tímida, es que sabía que el motivo por el que lo hacían era por mi relación. Y en ese aspecto, era bastante delicada con el tema.

—Sí, vamos antes de que me vea como una loca insultando a la gente por no mirar a donde deben —respondí, dejando que su brazo me rodeara para continuar.

Desde el exterior, la secundaria se veía como un edificio de ladrillo rojo, ventanas de cristal que reflejaban el resplandor del sol. En la entrada principal, un conjunto de escalones de granito llevaba a una puerta de madera maciza, flanqueada por columnas blancas que añadían un toque clásico. Un sendero de cemento serpenteaba a través de un césped bien cuidado, donde habían árboles maduros. El mástil de la bandera se alzaba orgulloso, ondeando la bandera nacional en el viento.

El sonido de risas y conversaciones llenaba el aire a medida que los estudiantes llegaban a la escuela, algunos charlando en grupos, otros concentrados en sus teléfonos. Un murmullo constante de actividad rodeaba el edificio, con estudiantes entrando y saliendo, dándole vida al lugar con aquella energía clásica de los jóvenes.

En el interior, los pasillos que llevaban a los casilleros eran como arterias que conectaban la vida estudiantil. Eran amplios y luminosos, con techos altos, las luces fluorescentes en el techo emitían una luz blanca y brillante que contrastaba con el suelo de baldosas de color claro. En ambos lados de los pasillos, los casilleros se alineaban en filas ordenadas, cada uno con su número y cerradura. Los casilleros eran una explosión de color y personalidad, decorados con fotos, pegatinas y mensajes escritos a mano. Cada uno era un pequeño reflejo de la vida de su propietario.

Instrumento: Galica #POFG2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora