Namjoon levanta la vista sorprendido cuando entro, con el ceño fruncido estropeando su hermoso rostro mientras su mirada recorre mi atuendo. Me veo a mí mismo, notando los jeans, suéter y abrigo que estoy usando, y la vergüenza me deja sin palabras por un momento. Puedo contar las veces que he estado cerca de él con ropa informal con los dedos de una mano.
Nunca comprometo mi profesionalismo, y él tampoco.
Todavía recuerdo la advertencia que me dio cuando empezamos a trabajar juntos. Me dijo que nunca entrara a su oficina vistiendo nada con lo que no pudiera asistir a una reunión de la junta, y hasta hoy, nunca lo he hecho.
―Seokjin―dice, con su tono tan sin emociones como siempre. Trabajamos juntos desde hace años, pero todavía me llama por mi nombre completo. Soy Jin para todos menos para él.
Desde el principio, dejó en claro que no le agrado y que tiene la intención de mantenerme a distancia. Sospecho que parte de su cautela proviene del hecho de que fue su abuela quien me contrató, pero a pesar de sus interminables preguntas, no tengo ni idea de su lógica como él.
―Namjoon. ―Fuerzo una sonrisa en mi rostro y doy un paso vacilante más cerca. No recuerdo la última vez que me sentí incómodo con él, pero ahora sí. No tengo una razón real para estar en la oficina esta noche y me preocupa que sospeche de mí. A pesar de su continua desconfianza, nunca le he dado motivos para dudar de mí, pero ¿estar en la oficina un sábado por la noche cuando él sabe mejor que nadie que no tengo nada en qué trabajar? Incluso tengo que admitir que es raro.
―¿Qué estás haciendo aquí? ―pregunta, eventualmente.
Aparto la mirada mientras contemplo cómo responder y me decido por una honestidad parcial. Namjoon debe ser manejado con cuidado. Durante años, se aprovechó de cualquier excusa para despedirme, y no puedo arriesgarme a perder este trabajo. Su abuela me ha protegido de sus peores intentos, pero algún día se me acabará la suerte y cuando lo haga, es mi familia la que más sufrirá.
―Yo solo... no estaba teniendo la mejor noche, y no estaba seguro de a dónde ir. Terminé en la oficina sin pensar.
Esperaba que me tuviera lástima, pero en lugar de eso, simplemente asiente.
―Sí, yo también ―dice, con voz suave. Pensé que tendría más que decir, o que me haría más preguntas, pero en vez de eso, permanece en silencio y mira fijamente la pantalla de su computadora.
Esta es, quizás, una de las pocas cosas que aprecio de él, además de su asquerosamente buena apariencia. Jeon Namjoon nunca se entromete en mi vida privada, los límites entre nosotros están tan firmemente establecidos como lo estaban hace ocho años, cuando empezamos a trabajar juntos. Me despreciaba entonces y estoy seguro de que aún lo hace hoy, pero también me respeta y, en última instancia, eso es todo lo que importa.
―¿Tienes planes para la cena? ―pregunto mientras sostengo la bolsa que me dio mi abuela. Está vestido con un traje de tres piezas, como de costumbre, y sé a ciencia cierta que no tiene ninguna reunión de negocios programada hoy. ¿Una cita, tal vez?
Se cruza de brazos y se recuesta en su asiento, con sus ojos en los míos. Hay algo cautivador en Jeon Namjoon, tiene la costumbre de hacer sentir a las mujeres o donceles que tienen toda su atención, y yo tampoco soy inmune a eso, a pesar de mis mejores intentos por resistirme.
―¿Cena? ¿Cuándo tengo planes para cenar de los que tú no estés al tanto? No tengo citas, y lo sabes. No tiene sentido, de todos modos.
Parpadeo con sorpresa. Es verdad. En todos los años que tengo de conocerlo, nunca ha tenido novia o novio. Los matrimonios de los Jeon están todos arreglados, por lo que eventualmente tendrá que casarse con una mujer o doncel que elija su abuela.
