~ Mañana será otro día ~
Era una mañana como cualquier otra en el valle Moomin, donde nuestro protagonista ya hacía en su cama aún disfrutando de la calidez de aquellos edredones tan suaves. Los rayos de sol entraban por la ventana de aquella tan ordenada habitación, lo que advertía para nuestro troll un nuevo y grato día.
Salió de un salto de su cama dispuesto a bajar a desayunar como era de costumbre en su hogar, pero antes no pudo evitar estirar su cuerpo mientras trataba de retener un bostezo.
Al salir de su habitación bajo aquellas escaleras que llevaban a la planta base de la casa, camino en dirección del comedor percatándose que su madre estaba preparando sus deliciosos panqueques con jalea casera de fresa.
Su papá estaba preparando la mesa colocando con sumo cuidado los platos, cubiertos y las tazas para disfrutar de una gratificante taza de café que estaba dispuesto a hacer Moomin.
Tostó los granos de café para después molerlos con un mortero y los puso a hervir sin más para disfrutar aquella taza desde la mañana.
– Cuidado cielo, no te vayas a quemar.— Dijo su madre con ese tono de voz tan dulce en el que podría transmitir una tranquilidad agradable.
– Está bien, no te preocupes mamá.— Sonrió el más joven de la familia Moomin.
Cuando por fin estuvo aquella bebida amarga con toques de nuez moscada fue cuando llevo la tetera a la mesa para servir las tres tazas que ya hacían reposando sobre el mantel rosa pastel con pequeños holanes color blanco.
Escucho abrirse la puerta principal supo que tenía que servir más de tres tazas ya que parecía que Sniff su amigo y Pequeñita sabían los horarios de los desayunos, meriendas, hora del té, almuerzo y cena que hacían en aquella casa tan espaciosa.
Su padre no pudo evitar el redactar como fueron las aventuras que tuvo cuando aún era muy joven, cuando conoció al padre de Sniff, a Joxter y al Señor Hodgkins. A pesar de ser la misma historia de siempre ellos disfrutaban de escuchar cada palabra que salía de la boca de aquel troll con sombrero de copa.
Casi al instante después de limpiar el comedor cada quien se dispuso a realizar sus diversas actividades. Papá Moomin se fue a su estudio, mamá Moomin se fue a la sala de estar a tejer edredones más cálidos para el invierno pues quería estar preparada para cuando el invierno llegará y mientras tanto Moomin, Sniff y Little My salieron de casa dispuestos a ir a la playa a recolectar algunas caracolas y claro juguetear un poco en el agua.
Sniff y My se habían adelantado pues esta última quería ver quien de los dos llegaba primero la meta era donde siempre Too-Ticky pasaba el invierno, Moomin iba a paso lento estaba dispuesto a ir con Snufkin para pasar el rato entre todos pero creyó que era mejor darle su espacio.
Antes de llegar al campamento de aquel joven de cabello castaño claro, pudo notar que no se encontraba allí. Tal vez y estaba explorando algún otro sitio que faltara por ser descubierto en el Valle Moomin.
El joven hijo de pelaje blanco no pudo evitar soltar un suspiro recordando cuando fue la primera vez que se conocieron, para el Snufkin era una persona misteriosa y al mismo tiempo sabía. Lo cautivaba hacía que su corazón latiera con suavidad apestar de no ser algo incómodo en lo absoluto, un tenue color rosa se posó sobre sus blancas mejillas e inevitablemente una sonrisa boba se había posado sobre sus pequeños labios.
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¿Qué me sucedió? (Segunda versión)
FanfictieNo sabía lo que se sentía el amar con locura a alguien, quien lo diría que esa persona terminaría siendo mi mejor amigo. Tenía sentimientos por él pero no sabía que era amor. Moomin y Snufkin, dos grandes amigos desde la caída del cometa en Moominv...