Artemis corrió hacia dentro de la escuela, tratando de no ser atropellado por la masa de estudiantes que salía al patio para poder ver qué pasaba. Los guardias intentaban mantener el orden. Dobló en un par de pasillos y salió por la puerta principal. La calle ere un caos, las personas corrían por todos lados, en total pánico.
Otro rugido.
Artemis respiró hondo, sus padres probablemente lo iban a castigar. Empezó a correr en sentido contrario a la muchedumbre, a lo largo de la calle 13. Vio a una anciana caer al suelo por que una mujer la empujó, fue hacia ella y la agarró por debajo de los hombros para ayudarla a levantarse.
—¿Está bien? —le preguntó.
La señora asintió, pero otro rugido ensordecedor resonó en la calle. La señora salió corriendo de nuevo. Artemis la observó unos segundos antes de seguir su camino. Tuvo que empujar a un par de personas para abrirse paso. Pero finalmente se vació, dejando desolada una pequeña calle de departamentos. Se quedó congelado al ver lo que provocaba los rugidos: una criatura de casi tres metros de altura, un cuerpo robusto y musculoso, una piel amarillenta, en su cabeza había un cuerno, que estaba justo arriba del único ojo que tenía, ubicado en el centro de su rostro.
Un cíclope.
La calle estaba destrozada, faros de luz por el piso, autos volcados y los apartamentos tenían enormes agujeros, como si estuvieran en ruinas.
¿Qué hace un monstruo, en pleno día, en Manhattan? —pensó.
Artemis respiró con un poco de dificultad, sintiendo el miedo atravesar cada fibra de mi cuerpo.
La criatura lo miró; tenía una mirada penetrante. Eso hizo que el sentido común de Artemis le gritara que huyera. El cíclope cargó un auto y lo lanzó en su dirección. Alguien lo empujó con fuerza, desde su costado y cayeron al suelo al suelo. La persona cayó encima de Artemis. El auto se estrelló contra el suelo, unos metros mas allá, provocando que le zumbaran los oídos por culpa del ruido. Artemis se removió un poco, tratando ver quien lo había salvado, vio a Harley, quien se sentó, vio al monstruo y volteó a ver a verlo con ojos llenos de molestia.
—¡¿Qué demonios?! —le gritó.
El cíclope rugió de nuevo.
Harley, parecía indeciso entre si gritarle a Artemis o no.
—Me lleva la... ¡¿Un cíclope?! —chilló. Se puso de pie y agarró a Artemis de ambos brazos, para levantarlo también.
—¿Puedes verlo? —preguntó Artemis, con los ojos muy abiertos. Le habían explicado que los mortales no podían ver a través de la niebla.
—¡Por supuesto, esa cosa no es perrito precisamente! —Respondió en total conmoción.
La criatura empezó a golpear una escalera del porche, de una casa, con fuerza. La casa tembló. Ambos amigos vieron como alguien, oculto entre los escombros, le arrojó una daga a la bestia.
Obviamente no le hizo nada. El cíclope se burló.
Un chico, que aparentaba unos diez años, salió de debajo de los escombros y empezó a correr entre los autos. Artemis se mordió el labio inferior, apoyó sus pies en el piso y tiró de sus brazos para soltarse de Harley. Corrió en dirección al niño, sabiendo que ese cíclope no lo perseguía por que sí. Su mente había figurado que se trataba de un semidiós.
—¡¿Qué haces?! —gritó Harley, a lo lejos, totalmente escandalizado.
El cíclope pateó un auto, que terminó por estrellarse con una de las casas.
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Artemis: Deseo de Vida (2) [En Edición]
FanficHa pasado un año desde la batalla del Campamento Mestizo. Un año desde que Artemis descubrió de donde viene. Ahora intenta adaptarse a su nueva vida lejos de la isla; junto a sus padres y su hermana mayor, pero, la tranquilidad será interrumpida por...