En un mes se cumpliría un año desde que había contraído matrimonio con la mujer que tenía la llave del corazón y alma del tigre de Bogotá. Simplemente no podía creer todo este tiempo que había vivido junto a la única mujer que había amado, a la única que le lloro y le rogó, por la que veló día y noche mientras ella estaba lejos de su lado.
Después de haber podido arreglar las cosas con Betty fue todo rápido. Marcela había decidido marcharse junto a Patricia para Palm Beach luego de aceptar permanecer en la empresa pero en la distancia; Mario Calderon se mudó a Buenos Aires por un nuevo punto de venta donde depaso el controlaría, Daniel Valencia había desistido de vender su parte pero aún así había dejado de importarle tanto la empresa luego de semejante escandalo mientras que por otro lado sus papás seguirían en el extranjero.
Bajo el régimen de Betty, Ecomoda no hacía más que florecer y eso es algo de lo que nadie pudo quejarse. Todos sus enemigos estaban alejados de la nueva y flamante pareja por lo que dentro de su oasis habían decidido casarse apenas unas semanas después del caos. Inclusive Armando había tenido que andar defendiendo a su mujer de algunos chismosos que rumoreaban de un embarazo. Por más que seria algo que los llevaría al punto máximo de su felicidad, no era cierto, simplemente tenían la necesidad de unir sus vidas para siempre lo más rápido posible. Ellos simplemente habían pasado por todas las pruebas que una pareja normal podría pasar, inclusive aún más; ambos conocían todas las facetas, lo mejor y lo peor del otro, habían pasado la tormenta más dura de sus vidas juntos aún con todas las miradas y bocas venenosas que los juzgaban y se interpongan en sus planes. Le habían faltado el respeto a su amor inclusive cuando Armando había sido claro en sus sentimientos para con Beatriz. Entonces, ¿por qué esperar?
Se podría pensar que ese matrimonio era para cerrar todas esas bocas que buscaban atormentar pero realmente solo era una prueba más de que ambos estaban completamente enamorados el uno del otro y no deseaban pasar más tiempo separados. Y bueno, también para que el doctor Mendoza no se volviera a despertar solo los próximos 60 o 70 años que le quedaban y acabar con esas "visitas" tan incómodas que era obligado a tener por don Hermes durante el noviazgo.Después del matrimonio, su Betty tenía en su documento un agregado: "de Mendoza". Esas dos palabras le inflaban el pecho de orgullo. Betty ahora era suya, era su mujer y el era suyo, completico suyo como ya hace tiempo lo era pero ahora de manera legal y ante los ojos de todo el mundo.
Después de esa tarde donde Dios los unió para siempre, ambos vivieron una luna de miel que parecía no terminar nunca. Ambos tenían Ecomoda prácticamente para ellos solos con su gente, todos los amigos y aliados que los habían ayudado tanto (con excepción de Hugo, claro esta). No existía una prometida controladora, un amigo manipulador, un Daniel dispuesto a lo que sea para hundirlos o un francés con propuestas, ni un fraude a punto de explotar frente a sus furiosos padres; ahora eran solo Armando y Betty haciendo y deshaciendo para bien. Ecomoda estaba saliendo a flote de una manera increíble, la empresa había cambiado mucho ¡hasta la habían redecorado por completo!.Muy atrás había quedado la Betty tímida e insegura y más aún detrás el Armando mujeriego, desalmado y temperamental. Cualquiera que los vería a ambos después de mucho tiempo no los reconocería a ninguno de los dos. Beatriz se había convertido en una mujer bella con un carácter firme que no se dejaba pisotear por nada ni nadie mientras que Armando se había vuelto un marido juicioso que había dejado cualquier hábito y ambiente de su vida pasada, no salía sin su mujer y no miraba al sexo opuesto a menos que sea su esposa; no porque no podía, sino porque no quería. ¿Quien hubiera pensado que Armando Mendoza caería de esa manera por una mujer? Nadie, ni siquiera el. Y con respecto a su temperamento...aún lo tenía, pero lo controlaba mucho más ahora.
Había sido casi un año de paz, de tranquilidad y sobre todo amor. Aún así, las lunas de miel siempre acaban y la realidad siempre vuelve a golpear, más aún cuando los malos no fueron derrotados sino más bien solo habían tomado un receso para la segunda temporada.
