𝑽𝑬𝑵𝑮𝑨𝑵𝒁𝑨 Kookv/Kooktae

Capítulo 17 - El intruso (Parte 1)

No había ningún contacto para ir allí ese día, pero fui voluntariamente al bar laberíntico, el Laberinto de Alice. Sin embargo, no fui allí con la intención de ser llamado 800 wons (Baekwon) varias veces a propósito. En cambio, el dependiente del sitio que me guió hasta la sala como si supiera que iba a ir, sacó a relucir un tema que me cabreó.

"Los deberes de hoy los voy a inspeccionar yo".

Me quedé mirándole sin decir palabra, pero con una suave sonrisa en los labios como si fuera un robot, transmitió fielmente lo que había dicho el loco.

"Si tienes sueño, te han dicho que uses esto para tomar café de la máquina expendedora".

Me entregó amablemente una moneda de 100 won. Sin responder, me quedé mirando la moneda en la palma de su mano y alcé los ojos.

"¿Cómo voy a comprar café con esto?".

"Te dijo que gastaras los ochocientos won restantes con tu propio dinero".

"...Esto no es enserio"

"¿Te cambio la moneda, Kim Baekwon-nim?".

Le lancé una mirada, pero era inútil frente a un enemigo inesperadamente formidable. Sí, sólo iba a lastimar mis ojos si trataba de mirar fijamente al robot. Aunque alguien bailara desnudo delante de él, no perdería su amable sonrisa y probablemente diría: "¿Toco música?". Cogí la moneda de la mano del gerente.

"Si no tengo sueño, ¿puedo quedarme con este dinero?".

Cuando se lo pregunté sin rodeos, su sonrisa de robot se acentuó un poco.

"Sí. Lo mantendré en secreto".

La tediosa tarea del día, calificada de deberes, consistía en leer un grueso guión. Yo era un estudiante que no había asistido a la escuela durante unos cuantos años. Parecía que ni siquiera unos pocos días serían suficientes para que yo, que nunca había leído un libro, me sentara a leer ese único libro. Además, la estructura no me resultaba familiar. No había narración, y no podía entender el contenido porque todo eran diálogos y explicaciones acartonadas de situaciones.

Había algunos símbolos y términos desconocidos que hacían que el ritmo fuera aún más lento.

Por suerte, no sé si a propósito, pero había un diccionario de términos del escenario, así que pude pasarme cada capítulo sin moverme durante horas, buscando cada término. Me quedé a medias. El contenido se me ha ido de las manos durante mucho tiempo y sólo quiero leerlo hasta el final. Pero a mitad del camino, el robot gestor me interrumpió.

"Paremos por hoy".

Volví los ojos al reloj de la pared mientras él me miraba desde la puerta. Eran las 2 de la madrugada. Si no fuera porque la habitación estaba vacía y sin dueño, me habría insistido en verlo hasta el final, pero la voz decidida del dependiente me recordó qué clase de lugar es éste.

"Es hora de cerrar la sala del director".

¿Era esto una especie de parque de atracciones? Cuando oí que era hora de cerrar la puerta, casi tuve que reírme a carcajadas, pero luché por tragármelo.

Sí, ¿qué le pasa a ese hombre robot? Cerré el escenario que estaba leyendo y me levanté del asiento como él deseaba. El cuerpo, que se había quedado en una posición, se sentía rígido. Sacudí suavemente la cabeza de un lado a otro y entregué los 100 won que llevaba en el bolsillo al dependiente que estaba esperando a que me fuera. Entonces, por primera vez, una luz misteriosa apareció en su rostro.

"¿Por qué me lo das?"

"La entrada cuesta eso".

Sonrió mientras miraba los 100 wons que tenía en la mano. A diferencia del laberíntico interior, el camino trasero para los empleados era sencillo, por lo que se podía subir hasta las escaleras por sí mismo sin la guía del dependiente. Sabiendo esto, este no me siguió, pero me detuve inesperadamente en el estrecho pasillo que conducía a las escaleras girando la puerta.