Obsessed °Sungsun°

X

Wonyoung no era estúpida. Tampoco era una inconsciente. La gente a menudo pensaba que ella era una típica chica tonta y linda y raramente la tomaban en serio, pero a ella no le importaba, era incluso divertido.

Ella no se había perdido la forma en que  Sunghoon miró a Sunoo: ›como si fuera la cosa más deliciosa del mundo y él quería besarlo desde la cabeza hasta el dedo del pie.‹ pero Wonyoung no podía realmente culpar a su novio. Era una reacción bastante normal a Kim Sunoo, y ella no era diferente en ese sentido. Sería terriblemente hipócrita de su parte estar enojada por la atracción de Sunghoon hacia Sunoo.

No, la atracción de Sunghoon hacia el chico no le molestaba tanto. Le había dicho a Sunghoon la verdad sobre que ella encontraba muy exitante verlos. Pero la fuerza de esa atracción si le molestaba. No le gustaba la forma en que se miraban uno al otro durante el sexo, y la forma en que actuaban durante el sexo. Cada vez que Wonyoung trato de participar cuando Sunghoon follaba a Sunoo, ella fue rechazada. Ninguno de ellos fue grosero y ni siquiera estaba segura de que fuera intencional, simplemente parecían olvidarse de que ella estaba allí, demaciado centrados uno en el otro.

No era un problema cuando ellos la complacían, aunque a Wonyoung la perturbaba un poco la creciente cantidad de veces en que tenía que meterse a sí misma entre ellos para mantener la atención de Sunghoon sobre ella. Era... Preocupante. Muy preocupante.

Cuando ella había sugerido un trío después de enterarse de la atracción de Sunghoon por Sunoo, ella no esperaba la fuerza que esa atracción tendría. Ella esperaba ser el punto focal del trío. Ella, no Sunoo. En retrospectiva, debería haber evaluado mejor la situación antes de hacer cualquier sugerencia apresurada, pero había estado demasiado excitada por la perspectiva de volver a tener sexo con Sunoo como para pensar realmente bien las cosas.

Ella debería haberlo sabido. Sunghoon odiaba engañar más que nada, por lo que el hecho de que hubiera besado a Sunoo sin su consentimiento previo debería haber despertado señales de alarma en su cabeza. Pero la compresión retrospectiva era veinte-veinte, y  lo que fue hecho fue hecho.

Wonyoung suspiro. Habían pasado dos semanas desde que Sunoo se había convertido en un elemento habitual en su vida sexual, y la atracción de Sunghoon por él no parecía estar disminuyendo en lo más mínimo.

Después de su pedido, ellos no habían tenido sexo sin si presencia de nuevo, pero a veces Wonyoung se preguntaba si su presencia incluso importaba.

›Yo podría también ni estar aquí‹, pensó, no sin amargura, mientras ella los miraba tener sexo, y una vez más, no podía dejar de sentirse como la tercera rueda.

Pero, aún así, ella tenía que admitir, que era increíblemente caliente. Sunoo era una ruina, la boca hinchada, roja y húmeda, los ojos muy abiertos y las pupilas dilatadas, los pómulos enrojecidos. Su cabello, con sudor, era un desastre. Ella podía entender por qué Sunghoon estaba mirándolo como lo hacía; y ella podía entender por qué lo estaba follando de la forma en que lo hacía, sus embestidas descontroladas y lo suficientemente potentes como para estrellarlos a ambos hacia adelante cayendo de un acantilado conducidos por la lujuria. En ocasiones Wonyoung tuvo el ridículo pensamiento de que si ella tuviera una polla, querría follarse a Sunoo, también. No es que ella no quisiera follárselo ahora, porsupuesto que lo hacía pero había un cierto... atractivo en Sunoo  que estaba segura de los hombres lo apreciaban. Él era follable.

Al menos Sunghoon ciertamente parecía pensarlo así, su expresión casi salvaje mientras miraba a Sunoo debajo de él. Eso la hizo ponerse dolorosamente húmeda, preocupada y celosa. Él nunca la miro de esa manera cuando se la follaba a ella. Él estaba siempre en control de sí mismo y de sus expresiones faciales. Siempre.

Pero no con Sunoo.

El temor surgió dentro de ella, y Wonyoung se acercó más a los hombres. Puso su mano en la amplia, fuerte espalda de Sunghoon y lo acarició, pero él ni siquiera pareció darse cuenta, sus ojos centrados únicamente en Sunoo.

Ella quitó su mano y la apretó. ›Es solo sexo‹, se dijo a sí misma. Solo sexo. Sunghoon la amaba, ella estaba segura de ello. Él podría estar atraído físicamente por Sunoo, pero la amaba, a Wonyoung. Sunoo era el que se iba cada noche, ella era la que se quedaba y compartía la cama de Sunghoon.

Sunghoon nunca la engañaría o la dejaría especialmente por un hombre. Era algo de lo que estaba absolutamente segura. Wonyoung no conocía toda la historia, pero ella sabía que el padre de Sunghoon era un mentiroso, cabron, infiel que había roto el corazón de su madre al constantemente engañarla con hombres.

Sunghoon despreciaba a su padre y todo lo que representaba. Sunghoon era leal hasta el punto de ser un defecto. Ella no tenía nada de que preocuparse. Nada. En un par de semanas a lo sumo, Kim Sunoo desapareceria de sus vidas, y Sunghoon sería solo de ella otra vez.

A veces Wonyoung se preguntaba si debía poner fin a este acuerdo ella misma, pero tenía la sensación de que sería un error. Era mejor para Sunghoon llegar a aburrirse de Sunoo, o viceversa. Sunoo estaba obligado a aburrirse pronto de todos modos. Después de todo, todo el mundo sabía que Sunoo era un jugador.

Ella no tenía nada de que preocuparse.

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