Capitulo 4

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Jungkook

—Lo siento —acabó diciendo Jin.

—Sí que te disculpas mucho —dije soltándole la rodilla con una palmada y retirándome hacia la pared de enfrente. Quería aferrarme a él más tiempo. Diablos, lo que más me apetecía después de oír aquella historia era atraerlo y darle un abrazo. Pero ya me había arriesgado bastante tocándole la pierna. Teniendo en cuenta cómo había reaccionado antes, no parecía inteligente ofrecerle nada más, aunque fuera un abrazo platónico porque estaba dolido—. Es tan británico.

—¿No eres británico?

—Sí —dije—. Pero he pasado la mayor parte de mi vida adulta en Estados Unidos. Allí sólo te disculpas si tienes algo por lo que disculparte.

Jin me dedicó una pequeña sonrisa.

—Debe de ahorrar mucho tiempo.

Ahora que había oído su historia, comprendía por qué había sido tan vehemente al prometer que no se lo diría a nadie. Por cómo le había costado sacarla, sospeché que era una información que no compartía con mucha gente. Compartirla conmigo, un desconocido virtual, simplemente porque quería tranquilizarme, significaba mucho. Me aclaré la garganta.

—Gracias por decírmelo. Lo entiendo. Entiendo por qué no se lo cuentas a nadie.

—Nadie merece ser juzgado por padecer enfermedades o afecciones mentales. Y no tienes por qué creerme, pero todo lo que digas aquí quedará entre nosotros. —Los hombros de Jin se cuadraron mientras hablaba con absoluta convicción.

No debería creerlo en lo de mantener todo en privado, pero por alguna razón... lo hice. No es que esperara que ocurriera nada. Aunque aquel desconocido tuviera una piel que parecía crema y me rogara que la probara. O llevara una camisa que se ajustaba deliciosamente sobre su ancho pecho. Ni siquiera la mancha de café disimulaba la forma de sus músculos bajo la tela.

Junto con sus conmovedores ojos color avellana, sus labios gruesos y besables y su pelo rubio peinado con esmero... formaba un bonito paquete que me moría por desenvolver.

Pero eso no importaba. Dada la rapidez con la que se había alejado antes, tenía que ser heterosexual.

—Me pregunto cuánto tiempo vamos a estar aquí —dije distraídamente antes de que se me ocurriera algo muy obvio—. Espera, ¿no se supone que tenemos que pulsar un botón y pedir ayuda?

La comprensión apareció en el rostro de Jin.

—Joder, tienes razón. Debería haberlo pensado antes, pero estaba distraído.

Le guiñé un ojo, incapaz de dejar de coquetear aunque sabía que era una mala idea.

—Sí que soy una distracción.

Jin se puso rojo remolacha. Qué interesante. ¿Era porque le había avergonzado? O era algo totalmente distinto...

No.

Jin se levantó de un salto y pulsó el botón de la alarma. Sonó durante un tiempo dolorosamente largo antes de que se pusiera al teléfono una operadora que sonaba aburrida.

—¿Diga?

—Hola, estamos atrapados en el ascensor —levantó la vista para comprobar la pantalla— C de las oficinas de Identity en Grosvenor Square.

—Sí, se ha caído una línea eléctrica en Millbrook. Media ciudad está sin electricidad.

Reprimí un gemido. Un apagón de esa magnitud significaría que no seríamos los únicos en necesitar un rescate.

★Él lo vale todo★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora