Carolina Isabella Caballero Beltrán
Monterrey, México
Axel David y yo, no podíamos contener la risa de lo que acababa de pasar con su padre y con Tania, al parecer se habían interesado el uno en el otro, que a la primera oportunidad buscaron la forma para que nosotros los dejáramos solos y así había sido, nos habíamos alejado bastante de ellos como si el jardín fuera un lugar inmenso y vaya que lo era.
–No puede ser, Caro, que a mi padre le llamó la atención Tania. Eso yo tenía que verlo, desde que dejó a mi madre a pesar de tener muchas mujeres, no lo había visto tan interesado en nadie como ahora.
–Bueno, tú conoces a tu papá. Yo sé que Tania, tampoco se ha interesado en nadie desde que se quedó viuda – confesé – según sé por mi amiga Vera, ella ya no quería saber nada de hombres y mira nada más.
Ahora mi madre falsa estaba teniendo un flechazo con el padre de Axel David, esta es la chispa que está buscando, como había dicho y Don Lorenzo no está para nada mal. De aquí puede resultar algo bueno, por lo menos ellos sí van a tener una oportunidad de verdad.
–A lo mejor, lo de nosotros tenía que servir para que ellos se conocieran, no lo sabemos.
–Sí, puede ser que sí, Axel David y ¿qué vamos a hacer después? Yo me tengo que regresar a Mexicali porque tengo allá mi negocio. No me puedo quedar por mucho tiempo, vine a buscarte para que quedáramos en algo.
Tengo que regresar a seguir con mi trabajo de mesera, las chicas no me van a pagar por estar acá en Monterrey conquistando a Axel David, tengo que enamorarlo antes de que regrese y que por lo menos él me vaya a buscar a Mexicali.
–No te preocupes por eso ahora, ya nos saldremos con algo. Ven, vamos a que conozcas a mis mascotas.
–Vamos.
Axel David me llevó a un lugar hermoso en el jardín que parecía un hotel para perros y ahí estaban sus tres mascotas. Eran tres perros grandes que no distinguí su raza y ellos apenas lo vieron, lo reconocieron y se dejaron acariciar por él. Se veían muy cómodos con la cercanía de su amo y eso me agradó mucho. Él tomó mi mano y la acercó para que yo pudiera tocarlos.
–Qué lindos están, parecen hermanos. No pensé que se dejaran tocar por mí – dije emocionada – a mí me gustan mucho los animales también.
–Sí, parece ser que les agradas Caro y a mí también me agradas y mucho. Todo esto está loco y contigo se siente muy real, como si nos conociéramos de siempre.
–Sí, pero tú eras el que no quería conocerme – le recordé – y lo que son las cosas que te ha tocado hacerlo por no quedar mal con tu padre. Axel David, ¿cuándo me vas a contar de ella?
Necesitaba saber contra quién me iba a enfrentar, pues al parecer esa mujer lo hirió demasiado y si yo lo voy a enamorar tengo que ser contundente. Está en juego mi sociedad con las chicas.
–Caro, no creo que sea un tema que debamos de tocar. No quiero ser grosero, ni nada de eso, solo puedo decir que dejé todo con mi exnovia porque ella me engañó y no fue nada agradable.
–Lo siento mucho y no te preocupes que no vuelvo a mencionar el tema.
Nos quedamos platicando y jugando con los perritos un rato y después nos regresamos con nuestros "padres" para despedirnos. Axel David tenía que volver a la librería y yo, ya vería en qué ocupaba el tiempo. Nos volvimos a sentar a la mesa y ellos parecían muy contentos uno en compañía del otro.
–Caro, veo que te agradaron las mascotas de la familia. Se tardaron por allá un buen rato – dijo Lorenzo – le estaba diciendo a tu mamá, que vayamos esta noche al casino.
–Me parece muy bien – respondí – mamá, necesita compañía para eso de ir al casino, desde que ya no va con mi papá.
Me tenía que inventar algo creíble, pues yo ya le había dicho a Don Lorenzo que tenía a mis dos padres, pues Tania es viuda y no iba a buscar un papá a estas alturas. Pues que pareciera que estaban separados, así no tendría que presentárselo a mi querido suegro.
–Hija, sabes que desde que me divorcié de tu padre, yo no he regresado por ese lugar – Tania me siguió el juego – es justamente lo que le dije a Lorenzo y no veo nada malo que vayamos hoy al casino todos y de ahí que vayamos a cenar.
–Oh, ya veo – dijo Axel David – una cita doble en el casino para esta noche. Yo paso papá. No quiero ir ahí y ver a nadie de la familia Villarreal.
Veo que mi novio tiene problemas con esa otra familia que acaba de mencionar, me encuentro en el limbo sin saber qué fue lo que en realidad pasó con su exnovia.
–Sí, yo tampoco quisiera ir al casino. Nosotros queríamos ir al cine, ¿cierto, amor?
–Sí, mi vida – Axel David siguió con lo que le dije – ustedes vayan al casino y pásenla bien y ya tendremos tiempo para convivir los 4.
Que ellos se fueran a disfrutar de su noche al casino, yo definitivamente, tengo que ver la forma para regresarme a Mexicali, no me puedo quedar, las chicas necesitan una mano en la cafetería.
–Bien, son muy aguados los jóvenes ahora – dijo Don Lorenzo – entonces tienen unos días para hacer sus cosas. Le dije a Tania que la semana que entra nos vamos al rancho, la he invitado y ha aceptado ir.
Esto estaba cada vez más enredado y ya no sabía cómo íbamos a seguir adelante Axel David y yo con tanta cosa, ahora resulta que ellos tienen rancho y todo y, por si fuera poco, Don Lorenzo había invitado a Tania y ella había aceptado. Esto está de locos y si Vera viera en estas a su tía, no lo quiero ni pensar.
–Menos mal que nos avisan, yo tengo unas cosas pendientes en la librería – dijo Axel David – Caro, tiene cosas que hacer también en su trabajo.
Espero que Tania agarre la onda, ya le había hablado de qué va todo esto, sobre la apuesta y debo regresar al trabajo en la cafetería hasta que se resuelva mi situación con Axel David, ahora no voy a poder quedarme más tiempo, y Don Lorenzo y Tania haciendo sus planes para ir al rancho.
–Hija, pero ¿cuál trabajo? – Dijo Tania – me acabas de decir hace unos días que justamente la semana que viene tienes vacaciones. Por eso acepté ir con Lorenzo al rancho.
Y ahora qué voy a hacer, se veía que Tania, quiere ir a visitar el rancho con Don Lorenzo, pero yo no me puedo comprometer, tengo otras cosas que hacer. Me preocupaba que al estar ellos solos, a mi supuesta madre se le saliera por accidente, que no lo es.
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Apuesta por amor
RomanceApuesta por amor A sus 22 años, Carolina Isabella, tiene grandes amigas y grandes sueños. Está en bancarrota, pero quiere ser parte de una sociedad con sus amigas al no tener el dinero para su parte de la cafetería, en un giro inesperado del destino...