Probablemente una rica heredera o heredero de algún tipo que pueda expandir aún más su imperio. Puedo ver por qué alguien como Namjoon no se molestaría en tener citas por eso, sin duda lo encuentra una pérdida de tiempo ineficiente.
Coloco mi comida en su escritorio y la desempaco, secretamente emocionado mientras abro el recipiente de mantequilla que mi abuela empacó para mí. Namjoon se sorprende cuando le doy un kimbap envuelto en papel aluminio y le sonrío cortésmente.
¿Qué pensaba que estaba a punto de darle?
¿Un puñado de mantequilla?
―Mi abuela lo hizo, y no me gusta comer solo. ¿Me das el gusto?
Duda un momento y luego asiente. Supongo que no es frecuente que nos encontremos juntos de forma inesperada, sin una agenda de trabajo concreta ni una obligación social que cumplir.
Comemos en silencio por un rato y me tomo un momento para estudiarlo. Es irritantemente guapo, con esa mandíbula fuerte, esa nariz recta y su espeso cabello oscuro. Sin embargo, su buena apariencia no compensa su completa falta de sentimientos, ni siquiera puedo imaginarlo actuando cariñosamente. ¿Sabe siquiera sonreír o tiene los músculos faciales completamente atrofiados por falta de uso?
Suspiro y veo hacia otro lado. Supongo que también es inteligente sin comparación, leal hasta el extremo, y ama a su familia más que a nada. Su personalidad es abrasiva y es demasiado franco para su propio bien, pero no es cruel ni injusto.Incluso cuando intentó desesperadamente que dejara mi trabajo cuando me contrataron por primera vez, todo lo que hizo solo me ayudó a largo plazo: los múltiples idiomas que me hizo aprender, las clases universitarias nocturnas que me obligó a tomar, e incluso el MBA que me pidió que hiciera. Nada de eso fue en mi perjuicio, incluso si lo despreciaba por eso en ese momento. Odio admitirlo, pero algún día hará muy feliz a una pobre chica o chico.
―¿Sabes quién es? ¿El doncel o la mujer con la que te casarás? ―La pregunta escapa de mis labios antes de que me dé cuenta y la pizca de desesperación que la acompaña me sorprende.
Solo le hago preguntas personales cuando necesito la información para hacer mi trabajo, pero no pude evitarlo.
Se congela por un momento, pero luego niega con la cabeza.
―No tengo idea, pero como la boda de Jungkook se acerca, probablemente yo sea el próximo.
Me recuesto en mi silla y asiento, mis pensamientos divagan.
―¿Crees que Taehyung lo hará? ―pregunto, con voz suave. Hace una semana, el prometido de Jungkook canceló la boda y le pidieron a Taehyung, uno de mis mejores amigos y hermano menor del novio, que tomara su lugar como esposo de Jungkook. Es la única manera de que ambas familias cumplan con los términos de su fusión. La empresa fusionada estaba destinada a caer en manos de los hijos resultantes de este matrimonio, y sin un matrimonio entre los Jeon y los Kim, no habrá fusión.
Sé más que nadie cuánto ama Taehyung a Jungkook, pero también sé lo difícil que sería para él casarse con un hombre que cree que está enamorado de su hermana.
―Sí ―dice Namjoon, con voz firme―. Taehyung y Jungkook están destinados a estar juntos, pero los únicos que no pueden verlo son ellos. En última instancia, esto funcionará para mejor.
Lo veo fijamente, sintiéndome extrañamente inquieto. Tiene razón al decir que probablemente sea el siguiente. Una vez que Jungkook se case, la atención de su abuela recaerá en Namjoon. ¿Cómo sería si Namjoon estuviera casado? ¿Qué clase de doncel o mujer terminará convirtiéndose en su esposa?
Me pregunto si la trataría o lo trataría con la misma ternura y amabilidad que reserva para su hermano doncel y su abuela. La idea de eso... no me sienta bien, y no puedo entender por qué.
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Secretario Kim.
FanfictionCuando él secretario de Jeon Namjoon deja su trabajo poco despué de que su familia lo obligue a tener un compromiso no deseado, él se propone resolver ambos problemas...