COD | Call of Duty x Oneshot.

PRICE

Nota: [Este oneshot no contiene (+18) a no ser que exigan segunda parte en los comentarios] :)

O N E SHOT-

—¿Qué significa esto?— cuestioné tendiendo la camisa que esta misma mañana se había puesto, —Son marcas de labial.

Alejandro se tensa y traga saliva mientras se deja caer sobre una silla.

—Alejandro.

— Mierda, es exactamente lo que parece mi chula.— responde con una sonrisa en sus labios, una estúpida sonrisa que hace unos segundos atrás habría disfrutado de admirar.

Dejo caer la camisa de mis manos y camino sin decir una palabra a mi habitación e inicié empacando mis cosas. Escucho como Alejandro se apoya en el lumbral de la puerta.

—¿A dónde irás?

No respondí y cerré la maleta rápidamente. Lo observé fijamente a los ojos:

—Eres una mierda Alejandro.— Susurro con debilidad.

El me observa con un destello de lastima y eso me afligió aún más. ¿me veía demasiado patética en esos momentos?

Aparto a Alejandro de mi camino de un empujón y salgo apresuradamente de la casa mientras mis lágrimas amenazaban por salir, pero no lo permitiría, no ante el hombre que hace un año atrás me había dicho cuánto me amaba y el mismo hombre que me destrozó por dentro.

Lo escucho llamarme pero no me giro. Mi pecho se estruja aún más cuando notó por sus paso acercaban rápidamente hacia mi, sin siquiera dudarlo echo a correr. Mis pies de vez en cuando resbalan debido a las húmedas calles que extrañamente se iban empapando cada vez más.

Alzo mi rostro y noto que el cielo está nublado y que la lluvia no tardaría en acerse presente.

Observo hacia atrás y noto que Alejandro se había detenido.

Suelto una risa cargada de amargura mientras me quito mis zapatos y me desplazo en medio de la lluvia.

Mis ojos estaban empapados por mis propias lágrimas mientras un nudo se formaba en mi garganta a medida que pasaban los segundos.

¿Existiría alguna otra mujer más miserable que yo en éstos momentos?

Repentinamente escucho como un coche se detenía a pocos metros de mí. Las luces alumbraban en mi dirección pero no le dí importancia y caminé en medio de la calle con pesar.

—¿Estás loca? Está bien que estés descorazonada pero caminar descalza bajo la lluvia y en medio de la calle eso ya es demasiado. — Resonó la voz grabe y divertida voz de un hombre a unos pocos metros.

Me detuve al reconocer de quién se trataba.

Volteo y ahí estaba, el estúpido amigo de Alejandro mirándome con una idiota sonrisa en sus labios que normalmente me enojaría, pero el ver cómo abría sus brazos y los extendía para mí, esperando que me acercara, hizo que acabase en el suelo sollozando como una niña pequeña.