Conspiraciones

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"Las cosas suelen llegar cuando menos lo imaginamos, pero las malas noticias aparecen en cualquier momento y lugar. Y Eso es un dilema."

Capítulo 9

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Capítulo 9

—¿Entonces? —En el rostro de Calev estaba la inquietud hecha carne, debido a que no le había creído nada a Dilan, cuando me dejó en la puerta de la casa. Gracias al cielo que había abierto mi hermano y no mi madre, porque si hubiera escuchado la historia que contó, me encerrarían de por vida. Al menos, le pedí a Calev que no mencionara nada.

—¿Qué? ¿Acaso no crees lo que Dilan dijo?

—¿Dilan? ¿Ya no es "El Profesor Dilan"? —Incitó, como si la confianza que estaba demostrando hacia él, era demasiado.

—¿Qué quieres, Calev? —Le pregunté, con las manos sobre mis caderas, viéndole fijamente.

Menos mal, estábamos discutiendo en mi habitación.

—Qué me cuentes la verdad —respondió—. ¿Qué sucedió? dudo mucho que él haya noqueado al delincuente antes de que colocara una mano sobre ti o un balazo, porque recuerdo que dijo que tenía un arma.

Hubo un momento de silencio o dos, hasta que mostré una sonrisa cómplice.

—Yo lo hice —solté, mordiéndome el labio inferior de mi boca, sintiéndome empoderada—. Tenías razón, se sintió bastante bien darle su merecido. Todo fue una locura —comencé, esta vez tan animada, que me costaba respirar de lo rápido que hablaba—. Primero apuntó a Dilan con su pistola y le dijo "Llévame en el auto" —engrosé la voz como la de un malhechor, mientras con mis manos gesticulaba toda la escena—. Yo quería morirme al ver la locura en la que nos habíamos metido, entonces Dila me dijo que me quedara tranquila, que todo iba a estar bien, entonces después el delincuente asustado porque venía la policía, me apuntó, y dijo, "si me encuentran la chica muere", y el profesor Dilan se asustó por primera vez, y... ¡Boom! lo arrojé contra la pared, lo presioné, le hice soltar la pistola y para cuando todos nos dimos cuenta de lo que sucedió, la policía llegó y lo solté. Estaba cagada de miedo, pero funcionó.

Tomé aire, pero estaba segura de que tenía las mejillas enrojecidas por la excitación y adrenalina de recordar el momento, pero lo mejor, era la victoria que había tenido.

Y sí, mi voz aún temblaba cuando relataba la historia, pero, al mismo tiempo, tenía una sensación de orgullo y valentía que inundaba mi ser. Recordar el momento en que lo arrojé contra la pared, desarmándolo, me hizo sentir realmente poderosa. La adrenalina que había inundado mis venas en ese instante, se mezclaba con una extraña euforia.

Además, a pesar de mi miedo inicial, había logrado protegerme a mí misma y a Dilan. Y aunque la amenaza había pasado, el recordatorio del momento hizo que mi corazón volviera a latir con fuerza, y una sonrisa de triunfo jugueteaba en mis labios mientras contaba los detalles. Calev me miraba con asombro, pero yo no podía evitar sentirme como una heroína, al menos por un breve momento en aquella noche caótica.

Instrumento: Galica #POFG2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora