Bajo la lluvia de estrellas.

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Encuentro un caos en el juzgado y en una semana, me voy una semana y aquí parece que pasa un huracán.

- A mí no me mires, mucho hice en mantener nuestra área en orden, pero no puedo contener a Damián.

- Andrés, el bufete es un desastre. Todo está atrasado.

- Connor, no puedes hacer tu trabajo y él de Damián para que luego se lleve los créditos. Es hora de que tu padre sepa quién es el que pone orden aquí.

- Mis problemas con Damián no tienen que pagarlos los clientes, había una audiencia y no se presentaron ¡¿Sabes lo que eso significa?! ¡Lo voy a matar! ¿Qué se supone que estuvo haciendo?

- Yo nunca lo vi aquí, y las pocas veces que lo vi pareciera que quería matar a alguien. Lo que sí te puedo decir es que asistió a cada una de sus reuniones con la agencia de publicidad.

- Buscando lo que no se le ha perdido.

- Te fue muy bien el fin de semana para que te amargues con Damián.

- El mejor de muchos fines de semana que se vienen, sin embargo, algo me dice que lo que le haya hecho a mi odiosa le ha afectado más de lo que creí.

Se abre la puerta bruscamente y es mi papá, aquí vamos.

- Andrés, déjanos solos — me mira y me desea suerte.

- Hablamos ahora — sale cerrando la puerta.

- Al din decides aparecer — lo ignoro y me preparo para el regaño — te fuiste toda la semana; Elena solo decía que estabas en un caso, y cuando vuelves te vas de viaje de placer — se sienta con esa actitud de juzgarme antes de preguntar.

- Fue el fin de semana, y mis obligaciones en el bufete estaban cumplidas.

- ¡No se presentaron a una audiencia, Connor! No me digas que cumpliste con el bufete. — la culpa es mía, claro.

- Estaba de viaje, se supone que el capitán que maneja este barco debería encargarse. Por algo lo nombraron, ¿o es que tengo que partirme en dos?

- ¡No me hables así! Acepta tu error.

- ¿Cuál fue mi error, papá? El caso no es mío ni de mi equipo — espero su respuesta y no sabe qué decir — ¿O es que ahora lo que no hace tu amado sobrino también es mi culpa?

- Solo quiero que seas responsable.

- ¿Yo soy el que debe ser responsable?, ¿Cuál es mi culpa? Tu precioso sobrino estaba aquí, el caso es de él, ¿ahora es mi culpa que él no cumpla con sus obligaciones? — golpea la mesa para callarme, pero continuo — ¿Crees que Andrés sería tan descuidado de no ir a una audiencia? Según tú, él supervisa mis casos, porque yo aquí no hago nada.

- Te has vuelto bastante insolente.

- ¿Por decir la verdad? Ve a la oficina de tu amado sobrino y discute con él, no conmigo.

Recojo algunos archivos — Ahora, si no tienes más nada que decir, tengo cosas que hacer.

Lo dejo en la oficina y salgo a ver a mis pasantes, empiezan a ponerme al día de los casos. Por lo menos algo bien en este día.

"Mi feliz y dulce niño, ¿Crees que a tu odiosa le guste el estofado?" — Lee el mensaje de mi mamá.

"Creo que le encantará, sin embargo, la loca acosadora de tu hija puede darte más detalles" — sonreí.

"Cierto, pero no responde. Va a estar loca cuando se entere de que cenara con nosotros"

¡Diablos! No le dije, Charlotte la va a descubrir y odia las mentiras.