¿Sabes por qué no hay ventanas en los casinos? Según una página de dudosa veracidad en Google, los casinos están diseñados de esta manera para evitar que los jugadores noten el paso del tiempo, dejándose envolver por su ambiente y apostando cada vez más. Veteranos de este mundo aseguran que una vez entras solo hay dos opciones: que la suerte te sonría como pocas veces lo ha hecho en la vida, saliendo victorioso y con una buena cantidad de dinero en el bolsillo, o, la más probable, derrotado y con algunas deudas tras de ti, pues como dicen por ahí: la casa nunca pierde.
Entonces, y sabiendo todo lo anterior, me pregunto qué hago aquí mientras tú barajeas con mañosa gula las cartas de mi vida, cuando es obvio que tienes un as bajo la manga. O por qué sigo apostando a tu amor sabiendo que esto está cargado a tu lado.
Realmente no recuerdo cuándo esto pasó de ser un juego divertido entre amigos a mi mayor anhelo. O si en algún momento mi desmedida efusividad te haya hecho sentir incómodo. Realmente no sé cuándo empezó a dolerme tanto el aceptar que todo esto no era más que un simple juego.
¿Alguna vez existió siquiera un nosotros?
—¿En serio no son pareja? Yo digo que se ven muy bien juntos.
—Lo digo enserio. Sí, a veces decimos cosas que se pueden malinterpretar. Pero son solo juegos, ¿cierto?
—Realmente somos solo amigos, no hay nada más detrás de esto.
—Ya veo.
Todas esas palabras bonitas, todos esos sutiles toques de los que me llené, dónde quedó todo eso. Cómo puedes sonreír de esa forma mientras mientes en mi cara, tú que decías conocerme tanto. ¿En serio no has notado lo roto de mi sonrisa?
Háblame, escúchame, no importa qué sea; solo mantente aquí, a mi lado. Esta sensación en mi pecho, aunque intente convencerme de que nada es real, sigue creciendo día a día. No lo puedo evitar.
«Eres mi nuevo vicio».
————————————————————
Solo soy yo intentando pasar página.