Como la frase bien dice, siempre hay calma después de la tormenta. Pero también es cierto que la tormenta siempre vuelve por más que uno intente cubrirse o esconderse de ella.
Pov Armando
Desperté por los rayos de sol pegando en mi cara y los pequeños movimientos de Betty que estaba a nada de despertarse también. Sonrei cuando su aroma me invadió, la abracé un poco más a mi intentando que el momento no acabase y aprovechando que la alarma aún no sonaba. Hundi mi rostro en su cabello enredando un poco más mis piernas desnudas con las suyas. Aún estábamos desnudos luego de nuestro momento de pasión la noche anterior. Los recuerdos aún estaban frescos en mi memoria y las huellas en mi cuerpo. Me encontraba especialmente más intenso desde ayer con ella, ya que, hace un año exacto...hace exactamente un año, en dias como estos, casi la había perdido en manos de un hombre extranjero con una voz tranquila y suaves palabras.
Aún podía sentir mi corazon arder ante solo el recuerdo de estar perdiendo a la única mujer que amo frente a mis ojos. Ese hombre tan respetuoso, adinerado y de buenos modales casi me arrebato lo único que...
B: mi amor -oi su suave voz haciendo que volviera a la realidad. Su mano fue a mi mejilla para acariciarme y sonrei automáticamente mirándola a los ojos- ¿con qué te estás atormentando ahora, ah?
No...ahora ella era mia.
A: nada, mi amor. Solo estoy algo melancólico -bese su mano- no te preocupes
Ella me observo un momento, intentando descubrir que me pasaba. Hizo una pequeña sonrisa cuando pareció haberlo descubierto.
B: ah...ya veo -se acomodó apenas lo suficiente para quedarse lo suficientemente cerca de mi- aún así, siempre crei que la fría luna de Bogota es mejor que cualquier otra que podría conocer
Sonrei ante la referencia. Me había descubierto. Me sonroje levemente mirando hacia abajo.
A: no se burle de mi, doctora, por favor. Solo estoy pensando en que hubiera pasado si usted se me iba ese día, si no la iba a volver a ver
De repente mis ojos picaron y, con vergüenza, se llenaron de agua. Rápidamente ella se incorporó y me tomó del rostro con preocupación intentando atajar las lágrimas.
B: ay, Armando, ¿lo pone tan así eso?
A: lo siento, mi vida, que pena con usted -rei un poco pero con lágrimas por mis mejillas- es solo que de verdad no me imagino donde habría acabado yo si usted se me iba, si me dejaba acá solo. El solo imaginar las manos de ese tipo sobre las suyas me revuelve el estómago -ella sonrió graciosa- no se burle, mi amor, por que no se que me pasa pero estoy muy mal, en serio
Ella me dio un pequeño beso lleno de dulzura y me secó las lagrimas rebeldes.
B: no se imagine esas cosas tontas porque yo no me marché de su lado ni mucho menos lo dejé solo, si? -beso mi frente- no lo desampare ni dia ni noche. Aún así, yo se que le pasa, son las hormonas que lo tienen así sensible, mi amor
La mire confundido. ¿Las hormonas? ¿qué significaba eso?. Antes de que pudiera preguntar algo, ella tomó mi mano y la colocó sobre su vientre. Me quedé frío.
B: aunque no se si esta acá o en el suyo, porque últimamente el exquisito, descompuesto y sentimental es usted, Armando -se río un poco-
A: Beatriz...usted...yo...nosotros...
B: vamos a ser papás -murmuro ella ahora si con algunas lagrimas amenazando con salir-
La abracé con fuerza y la besé mientras los dos lloramos y reíamos a la vez de la emoción que me produjo semejante noticia. Claro, yo tenía todos los síntomas de un embarazo mientras que ella estaba de lo más tranquila...a excepción por el peculiar apetito sexual que había tenido las últimas semanas...el mismo apetito que hizo que envolviera sus piernas en mi cintura intensificando el beso, dispuesta a un encuentro mañanero.
Todo estaba bien.
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La tormenta después de la calma
FanficHabía pasado un año desde que Armando y Beatriz se habían casado y cada día había sido como una luna miel. Si, una luna de miel hasta que el traspaso de la empresa, la junta directiva y los auto exiliados vuelven a sus vidas por una revancha más. ¿S...