Mi hermano tiene hambre

CAPITULO 4: Punto de vista

"Mira, chico, seré sincero contigo y no quiero que te lo tomes de mal gusto, pero quiero que sepas que la idea de ir Alaska es la idea más estúpida que he escuchado en mi vida. Que tal si me acompañas a un lugar que no sea Alaska."

"Como cuál"

"No tengo idea, pero no tengo duda que si lo platicamos y pensamos mejor las cosas, estoy seguro de que podemos sacar mejores ideas que Alaska."

"No tienes ninguna idea y aun así tienes el descaro para decir que mi idea es una mierda?"

"Sé realista, niño, no idealista. Ser un idealista ahora en día son para los que se quieren morir, son los que no quieren afrontar lo que está ocurriendo. Piensan en estas ideas locas de como van a solucionar sus vidas sin pensar en las consecuencias.

Alaska no era solamente una idea, era un sueño para mí, o no es así?. Alaska es un lugar donde te puedes perder y no asustarte. El tiempo y tus deseos se congelan, que ya no se convierten una importancia para ti, que solamente lo único que te queda por hacer es vivir tu vida, lo cual es algo que siento que no aproveche cuando estaba a mi lado. Pero quizás todo este plan es una excusa. Una excusa para la muerte. Un plan tan extremo que se puede comparar como un intento de suicidio. Pensar que moriste por otra cosa y no de tu propia voluntad. Acabar con todo esto por un plan que lo más probable es que muera en el intento es solamente una excusa para suicidarme. ¿Será esto la razón por la cual empecé esta aventura? ¿Para morir? ¿Me he estado engañando a mí mismo todo este tiempo?

"Ya no sé qué hacer Paul"

"Puedes decir no, no te detendré si tanto quieres Alaska, pero no te voy a poder acompañar. En mi mente esa idea es fatal, pero si tú piensas que es buena idea, adelante. Te puedo dar un rifle que la verdad será un poco pesado para ti, también te puedo dar tres latas de frijol para que no mueras de hambre. Te daría una caja entera, pero no creo que pudieras guardarla en el bolsillo de tu pantalón"

Hubo un silencio después de esa oferta, sentía la mirada de Paul queriendo una respuesta.

"Me puedes dar más tiempo para pensarlo?"

"Si claro"

No sé casi nada de Paul, solo he hablado con el bien poco, ya que me he quedado callado todo el viaje. Pensé que él iba a ser el típico ladrón asesino sin remordimiento que mata por placer, porque el mundo se lo permite, pero él es distinto. Debo admitir que es alguien considerado. Esta pequeña plática me enseño que tiene algo de humanidad A pesar de todo lo que ha pasado. No todos podemos aceptar las cosas como son, pero Paul es alguien que lo acepto y siguió adelante. No se aferró con una idea imposible como yo, él siguió las nuevas reglas del nuevo mundo y mantuvo su humanidad intacta tan siquiera un poco. Si alguien nos compararan dirían que yo soy el loco despiadado y Paul el santo. Sabiendo eso de Paul me puse más tranquilo estar enseguida de él, ya no era el mismo tipo que me tenía apuntado con un arma hace unas horas. Con eso en mente no pude aguantarme las ganas de dormir. Se me fue todo el miedo y el cansancio hacia la ventana del carro y poco a poco empecé a cerrar los ojos. Se sentía bien. Dormir con seguridad es algo que no se me permitía hacer. Los ruidos de mi hermano, las pesadillas, el olor a muerte, todo eso se desvaneció al cerrar los ojos. Fue tan especial que se podría considerar magia. Ese momento especial se fue a la mierda por una palmada de Paul en mi hombro queriendo despertarme

"Mira, despierta hijo, un coyote"

Paul aceleró el carro y aplasto el coyote como un globo. Después de eso detuvo el carro. Apenas estaba despertando, pero cuando capte lo que acababa de suceder lo mire con una cara de confusión e incomodidad y dije.

"Qué mierda te pasa Paul?!"

"¿Qué? ¿Tu hermano zombi tiene hambre que no?

Es cierto, Jack debe estar hambriento. Se me olvido por completo, quizás me puse muy cómodo. Nos bajamos los dos del auto. Al ver al coyote con sus tripas afuera supe que había despertado a la realidad. No pude mantener una cara normal, quería vomitar, pero sería un desperdicio de los frijoles que mi comí hace rato. Paul solamente lo miro y dijo: