Capítulo 11

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─¿Te gusta éste? ─ me pregunta. Frente a mí coloca dos pijamas que para mí son exactamente iguales, y tengo que hacer fuerza para notar que uno tiene muffins y el otro corazones. Elijo el de los muffins, y ella se coloca el otro. Esta vez, cuando me cambio frente a ella, no se sonroja ni voltea, porque ahora sé que le gusto, y sabe que me gusta. ─ Bien, ¿qué película crees que es mejor para iniciar? 

─No lo sé. ─ respondo y subo las piernas a la cama para abrazar mis rodillas. 

─No, no, no ─ me reta, mientras se arrodilla frente a mí. ─ Estás conmigo, ¿si? ─ me dice, toma mis manos, que abrazan mis rodillas, las quita. Bajo las piernas y mi mentón. Entonces ella se sube a horcajadas sobre mí, y busca mi mirada. ─ Está bien... Tink.. ─ dice, mientras quita una lágrima que cae por mi mejilla. 

─Me duele muchísimo ─ hablo. 

─Porque soy pesada ─ esquiva. Sé perfectamente que intenta animarme, aún siendo la más fan de llorar. ─ Ven aquí, tú lo que necesitas es un abrazo de tu novia maravillosa ─ dice y me rodea con los brazos al mismo momento en que sus palabras rodean de calor mi corazón. Lo descongela, hace que vuelva a latir. Hace que mi cuerpo recupere el calor que le faltaba. 

─Somos novias ─ hablo, ella se aparta de mí, y me da un beso en la mejilla. 

─Somos novias si quieres que sea tu novia. ─ suspiro, recuerdo todo lo que he pasado por ser su novia, por siquiera sentir atracción hacia ella. No quiero arruinarlo, sé que hay una gran posibilidad de que lo haga, pero no quiero hacerlo realmente. Quiero estar con ella, la quiero. La amo. Quiero que esté conmigo. Quiero ser su novia. Entonces, como quiero ser su novia, la beso. Meto mis manos en su cabello y en su cuello, la beso y la acerco a mí, recorro su cintura como aquella primera vez que creí que me moría por tocarla y que me toque, solo que ahora, es una realidad. Porque somos novias, porque me ama, porque no me importa en lo absoluto nada más en este momento. Porque si mi familia no me quiso lo suficiente para aceptarme, ella, los Olsen, me quieren, y me aceptan. Nos aceptan. 

Porque en ella encontré una familia, porque en ella tengo todo lo que jamás creí que podría tener, y eso, por más que sea lo más doloroso que me haya ocurrido jamás, me encanta. 

─¿Te sientes mejor ahora? ─ me pregunta, como si no supiera que un abrazo suyo me cambia radicalmente el día. Le sonrío, y asiento, aunque aún duela en el pecho. No estoy segura de cuándo vaya a dejar de doler. No estoy segura de si dejará de doler algún día. Lo que sé es que con Lizzie a mi lado duele menos, y eso, para empezar a sanar, es un enorme alivio. 

Vamos por la segunda película cuando la madre de la chica toca la puerta. Lizzie la abre y la mujer ingresa a la habitación. Tiene un plato enorme en la mano, y con dos cubiertos dentro. Cuando lo deja en medio de nosotras veo que se trata de diferentes frutas picadas y revueltas en un postre que se ve exquisito, logra que el apetito que tenía cerrado se abra nuevamente. 

─Les traje esto, por si tienen ganas de un postrecito ─ menciona, sonrío ante la palabra en español, porque sé que lo intenta, y luego se acerca hacia su hija y deja un beso en su frente ─ ¿Están bien? ¿Qué están viendo? ─ pregunta. 

─Tink eligió esta vez, es "Only You." ─ dice y señala la pantalla ─ Es con este actor que tanto te gusta... el de Ironman. ─ su madre alza las cejas en notorio interés, pero enseguida aparta la vista de la pantalla como si recordara que nos tiene que dejar solas. Cuando espero que se marche, se acerca a mí y deja de igual modo un beso en mi frente. ─ Cualquier cosa que necesites, estamos abajo, ¿si? ─ asiento con una sonrisa, pero no es la última interacción que tenemos esa noche. 

Ella regresa a llevarse los restos de fruta que dejamos luego de no poder meternos ni un bocado más, y luego pasa a chequear que nos encontremos bien. Estaba atenta a nosotras, a sus hijas en general, sentía cómo la puerta de la habitación de las mellizas también se abría de vez en cuándo. 

Me gustaba la forma en que Jarnett quería a sus hijas, como las cuidaba y cómo las protegía. Sabía perfectamente que Lizzie no tenía ningún tabú con su madre, y envidiaba la manera en que ambas se entendían como dos mejores amigas. Hubiera deseado haber tenido eso. 

─Buenas noches ─ dijo tras ser aceptada en la habitación nuevamente. Traía consigo un montón de cosas que dejó en el escritorio de mi novia. Quedó parada a un lado de las cosas mientras mi novia (el efecto de llamarla de esa forma solo permanecerá en este relato un par de minutos, no se preocupen) ponía pausa a lo que veíamos. ─ Hay un cepillo de dientes nuevo, un par de medias por si tienes frío, un bálsamo para labios que encontré en la chaqueta que Lizzie me dió para lavar y ropa de Ashley para que utilices mañana, confío en que sea de tu talla, aunque creo que sí. ─ dijo notando que utilizaba uno de los pijamas de Lizzie ─ Imagino que Liz ya te ha enseñado dónde están las cosas por si tienes sed, hambre o lo que sea y-

─Ma, creo que la abrumas ─ comentó por lo bajo la chica. 

─¡No, está bien! Solo... gracias. ─ "no estoy acostumbrada."

─Es un placer ─ dijo ─ Llámame para lo que necesites, ¿si? Sé que ésta duerme como un tronco ─ señaló a mi novia, haciéndome reír. 

─Gracias Jarnett

─Solo Jar, más corto. ─ habló, sonreí y entonces la mujer dejó la habitación. 

─Perdónala, es un poco... es tan servicial que exagera. 

─Es muy amable, nadie haría lo que tu madre está haciendo por mí. 

─Eso es mentira ─ dice, y coloca una mano sobre mi mejilla ─ Quien no te ayudaría es porque no te conoce. Eres una persona encantadora. ─ me habla. Suelto un suspiro y con él se van treinta kilos de peso y culpabilidad de mi cuerpo. ─ Realmente es hermoso tenerte conmigo. 

─Para tí, dudo que tu familia esté contenta de que haya una invaso-

─No invades nada más que mi corazón. ¿Ves? ─ pregunta ─ Hasta logras que salga mi lado cursi. Eres de no creer. 

You Are In Love | Elizabeth OlsenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora