Horas y horas mirando una pizarra, escribir, leer millones de palabras, repetir como loros diez mil veces, quien no querría volver a la escuela!(noteseelsarcasmo)
Otra de las grandes casualidades de mi vida fue que me diagnosticaron leucemia en verano. La doctora Charlotte (mi doctora) nos dijo que podía asistir a la escuela normalmente hasta que mi cuerpo me dejara (pero no podía hacer ningún deporte).
La verdad es que era un chica deportista, antes hacia voleibol, pero me aburrió y continúe con baloncesto. Me considero bastante buena en el baloncesto, mi padre siempre jugó y eso fue otra de mis razones para jugar. Dejar de practicar me dejo con mucha depresión, lo único que me unía al baloncesto eran los partidos de la NBA, ver a esos gigantes luchar por la pelota era algo que por alguna razón me inspiraba. Pero como ya les he dicho anterior mente "el show debe continuar" .
Mis padres ya habían hablado con el director de mi colegio todos los profesores y profesoras estaban al tanto de mi condición, tan rápido como yo me contagio de un resfriado el rumor de que tengo cáncer se esparció por todo el colegio.
Fue muy vergonzoso volver al colegio, todos los alumnos y alumnas me miraban como el bicho raro. Al entrar a mi sala de clases vi a mi mejor amiga que se acercó rápidamente hacía mi y me abrazó fuertemente. Me intenté separar de ella ya que nunca me gustaron los abrazos, la tomé de sus hombros y la situé al frente mío, la miré a los ojos y le dediqué una sonrisa, observé que tenía los ojos llorosos.
-Marian que te pasa?-
-May, es un poco obvio, verdad?-.-mierda sabe que tengo cáncer-pensé.
-Después hablamos de eso- murmuré caminado al lado de ella.
Dejé mi mochila en el respaldo de la silla, tomé un libro y me dediqué a leer. Leer me sacaba de esta dimensión y me transportaba a un mundo mejor, donde no tenía que preocuparme de los dolores, temores, escuela y menos por el cáncer. Unas risas me sacaron de mi trance, levanté mi cabeza y vi a un grupo de chicos mirándome y señalándome mientras se reían, puse mis ojos en blanco y al girarme vi a un chico que me observaba fijamente, tenía los ojos cafés y el cabello castaño, era bastante guapo. Lo estuve observando un rato y continúe mi lectura. El chico no paraba de mirarme, me estaba sintiendo acosada, me giré y lo mire directamente en los ojos, el me sonrió y yo le pregunté que quería. El sólo se giró y río para si mismo.
Fue extraño, ese chico es extraño lo admito.
Al rato llegó el profesor, era bastante alto, delgado y no se veía de mas de 30 años.
-Buenos días, espero que pasarán unas excelentes vacaciones. Me llamo Ricardo y yo seré su profesor por el resto del año-Después de un rato conversando de las vacaciones y cosas sin sentido la campana sonó y la siguiente clase empezó.
Todo iba de maravilla hasta que me llamaron para hablar con el profesor.
-Sabemos de tu condición y queremos que confíes en que nosotros te ayudaremos en lo que necesites- me dijo el profesor Ricardo. Yo simplemente asentí ante el comentario.
-Ya puedes volver a clase-
Al regresar a mi salón todos se quedaron mirándome, caminé en dirección a mi mesa y me senté. Al cabo de un rato un papelito se situó en mi mesa, abrí el papelito y vi que era de Marian. Básicamente decía que nos teníamos que juntar en recreo y que le contara todo lo que estaba pasando, arrugue el papelito y lo guardé en mi bolsillo.
Se acabaron las clases, me giré para guardar mis cuadernos en la mochila y al regresar a mi posición inicial me encontré con los grandes ojos cafés de mi amiga que me miraba fijamente.
-Vamos?- me dijo Marian extendiéndome la mano. Yo la acepté y caminamos con las manos entrelazadas hasta el árbol que quedaba en el patio del colegio.
Las dos nos sentamos sin decir nada mirando al horizonte.
-Leucemia- dije rompiendo el hielo.
-La vida apesta- dijo girándose para mirarme. Entrelazamos nuestras manos, su piel color chocolate resaltaba con mi piel blanca, ligeramente quemada por el sol.
El timbre sonó y nos fuimos a nuestras respectivas clases.
-Por cierto, me gusta tu nuevo corte- dijo Marian sonriendo.
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La Verdad Detrás De La Felicidad
RomanceUna chica perdida y desalentada por su enfermedad, leucemia. Para ella nunca fue fácil aceptarlo y menos con un grupo de personas molestandola e insultándola. Un día un misterioso chico llega y le enseña lo que es vivir.