BAJOS INSTINTOS.

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Narra Taehyung.

Mi pequeña hermanastra acaba de salir de mi habitación y justo ahora estoy repitiéndome dentro de mi cabeza que soy un hombre controlador y dominante que no se doblega con nada, lo hago para evitar ir tras de ella en busca de más.

Hubo un momento, antes de penetrarla, donde me percaté de un brillo peculiar en sus ojos, de una expresión tierna y sentimental. Por esa razón la tomé con esa agresividad, para que recordara que no está tratando con un tonto inexperto que romantiza el sexo o que puede caer en sus redes.

Mientras la observaba dormir, pensaba en lo mucho que había ansiado hacerla mi mujer pero sobre todo en que superó mis expectativas y eso que estaban elevadas hasta el cielo.

Se veía hermosa, su rostro relajado mientras se fundía en un profundo sueño, sus largas pestañas, sus mejillas todavía acaloradas y rosadas; sin mencionar esos labios maltratados por mis dientes. Deseaba recostarme junto a ella y despertarla con un beso voraz que la hiciera entregarse nuevamente, pero nunca había tenido esos pensamientos, nunca nadie ha logrado cautivarme ni hacerme débil.

Y tú no serás la excepción T/N.

La manera en que la corrí fue precisamente para que no pensara que algo más podía pasar entre nosotros pues me fastidian las etiquetas, no soy novio de nadie, no soy amante de nadie, simplemente obtengo lo que quiero de las personas hasta que me canso de ello.

Pero ese es mi problema, no creo cansarme pronto de esta niña.

Cierro mis ojos mientras expulso el humo de cigarro, intentando aclarar mi mente.

Esto solo fue sexo, esto solo fue sexo. Acabo de cumplir con una de mis mas depravadas fantasías: Coger con mi pequeña hermanastra.

Abro los ojos y tomo aire con profundidad, después exhalo de la misma manera y sonrío malicioso.

...

Al día siguiente

No tiene mucho que me levanté a darme un baño y cambiarme.

Salgo de mi habitación y miro en dirección a la puerta de T/N. Inhalo con profundidad para evitar ir a tocar su puerta, es mejor que le dé un tiempo hasta que esté lista y pueda salir a mirarme a los ojos después de lo que pasó. Relamo mi labio inferior y me dispongo a ir al primer piso.

Cuando estoy en la cocina, me sirvo café recién hecho en una enorme taza color marrón. En cada sorbo, recuerdo el sabor de sus besos y el exquisito movimiento de sus caderas.

Basta Taehyung.

Remuevo mi cabello y me dirijo a la mesa del antecomedor para sentarme y esperar a que mi pequeña hermana baje por esas escaleras.