ENTRE MATICES - SECUELA [COMPLETA ✔]

CAPÍTULO 42

CAPÍTULO 42:
JEREMY

Luego de hablar con mi hermana y Selena, cada día pensaba en Amy y el pesar que estaba viviendo con su condición, a tal punto que mi rendimiento académico había bajado y aunque intentara mantenerlo me era casi imposible.

—Jeremy... —Susan me alcanzó al salir de la universidad tomando mi brazo pero me solté inmediatamente de una manera brusca.

—¿Que quieres? —controlé mi humor.

—Vamos juntos al edificio —señaló en tal dirección.

—Susan, te ofrecí protección. No te ofrecí amistad, de hecho por tu actitud es que todos piensan que somos pareja. Y eso jamás pasará —expresé totalmente molesto.

—Jeremy, en ningún momento dije eso. Sólo estoy agradecida contigo. Bajaste tus calificaciones, puedo ayudarte con eso y...

—No, no quiero nada de eso. Solo quiero que toda ésta pesadilla se acabe y tener mi vida de regreso —le di la espalda para irme solo por mi cuenta.

Como cada día había un automóvil vigilando a unas cuantas calles, pero ya no me interesaba ya que tenía mi propia seguridad.

Hice mi rutina habitual de pedir comida y luego irme a la cama, antes salía a correr pero desde el último suceso no lo volví hacer.

Las últimas semanas se habían tornado difíciles para conciliar el sueño, la preocupación no me dejaba. La preocupación por mi familia y por Amy.
Desperté por una pesadilla, el sudor en mi frente era la prueba de que algo horrible había sucedido en lo que debía ser un placentero descanso, entonces me frustré.

—Amy... —murmuré con pesar sentándome en la cama.

Tomé el móvil con deseos de llamarla, estaba su contacto en la pantalla y a una sola acción para marcar pero, observé las últimas fotografías de mi hermana. Aquellas que me habían enviado los últimos días, y así dejé el móvil. Una vez más lo dejé.

Suspiré por la impotencia de no poder hacer nada y esperaba que al día siguiente mi padre me diera buenas noticias.

Otro día comenzaba, otro pesado día en el que tendría examen y por esa razón no asistiría a clases. No tenía caso hacerlo, de todos modos no había estudiado para tal cosa. Tomé una ducha tibia y me coloqué ropa deportiva para hacer mi desayuno y esperar alguna noticia.

—Vamos papá, comienzo a perder la paciencia —dije observando el móvil que no tenía absolutamente nada.

Lo dejé en la mesa con cierta resignación cuando llamaron a la puerta y sabía quien era.

—¿Jeremy? —llamó del otro lado aún cuando no tenía intensiones de abrir. —¿Jeremy? —repitió despertando mi molestia.

—¿Que? —dije en cuanto abrí la puerta.

—Hola —Susan sonrió. —¿irás a clases? —acomodó su bolsa en el hombro.

—No, no iré... —intenté cerrar la puerta.

—Pero tenemos examen —me detuvo.

—Lo sé, gracias por el recordatorio pero igualmente no iré. Ve tú, se hará tarde —finalmente cerré la puerta.

Mantuve la calma para esperar alguna llamada que no llegaba. Observé por la ventana hacia afuera y el automóvil ya no estaba, posiblemente hayan perseguido a Susan que curiosamente últimamente se mostraba más relajada.

—No puedo esperar más... —tomé el móvil para llamar a mi hermana que en ese momento debía estar en la casa.

“Hola”