Este es mi destino DxD

capitulo 32 el padre de juvia

Opening

Issei apareció frente a Juvia, preocupado por su estado. Le preguntó con calma si estaba bien, pero Juvia, llena de dolor y desesperación, comenzó a insultarlo y le gritó que se fuera. Las palabras de Juvia eran un torbellino de emociones, pero Issei no se dejó llevar por su enojo.

En lugar de alejarse, Issei puso su mano en el hombro de Juvia, tratando de transmitirle su apoyo. Juvia, con el rostro lleno de lágrimas, finalmente dejó de gritar y lo miró con ojos llenos de tristeza. Le suplicó a Issei que la salvara de su padre, como si él fuera su única esperanza.

Issei se levantó con determinación y gritó con convicción: "¡Claro que sí!"

Mientras tanto, en otro lugar, Black, Hide y Kabuto se encontraban frente a una inmensa muralla junto con Edgar, el demonio que habían capturado anteriormente. Issei les dijo que era hora de actuar y los tres chicos dejaron a Edgar para enfrentarse al padre de Juvia.

Los cuatro se pararon frente a una gran puerta que parecía conducir a la mansión de la familia de Juvia. Issei, con su puño envuelto en llamas, dio un poderoso golpe a la puerta, haciendo que se abriera de golpe.

El golpe de Issei hizo temblar la habitación y dejó a Fredo aturdido en el suelo. Mientras Fredo se levantaba con dificultad, Issei no apartó la mirada de él.

Fredo: (con voz temblorosa) "¿Quién demonios eres tú, mocoso?"

Issei: (con frialdad) "Mi nombre es Issei , y soy un amigo de Juvia. No permitiré que le hagas daño."

Fredo: (con sarcasmo) "¿Amigo? ¿Crees que eso te da derecho a interferir en mis asuntos familiares?"

Black: (interviniendo) "No somos solo sus amigos, somos su protección."

Hide: (con una sonrisa burlona) "Y a los que hieres a nuestros amigos les hacemos pagar caro."

Kabuto: (con una mirada seria) "Estás en problemas, viejo."

Fredo, aunque herido, comenzó a reírse, como si la situación le resultara cómica.

Fredo: (riendo) "¡Ja, ja, ja! Vaya, vaya, parecen decididos. Pero esto no será tan fácil como creen. Juvia es solo una molestia que necesito eliminar."

Issei apretó los puños con más fuerza, su determinación inquebrantable.

Issei: "No importa lo que pienses de ella, no permitiremos que la lastimes. Ahora, Fredo, cuéntanos la verdad detrás de tu actitud despreciable hacia Juvia."

Fredo: (con desprecio) "La verdad, ¿eh? ¿Creen que merecen saberla?"

Black: (con firmeza) "Sí, merecemos saberlo. Hemos venido hasta aquí para ayudar a nuestra amiga, y no nos iremos sin respuestas."

Hide: (cruzándose de brazos) "No querrás saber lo que somos capaces de hacer si no cooperas."

Fredo miró a los cuatro jóvenes con una mezcla de desafío y odio, pero finalmente suspiró y comenzó a contar su historia.

Fredo: (suspirando) "Muy bien, escuchen. Juvia no es mi hija legítima, sino una bastarda que tuve con una mujer de otra raza. Cuando su madre murió, me vi forzado a hacerme cargo de ella. Pero, para ser sincero, nunca la acepté realmente como parte de mi familia."

Issei: (frunciendo el ceño) "Eso no justifica tu crueldad hacia ella."

Fredo: (con amargura) "No espero que lo entiendas. Pero no es solo eso. Juvia se enamoró de un demonio, un tal Nagi, y juntos robaron una gran cantidad de dinero de mi bóveda. Para librarme de esta carga, acordé entregarla a cambio del dinero. Flare, mi nueva compañera, es mucho más dócil que Juvia."

Black: (furioso) "¡Eres un monstruo!"

Kabuto: (con disgusto) "Vender a tu propia hija por dinero. No puedo creer que alguien sea capaz de eso."

Fredo: (con una risa cínica) "Soy un hombre pragmático. El dinero puede comprar muchas cosas, incluso la tranquilidad."

Issei: (con determinación) "No importa cuáles sean tus razones. No permitiremos que lastimes a Juvia ni un minuto más."

Los cuatro jóvenes se prepararon para enfrentarse a Fredo y luchar por la justicia. El destino de Juvia dependía de su valentía y determinación para proteger a su amiga y enfrentar al hombre que intentaba venderla.