Kayn y Tú "Supremacía"

Capítulo 24

Kayn y T/n estaban vestidos con atuendos nupciales, como si estuvieran a punto de casarse en una ceremonia solemne. Sus trajes eran elegantes y sus rostros irradiaban felicidad y amor. Kayn abrazó a T/n con ternura y la besó en la frente, un gesto protector que reflejaba todo lo que sentía por ella.

-Te amo, T/n -dijo Kayn con voz suave, pero llena de emoción.

T/n le devolvió la mirada con una sonrisa radiante.

-Y yo a ti, Kayn. Eres mi todo, mi amor eterno.

Los dos se perdieron en el abrazo, sintiendo la calidez y el amor que compartían. Mientras estaban inmersos en ese momento mágico, Kayn notó algo más. Dos pequeños niños se acercaron a ellos, abrazando las piernas de T/n. Eran los hijos de ambos, y sus ojos brillaban con admiración y amor hacia sus padres.

-¡Papá, mamá! -exclamó el niño mayor, con un brillo de emoción en sus ojos-. Quiero ser tan poderoso como ustedes cuando sea grande.

El niño menor asintió con entusiasmo.

-¡Sí, sí! ¡Y yo también quiero ser fuerte y valiente como ustedes!

T/n y Kayn se miraron con ternura, sintiendo una profunda gratitud por tener una familia tan amorosa. Mientras los niños seguían hablando emocionados sobre cómo serían tan poderosos como sus padres algún día, T/n y Kayn compartieron una mirada de complicidad, reconociendo la suerte que tenían de tenerse mutuamente y a sus hijos.

Pero entonces, todo comenzó a desvanecerse. La escena idílica se volvió borrosa, como si estuviera hecha de niebla. Kayn luchó por mantenerse en el momento, agarró a T/n con fuerza, como si estuviera tratando de evitar que ella se desvaneciera.

"No te vayas", murmuró en un susurro desesperado. "Por favor, no te vayas".

Pero era inútil. Todo se desmoronó a su alrededor, como un castillo de arena en la playa siendo arrastrado por las olas. La imagen de T/n se desvaneció, y Kayn se encontró solo en un vacío oscuro.

Despertó abruptamente en su cama, el sudor empapando su cuerpo y las lágrimas brotando de sus ojos. La habitación estaba en silencio, pero su corazón latía con fuerza. Se pasó una mano temblorosa por la cara, preguntándose qué había sido eso. Había sentido una felicidad tan pura y un amor tan profundo en ese sueño, y ahora estaba de regreso en la cruda realidad.

Se sentó en la cama, aún tratando de recuperarse de la intensidad de sus emociones. La imagen de T/n y los niños seguía fresca en su mente, y deseaba con todo su ser que estuvieran a salvo. La misión de T/n de engatusar a Jhin era peligrosa, y Kayn sabía que ella estaba poniendo su vida en riesgo por el bien de todos.

Pero también se dio cuenta de algo más. Se había permitido ser vulnerable en ese sueño, expresando su amor y afecto abiertamente. Había sido una experiencia conmovedora, pero también aterradora para él. Porque Kayn sabía que su vulnerabilidad era una debilidad que Rhaast podría aprovechar en cualquier momento.

-Así que esto es lo que deseas, Kayn? ¿Una vida tranquila, una familia? Eres patético.

Kayn apretó los puños con furia. Rhaast tenía razón en una cosa: ser vulnerable era peligroso. Permitirse sentir demasiado lo hacía débil, y eso era algo que no podía permitirse.

Se secó las lágrimas sintiendo la oscuridad en su interior retorcerse y rugir, como una bestia encadenada.

Se quedó mirando el techo, perdido en sus pensamientos y emociones. No sabía qué significaba ese sueño o por qué lo había tenido, pero lo que estaba claro era que su amor por T/n era real y profundo. Deseaba fervientemente que ella regresara sana y salva de su misión, y que algún día pudieran tener la vida juntos que habían soñado.

Mientras tanto, Kayn seguía luchando contra la oscuridad en su interior, esa sombra que siempre acechaba, esperando el momento adecuado para reclamarlo por completo.

Sabía que ambos estaban en peligro y que solo podía esperar que ella no se sintiera de la misma manera que él en este momento de vulnerabilidad. La lucha entre Kayn y Rhaast continuaba, y la oscuridad seguía acechando en su interior.